Ya se han dado estadísticas premonitorias cono en algunos lugares de la Cataluña, primero sometida a los liberales y democristianos y ahora a los nacional socialistas.

Ahora es en la tierra dominada desde la «Court of St. James´s».

Mohamed (Mahoma) es ya el nombre más usual entre los recién nacidos en Inglaterra, por encima del muy inglés Jack (Equivalente, más o menos, a Juanito y con connotaciones fonéticas con Santiago [*])


 
Todo un síntoma de la decadencia de Europa, uno de cuyos ejes es el invierno demográfico y la invasión musulmana a través de los vientres de sus mujeres

De nuevo es una anécdota que, si se analiza, rápidamente se transforma en categoría

Y un aviso.

Porque los musulmanes no serían un peligro tan grave por ellos mismos sino prosperaran en unas estructuras  sociales de "pensamiento debil", en naciones esclavizadas por el Sistema, con  sus habitantes anestesiados por el Discurso Cultural Dominante

Pero junto con el pesimismo, realista e inteligente, pues es fruto del conocimiento social, la seguridad  en la Providencia de una solución, frente a la herejía de la desesperanza, pero no como regalo sino como fruto del combate [**]


----------

[*] The name Jack originates from the Middle English given name Jankin, with variants including Jakken and Jakke, formed by the addition of the diminutive suffix "-kin" (similar to the German "-chen") to the name Jan, itself a contracted version of the French name Jehan (like John formed by shortening from the Latin form Johannes). Jankin became Jakken (or Jackin), and eventually Jack. This short form may have been influenced by the phonologically similar French name Jacques—which is cognate with the names James and Jacob. However, this similarity may be coincidence: native speakers of English have historically associated the name Jack with John and only rarely with the name Jacob, for which the usual shortened form is Jake.

[**] «Hoy la nueva Covadonga insurgente no está en valles inaccesibles o en comunidades rurales arraigadas; todo eso lo ha aplastado ya la modernidad. Hoy la nueva Covadonga insurgente está dentro de todos y cada uno de nosotros, también dentro de esa gente que está ahí fuera. Es como la cuerda dormida de un instrumento mudo; cuerda, sin embargo, que volverá a vibrar cuando reciba un sonido modulado en la tonalidad precisa. Hay que encontrar esa nota»

José Javier Esparza