Así lo definía Samuel Clua Palau, para quien Iparraguirre era una síntesis perfecta del amor a lo cercano y del amor a España

José María Iparraguirre Balerdi cantando el Gernikako Arbola en Madrid, según Larroque

El bardo Iparraguirre, un gran español que ha querido ser capitalizado por el nacionalismo, es autor nada menos que del Gernikako arbola, un canto al árbol y a los fueros robados por el estatismo absorbente liberal.

Casa de Juntas y el nuevo Árbol de Gernika, plantado en 1860
Fotografía de Juan San Martin, en el año 1962 (Archivo General de Gipuzkoa)

Iparraguirre había nacido en Villareal y fue soldado voluntario, uniéndose al cuerpo de ejercito del cura Merino. Mutilado en acción de guerra, entró de alabardero del rey Carlos V (Carlos María Isidro).

Después del abrazo de Vergara se exilió y más tarde volvió a España. De nuevo sufrió un segundo destierro y se casó durante su estancia en Buenos Aires.

Cuando regresó a Europa, añorante e inspirado, al mirar desde Hendaya los caseríos y valles de Jaizquibel hizo un canto emocionante a España, el Ara nun diran, que deberían conocer los que niegan a España.

 
 
 
Ara nun diran*
"Aran nun diran, menda maiteak
ara nun diran zolaiak
Baserri eder, zuri zuriak
iturre eta ibaiak
Endayan nago zoraturikan
Zabal zabalik begiak
Ara España. . .
lur oberikan ez da Europa guzian. "
"He aquí los campos y montes queridos,
los hermosos caseríos,
las fuentes y los ríos.
Estoy loco de contento en Hendaya,
con los ojos muy abiertos.
Ahí está España,
mejor tierra no la hay en toda Europa"
 

He aquí una síntesis perfecta del amor a lo cercano y propio y del amor a España que siempre fue sentido por los vascongados.

Después vendría Sabino Arana a crear de la nada un nacionalismo, inventado un país, Euskadi y una bandera que no existían, y después los seguidores de Krutwig con su utopía revolucionaria que ha ensangrentado el País Vasco y que han supuesto días aciagos para el mismo.


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* Cancionero que recoge el texto