El régimen sandinista encabezado por Daniel Ortega en Nicaragua sigue persiguiendo de manera despiadada a la Iglesia Católica en el país y durante los últimos días del año ha arrestado a varios sacerdotes más, entre ellos un obispo, cuyo estado y paradero se desconocen en estos momentos.

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, exiliado debido a la persecución, ha sido el que ha alertado de estas nuevas detenciones, cuatro religiosos entre los días 28 y 29 de diciembre.

El 28 de diciembre fueron arrestados de manera arbitraria monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua; Héctor Treminio, párroco de la iglesia del Santo Cristo de Esquipulas, en la misma Arquidiócesis; y Fernando Calero, párroco de Nuestra Señora de Fátima Rancho Grande, en la Diócesis de Matagalpa.

Tal y como recoge Aciprensa, un día más tarde, la prensa nicaragüense y la abogada Martha Patricia Molina denunciaron el secuestro de un sacerdote más, Marcos Diaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto, en la Diócesis de León.

Hace unos días también fue encarcelado el obispo de Siuna, monseñor Isidoro Mota Ortega, junto a dos seminaristas, de los cuales no hay más información sobre su paradero. Durante unas horas también fue secuestrado por el régimen monseñor Óscar Escoto, vicario general de la diócesis de Matagalpa. Por su parte, el 24 de diciembre fue detenido el padre Jader Guido, puesto en libertad posteriormente.

La persecución contra la Iglesia Católica por parte del régimen de Daniel Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, se ha recrudecido en los últimos meses. El caso más emblemático es el de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, secuestrado y apresado en agosto de 2022 y condenado en febrero de este año a más de 26 años de cárcel, acusado de “traición a la patria”.