Miércoles, 24 de abril de 2024

Religión en Libertad

San Marcos 10,32-45

Sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo

ReL

¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?
¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?
Evangelio según san Marcos 10,32-45


En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban, y los que seguían iban asustados.

Él tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:

«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.»

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»

Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»

Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»

Jesús replicó:

«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»

Contestaron: «Lo somos.»

Jesús les dijo:

«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.»

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
 



Señor Jesús, te agradezco la misericordia y paciencia infinitas que usas con nosotros en muchos momentos de nuestra vida.

Gracias, Jesús misericordioso, por tu mansedumbre cuando nos ves más atentos a nuestros delirios de grandeza, como tus discípulos, que a tus palabras  y a tus mensajes de vida y verdad.

Gracias, misericordioso Jesús, porque no rebajas tu grado de amor hacia nosotros, aunque conoces nuestro interior y sabes que ponemos más el corazón en puestos de honor que en acoger tu cruz.

Gracias, Jesús misericordioso, por tu infinita humildad que siendo el Señor del universo, te abajas a nuestra pequeñez y te haces el servidor de todos.

Gracias, Señor, gracias. Concédenos el don de amarte y seguirte de todo corazón.


 
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda