En vacaciones afloran peleas y discusiones: es posible prevenirlas y aprovechar el tiempo en familia
Joaquín Polo, máster en Familia, escribió en la web del Foro de la Familia hace un año acerca de los riesgos para la convivencia familiar en tiempo de vacaciones.
"Descansar exige, paradójicamente, esfuerzo, ya que debemos poner empeño en mil detalles, hacer tareas preparatorias y trazar planes, más o menos precisos", avisaba.
"La convivencia es mucho más intensa y prolongada, a lo largo de cada día. Por eso, van a aflorar, queramos o no, los problemas de convivencia no resueltos, que han estado larvados durante el período de actividad laboral, cuando los miembros de la familia apenas pasaban ratos sueltos juntos, y la convivencia era menos exigente. Por ello, las posibilidades de que salte la chispa que encienda el enfado y los malos modos son más altas", advierte este experto.
Ignasi Bofarull, en su libro Ocio y tiempo libre: un reto para la familia, da una lista de beneficios para la familia... si las vacaciones se planifican bien:
- beneficios personales psicológicos y psicofisiológicos (mejor salud mental y mantenimiento de la misma, desarrollo y crecimiento personal, satisfacción y apreciación personal),
- beneficios sociales y culturales (vinculación social, cohesión y cooperación, beneficios para el desarrollo de los niños),
- beneficios para la propia familia (incremento de la unidad, fuente de felicidad familiar),
- beneficios económicos (reducción de costos de salud, incremento de la productividad y menor absentismo laboral).
Las vacaciones pueden ser "un camino lleno de trampas" para la relación conyugal.
Pero también puede haber oportunidades para fortalecer la relación de pareja.
"La desaparición del estrés laboral, o su importante disminución, el cambio de residencia temporal, con el placer de un viaje deseado, podrá incentivar nuestro deseo del otro. Volveremos a darnos cuenta del placer de pasar tiempo juntos, de aburrirnos juntos, de preguntarnos uno a otro, con una sonrisa en los labios… ¿Y esta tarde qué hacemos?, de mirarnos, de reír, de tocarnos. Volveremos a reencontrar los motivos que nos llevaron a enamorarnos. Y nuestra relación matrimonial volverá fortalecida y tonificada de las vacaciones de verano", añade Joaquín Polo.
(Estas reflexionas las publicamos ya en ReL en julio de 2019)