Se presenta la última e inédita carta de Juan Pablo I antes del cónclave: «Estoy fuera de peligro»
El pasado 2 de septiembre, el fundador del canal de televisión Telepace, Guido Todeschini, hizo pública la última carta redactada por el todavía cardenal Luciani, Patriarca de Venecia, antes de ser elegido Papa el 26 de agosto de 1978.
Tal y como recoge Vatican News, Todeschini se mostró convencido de que el documento "es uno de los últimos escritos del cardenal Luciani". La carta, explicó en el programa Línea Aperta, le fue regalada por el obispo de Verona, Monseñor Giuseppe Carraro antes de su muerte y afirma enérgico que se trata de "una reliquia".
Fechado visiblemente el 24 de agosto de 1978 -dos días antes de que el cardenal Luciani fuese elegido Papa- el documento recoge lo que a juicio de Todeschini es un ejemplo de la humildad de Juan Pablo I: al afirmar que "afortunadamente" estaba "fuera de peligro", el cardenal exponía su convencimiento de que "ciertamente, no sería uno de los elegidos".
De hecho, Luciani está tan convencido de estar "fuera de peligro" que, como se lee en la carta, volver a Venecia y reunirse con el obispo de Verona era uno de sus principales planes tras el cónclave.
"Tan pronto como sea posible iré a verte", escribe. Y añade: "Del Cónclave y del precónclave, por desgracia, no podré decir nada, llevo el secreto", reza el texto.
"Dar la vida" por la Iglesia
En la entrevista, Todeschini explicó que los dos "hablaban a menudo" y que, para ambos, la Iglesia estaba en primer lugar: "Había que hacer todo lo posible y también dar la vida".
Al comienzo del texto, Luciani deja escrito de forma patente su amor por la Iglesia y su costumbre de rezar "por la Iglesia y por el que los cardenales elegirán para suceder a Pablo VI", convencido de que su sucesor "tendrá una tarea aún más difícil" pero sin sospechar que él mismo sería el encargado de llevarla a cabo.
"No sabía que estaba hablando de él mismo", comenta Todeschini.
El fundador de Telepace expresó que custodia "celosamente" el documento, que será entregado a la Fundación Vaticana Juan Pablo I. Solo lamenta no haber podido encontrar el original, pues se trata de un documento que une el anverso y el reverso de lo escrito en el original.