Sábado, 20 de abril de 2024

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Penitencia y reconciliación

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El sacramento de la penitencia y la reconciliación


225.¿Qué nombres hay para el sacramento de la Penitencia?
El sacramento de la Penitencia se denomina también SACRAMENTO de la
reconciliación, del perdón, de la conversión y de la confesión. [1422-­1424,1486]

 226 Si ya tenemos el Bautismo, que nos reconcilia con Dios, ¿por qué necesitamos entonces un sacramento específico de la Reconciliación?
Si bien el Bautismo nos arranca del poder del pecado y de la muerte y nos introduce en la nueva vida de los hijos de Dios, no nos libra de la debilidad humana y de la inclinación al pecado. Por eso necesitamos un lugar en el que podamos reconciliarnos continuamente de nuevo con Dios. Esto es la confesión. [1425-­1426]
Confesarse parece no estar de moda. Quizá sea difícil y al principio cueste un gran esfuerzo. Pero es una de las mayores gracias que podamos comenzar siempre de nuevo en nuestra vida, realmente de nuevo: totalmente libres de cargas y sin las hipotecas del pasado, acogidos en el amor y equipados con una fuerza nueva. Dios es misericordioso, y no desea nada más ardientemente que el que nosotros nos acojamos a su misericordia. Quien se ha confesado abre una nueva página en blanco en el libro de su vida. 

227. ¿Quién ha instituido el sacramento de la Penitencia?
Jesús mismo instituyó el sacramento de la Penitencia cuando el día de Pascua se apareció a los APÓSTOLES y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos". (Jn 20,22). [1439, 1485]

En ningún lugar ha expresado Jesús de forma más bella lo que sucede en el sacramento de la Penitencia que en la parábola del hijo pródigo: nos extraviamos, nos perdemos, no podemos más. Pero Dios Padre nos espera con un deseo mayor e incluso infinito; nos perdona cuando regresamos; nos acepta siempre, perdona el pecado. Jesús mismo perdonó los pecados a muchas personas; eso era más importante para él que hacer milagros. Veía en ello el gran signo de la llegada del reino de Dios, en el que todas las heridas serán sanadas y todas las lágrimas serán enjugadas. El poder del Espíritu Santo, en el que Jesús perdonaba los pecados, lo transmitió a sus APÓSTOLES. Cuando nos dirigimos a un sacerdote y nos confesamos, nos arrojamos a los brazos abiertos de nuestro Padre celestial. 


228. ¿Quién puede perdonar los pecados?
Sólo Dios puede perdonar los pecados. "Tus pecados te son perdonados" (Mc 2,5) sólo lo pudo decir Jesús porque él es el Hijo de Dios. Y sólo porque Jesús les ha conferido este poder pueden los PRESBÍTEROS perdonar los pecados en nombre de Jesús. [1441-­1442]

Hay quien dice: Esto lo arreglo yo directamente con Dios,¡para eso no necesito ningún sacerdote! Pero Dios quiere que sea de otra manera. Él nos conoce. Hacemos trampas con respecto a nuestros pecados, nos gusta echar tierra sobre ciertos asuntos. Por eso Dios quiere que expresemos nuestros pecados y que los confesemos cara a cara. Por eso es válido para los sacerdotes: "A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20,23).


229. ¿Qué hace que un hombre esté dispuesto al arrepentimiento?
Desde el examen de la culpa personal surge el deseo de mejorar; esto se llama arrepentimiento. Se produce cuando vemos la contradicción entre el amor de Dios y nuestro pecado. Entonces nos llenamos de dolor por nuestros pecados; nos decidimos a cambiar nuestra vida y ponemos toda nuestra confianza en el auxilio de Dios. [1430­-1433, 1490]

Con frecuencia se oculta la realidad del pecado. Algunos creen incluso que contra los sentimientos de culpa sencillamente sólo hay que tomar medidas psicológicas. Pero los verdaderos sentimientos de culpa son importantes. Es como en los coches: cuando el velocímetro señala que se ha superado el límite de velocidad, no es culpable el velocímetro, sino el conductor. Cuanto más nos acercamos a Dios, que es todo luz, tanto más claramente salen a la luz nuestras sombras. Pero Dios no es una luz que quema, sino una luz que cura. Por eso el arrepentimiento nos impulsa a avanzar hacia la luz en la que somos completamente curados. 


230. ¿Qué es la penitencia?
La penitencia es la reparación de una injusticia cometida. La penitencia no debe darse sólo en la mente, sino que debe expresarse en obras de misericordia y en el compromiso con los demás. También con la oración, el ayuno y la ayuda
material y espiritual a los pobres se hace penitencia. [1434-1439]

Con frecuencia se entiende malla penitencia. No tiene nada que ver con maltratarse o con los escrúpulos. La penitencia no es estar dando vueltas sobre lo mala persona que soy. La penitencia nos libera y nos anima a empezar de nuevo.


231. ¿Cuáles son los dos requisitos esenciales que se deben dar en un cristiano para que se le perdonen los pecados en el sacramento de la Penitencia?
Los requisitos para el perdón de los pecados son la persona que se convierte y el PRESBÍTERO, que, en nombre de Dios, le concede la absolución de sus pecados. [1448]


232. ¿Qué debo hacer en una confesión?
Pertenecen a toda confesión el examen de conciencia, la contrición o arrepentimiento, el propósito de enmienda, la confesión y la penitencia. [1450-1460,1490-1492,1494]
El examen de conciencia debe ser a fondo, pero nunca puede ser exhaustivo. Sin verdadero arrepentimiento, basado en una confesión de los labios, nadie puede ser
absuelto de sus pecados. Igualmente es imprescindible el propósito de no cometer ese pecado nunca más en el futuro. El pecador debe necesariamente declarar el pecado ante el confesor, es decir, hacer una confesión del mismo. Finalmente pertenece a una confesión la reparación o penitencia que impone el confesor al pecador para reparar el daño cometido.

233. ¿Qué pecados hay que confesar?
Los pecados graves, que se recuerden tras un examen de conciencia minucioso, y que aún no se hayan confesado, sólo pueden ser perdonados, en circunstancias normales, en la confesión sacramental individual. [1457]

Es cierto que ante la confesión nos sentimos cohibidos. Pero superar esto es ya el primer paso para sanar interiormente. A menudo ayuda pensar en que también el PAPA debe tener valor para confesar a otro sacerdote y con ello a Dios- sus faltas y debilidades. Sólo en casos de necesidad existencial (como por ejemplo en la guerra, en un bombardeo o en otra circunstancia en la que un grupo de personas se encuentre en peligro de muerte) puede un sacerdote conceder la absolución a un grupo de personas, sin que previamente se haya dado una confesión individual de los pecados (es la llamada absolución general). En cualquier caso, si se supera esta circunstancia, hay que confesar individualmente los pecados graves en la primera ocasión que se tenga.

234. ¿Cuándo hay obligación de confesar los pecados graves? ¿Con qué frecuencia hay que confesarse?
Al llegar a la edad de la discreción hay obligación de confesar los pecados graves.
La Iglesia manda que se haga al menos una vez al año. En cualquier caso hay que confesarse antes de recibir la sagrada COMUNIÓN si se ha cometido algún pecado grave. [1457]

Con la expresión "edad de la discreción" se refiere la Iglesia a la edad en la que se ha llegado a usar la razón y se ha aprendido a distinguir entre el bien y el mal. 0315-320

 235. ¿Puede uno confesarse también cuando no se han cometido pecados graves?
La confesión es también en esa ocasión el gran regalo de la curación y de la unión más íntima con el Señor, aunque estrictamente uno no estuviera obligado a confesarse. [1458]

En muchos encuentros eclesiales como en las Jornadas Mundiales de la Juventud, se ve a jóvenes que se reconcilian con Dios. Cristianos que se toman en serio el seguimiento de Jesús buscan la alegría que viene de un nuevo comienzo radical con Dios. Incluso los santos acudían regularmente a la confesión cuando era posible.
Lo necesitaban para crecer en la humildad y en el amor y para dejarse tocar por la luz sanadora de Dios hasta el último rincón del alma.

 
236. ¿Por qué sólo los sacerdotes pueden perdonar pecados?
Ningún hombre puede perdonar pecados a no ser que tenga un mandato de Dios para ello y la fuerza que él le otorga, para que el perdón que él concede al penitente se verifique realmente. Los encargados de ello son en primer lugar el OBISPO y después sus colaboradores, los SACERDOTES.
[1461-­1466, 1495] . 150, 228, 249­250

237. ¿Hay pecados tan graves que no los pueda absolver un sacerdote normal?
Hay pecados en los cuales el hombre se aparta totalmente de Dios y, dada la gravedad especial del acto, atrae sobre si la pena de 0 EXCOMUNIÓN. En caso de pecados sancionados con excomunión, sólo puede conceder la absolución el OBISPO o un sacerdote que tenga este oficio especifico, e incluso en algunos casos sólo el PAPA. En caso de peligro de muerte todo SACERDOTE puede
absolver de cualquier pecado y de la excomunión. [1463]

Un católico que, por ejemplo, presta una colaboración imprescindible para un aborto que efectivamente se realiza, se excluye automáticamente de los sacramentos; la Iglesia sólo constata este estado. La EXCOMUNIÓN tiene la intención de que el pecador cambie de vida y vuelva al buen camino.

238. ¿Puede un sacerdote contar a otras personas algo que haya conocido en la confesión?
No, de ningún modo. El secreto de confesión es absoluto. Todo PRESBÍTERO quedaría excomulgado si contara a otras personas cualquier cosa que haya conocido en confesión. Ni siquiera a la policía puede decir o insinuar
algo. (1467)
Quizá no haya nada que los PRESBÍTEROS tomen más en serio que el secreto de confesión. Hay sacerdotes que por ello han soportado torturas y han llegado a morir. Por eso se puede hablar abiertamente sin reservas y uno puede confiarse con gran tranquilidad a un sacerdote, cuya única tarea en ese momento es ser todo "oídos de Dios".

239. ¿Qué efectos positivos tiene la confesión?
La confesión reconcilia al pecador con Dios y con la Iglesia. [1468-1470. 1496]
El segundo después de la absolución es como ... una ducha después de hacer deporte, el aire fresco tras una tormenta de verano, el despertar en una radiante mañana de verano, la ingravidez de un submarinista ... En la palabra "reconciliación" está contenido todo: estamos de nuevo en paz con Dios.

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