Miércoles, 24 de abril de 2024

Religión en Libertad

El censo habla de 93 millones de fieles; la Iglesia cuenta 110

Los 3 tipos de católicos vergonzantes en México (y otros países): el timorato, el patón y el light

Jóvenes peregrinos católicos Mexicanos, de Yucatán, en la JMJ de Rio de Janeiro
Jóvenes peregrinos católicos Mexicanos, de Yucatán, en la JMJ de Rio de Janeiro
Las cifras reales sobre cuántos católicos hay en México no cuadran con los conteos oficiales.

[El Vaticano habla de 110 millones de bautizados católicos en el país; el censo de 2010 de INEGI habla de 93 millones que se autodefinen católicos. Nota de ReL] 

La causa es que en México proliferan los “católicos vergonzantes” que no expresan públicamente su fervor religioso.

Los “católicos vergonzantes” son personas que por pena o por sentirse rechazados de los grupos sociales a los que pertenecen, evaden el tema de la fe y de su devoción al catolicismo, incluso lejos de defender su religiosidad, la desprecian.

Para el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Traslosheros, este fenómeno social-religioso es grave y muy común en el país, por lo que la visita del papa Francisco puede generar un “punto de quiebre” para que los creyentes reactiven la vieja tradición de los apologetas, personas que con ideas y pensamientos profundos defendían la fe y criticaban la persecución contra quienes la profesaban.

Un deber de los laicos, más que de los obispos
En entrevista con La Silla Rota, el académico explicó que este “enamoramiento por la fe católica”, es responsabilidad -en gran medida- de los laicos intelectuales, pues con su voz y participación se generan lazos de comunión.


Regiones mexicanas, con sus porcentajes de población católica; son datos del 2000 y pueden haber descendido

Deslindó de este crecimiento de “católicos vergonzantes” a obispos y religiosos mexicanos, pues desde su óptica este trabajo se tiene que dar desde la organización ciudadana creyente.

Los 3 tipos de católicos vergonzantes
Para profundizar en esta teoría, el investigador universitario identificó tres tipos de “Católicos vergonzantes” en el país, a los que llamó: el timorato, el patón y el light.

-El católico “timorato”: es aquel que esconde su fe por miedo a estar en falta, es decir, teme ser políticamente incorrecto y ser rechazado, y bajo esa lógica prefiere quedarse callado en un debate público o privado.

-El católico “patón”: De acuerdo con Jorge Traslosheros, se distingue por ser un gritón, anticlerical, vociferante y criticón con la Iglesia, la cual confunde con la clerecía. Este tipo de católico desprecia incluso la religiosidad popular, como son las peregrinaciones o actos multitudinarios y considera que su actitud crítica le permitirá ser mejor aceptado en el espacio público.

Por lo regular, es una persona ilustrada que se ve a sí mismo como un auténtico católico seguro de saber, con precisión matemática, “de qué lado masca la iguana”.

Según esta teoría, el “patonismo católico” se encuentra en cualquier lugar, dentro y fuera del clero, entre laicos, en la calle, la familia, en las universidades de inspiración cristiana y públicas, así como en los medios de comunicación y en la política partidista.

Jorge Traslosheros asegura que este tipo de católico tiene la convicción de que el clero tiene la culpa de cualquier mal que aqueje a la Iglesia y sus burlas van dirigidas al obispo en turno.

-El católico light: toma una forma más sutil, pues considera que diluyendo la fe se adaptará mejor a las modernas circunstancias. Está convencido de que negociando su credo logrará una mejor adaptación y aceptación del mundo moderno.

El resultado es una religiosidad sin convicción, descafeinada, irreconocible y al final irrelevante, la cual nadie en su sano juicio podría tomarse en serio y mucho menos respetar.


El santuario de la Virgen de Guadalupe atrae a multitudes; la devoción popular tiene su propia lógica

La fuerza de la devoción popular
“¿Cómo se disminuye el número de católicos vergonzantes? ¿Con la visita del Papa Francisco esta tendencia cambiaría?”, se le preguntó.

“Es un decisión personal y del corazón de cada católico. Siempre pongo este ejemplo: los que practican la religiosidad popular, no practican un catolicismo vergonzante, el de ellos es un catolicismo muy adulto, pues en medio de críticas y reprobaciones salen a las calles a hacer sus peregrinaciones y no les da vergüenza hacerlo; los vemos con sus camisetas, se cuelgan sus rosarios y demás utensilios. Pecadores, como todo el mundo, pero están generando constantemente lazos de solidaridad y de comunión”.

“El problema de todo esto, es que esa visión y actitud es sólo una parte de la Iglesia, la otra parte es la inteligencia que explica esa religiosidad y que le permite reproducirse”.

Es decir, siempre son dos alas con las que vuela la Iglesia: es esa raigambre popular profunda, que es la parte más importante, y es también toda una vida intelectual que permite explicar y dar voz a esta fe.

“Perseguían a los cristianos en los primeros tiempos de Nerón y a partir de ahí surgió una clase intelectual de apologetas que explicaban por qué el cristianismo no debía ser perseguido, pues era una gran injusticia y eso es lo que no tenemos en México, porque aquí hay un catolicismo vergonzante”.

La culpa no es de los obispos
Para el investigador de la UNAM, este trabajo intelectual es de aquel fiel que no es miembro del clero, es decir, no es parte del trabajo de los obispos y demás religiosos católicos.

“Yo la verdad en este tema le cargo las tintas a nosotros los laicos. Es muy fácil hablar de los obispos; ellos tienen diócesis inmensas y en mi experiencia personal, pues hoy tenemos nuevo Episcopado y -pecadores como todo el mundo- son obispos bastante entregados a su causa”, expuso.

-“Y qué hacemos con esos religiosos que están más preocupados por jugar golf, que andan en coches blindados, con guaruras…?”-, se le cuestionó.

[Nota de ReL: Hay que tener en cuenta que México es el país del mundo donde se han asesinado más sacerdotes y clérigos en los últimos 25 años; léalo aquí].

“¿Dónde están los laicos que los llamen a cuentas? y ¿dónde están los laicos que les pongan el ejemplo? Vamos a la Carta de Santiago: muéstrame tu fe sin obras, que por mi obras te mostraré mi fe. Ese es el testimonio y así debería de ser. Si el 99 por ciento de la Iglesia católica son laicos, la responsabilidad entonces es de los laicos”.

“En este caso, el testimonio de los laicos no ha sido lo suficientemente fuerte, como para enamorar a todos los demás sectores de la Iglesia y sí es nuestra responsabilidad”.

En ese sentido, ¿el Papa Francisco va a enamorar?

"Él ya nos trae bastante enamorados. El problema es que el amor son acciones y no buenas razones y sí creo que Francisco puede ser un punto de quiebre para avanzar. Está puesta la mesa y si los laicos vamos a responder, esa es la gran pregunta. Me consta que los obispos ya están respondiendo.

Los católicos mexicanos de hoy
A una semana de la visita del Papa Francisco a territorio nacional, El Vaticano difundió un informe con los números de creyentes, los cuales suman 110 millones de feligreses. Las cifras del INEGI, en el censo de 2010, informaron que hay casi 93 millones de mexicanos que oficialmente se reconocieron como católicos.
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