Dejaré a un lado por un tiempo las reflexiones y diálogos relativos a la difícil situación por la que atraviesa la Legión de Cristo, para parar un instante en un asunto absolutamente diferente.

Ayer, una amiga, cuyo marido está en estos momentos destinado en Afganistán, nos enviaba un correo contándonos que había habido un atentado contra soldados españoles, pero que se encontraban bien.

Al tiempo, esta amiga nos confesaba que, pasados unos meses desde que su marido cumple con su deber a miles de kilómetros de distancia, hacer de "padre y madre" de sus dos hijos no es fácil. Y nos comentaba, con cierta ironía, pero con una profunda carga de sensatez, que no podía comprender cómo hay mujeres que tratan de inseminarse de forma artificial para ser madres en soledad, arrebatando a los hijos la figura del padre.

Volviendo al asunto principal que nos ocupa, creo que sería muy oportuno que las autoridades realizaran un homenaje como el que se merecen las mujeres de nuestros soldados. Son una parte fundamental de nuestros ejércitos. Han de mantenerse con igual disciplina que sus maridos y entender y compartir con ellos los peajes de su vida de servicio a la Patria. Han de ser mujeres fuertes y cabales.

Y no es fácil, en especial cuando los soldados están desplazados a misiones internacionales en las que, por cierto, se juegan el pellejo. Un estudio de la Universidad Chapel Hill de Carolina del Norte, en EEUU, señala que las mujeres de militares desplazados sufren más estrés, ansiedad y depresión que aquellas cuyos maridos permanecen en suelo patrio. A eso hay que añadir la circunstancia de que suelen ser más jóvenes las que tienen a sus maridos en misiones lejanas.

Imagino que los datos de este estudio son en buena medida aplicables a las mujeres de aquellos de nuestros soldados o miembros de la Benemérita y de la Poilicía Nacional, destinados a labores de la lucha antiterrorista en España.

Mujeres valientes que esperan el regreso de sus maridos al tiempo que acunan a sus hijos. Mujeres que tienen que renunciar a enseñar las fotos de su boda en el trabajo para no desvelar el secreto que da seguridad.

A todas esas mujeres hoy, les rindo mi más sentido homenaje. Porque es mentira que la mujer se haya incorporado a las Fuerzas Armadas recientemente. La mujer siempre ha sido fundamental. Porque la mejor motivación del soldado, más allá del amor y el servicio a la Patria es, como se canta en El novio de la Muerte, "una carta y un retrato de una divina mujer".