Estas navidades de 2023 se cumplen diez años desde que la familia de artistas y artesanos mexicanos Gómez Reséndiz viese cumplido su sueño de elaborar el niño Dios más grande del mundo: tiene más de 4 metros de alto, pesa más de media tonelada y su elaboración involucró a 10 escultores y 20 diseñadores.

Hoy, la figura del niño Dios es conocida en todo el país: ha visitado numerosas comunidades, pueblos y localidades, las principales catedrales de México y hace una década fue bendecido por el cardenal Alberto Rivera.

El macro proyecto escultórico, que ha sido ampliado al conjunto de la Sagrada Familia, nació en la localidad de Iztapalapa y desde hace varios años, cada Navidad el cabildo cuenta con la acogida y exposición del niño por la familia Reséndiz. Normalmente la imagen se encuentra de exposición por la república mexicana o bien en su sede de Conarte, en Nezahualcóyotl, donde lo arreglan, visten para las fiestas y lo mantienen.

Desde hace unos días, el "gran" niño Dios se encuentra de nuevo en la alcaldía de Iztapalapa, donde también se expone en la rectoría de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en el marco de las festividades del 12 de diciembre.

En declaraciones al medio Ovaciones, el artista Abraham Arturo Gómez Reséndiz se refiere a su  obra como "el primer niño Jesús más grande del mundo", y es que fue el primero en ser reconocido por su gran tamaño antes de que fuese replicado y, en algunos casos, superado en tamaño.

Con todo, la familia se muestra alejada de la pretensión de buscar el record o notoriedad mediática y expresa con sinceridad sus ambiciones netamente devocionales.

Nuestra familia, dice, creó este proyecto "que lleva la imagen del niño como un mensajero de paz y bien. La idea es precisamente compartir el mensaje de la paz y el bien, muy necesarios para generar la unidad en el pueblo mexicano y en todo el mundo".

Se cuentan por cientos los fieles que veneran cada año la imagen gigante del niño Jesús, como sucedió a principios de 2023 en Tlaxcala, cuando los fieles desbordaron la capilla de Chapultepec a rezar y besar la imagen, pidiendo por los enfermos, las mujeres embarazadas u otras necesidades. En navidades, como la de 2022, visitaron la imagen unas 3.500 personas al día. 

Miles de personas visitan cada año al niño Jesús de Iztapalapa, el más grande del mundo, o lo acompañan en procesión hasta las iglesias de México en las que se aloja. 

Abraham explicó que el origen de la escultura se remonta a un sueño de su hermano David así como a partir de "una necesidad muy íntima y personal de la familia", para mostrar su agradecimiento por "sacarnos de una situación lamentable que estábamos viviendo".

Tras el sueño, continuó Abraham, "pensamos en hacerlo de un metro, [pero] nos embargó la emoción y comenzamos a crearlo al tamaño del espacio donde estábamos trabajando".

El resultado final, tras unos 9 meses, fue tan grande y alejado de la primera idea que no podían sacarlo del lugar donde lo elaboraron, viéndose obligados a derruir una parte del techo para poder sacarlo sin que se viese afectado.

El niño fue elaborado por los artesanos como un "homenaje" a la tradición navideña de los belenes y nacimientos de cada hogar, pero también para exaltar el verdadero significado del nacimiento del niño Jesús.

"Es importante celebrar la Navidad, pero sobre todo conocer el mensaje que esta lleva, la esperanza, la fe y el amor", subraya.