Santoral hoy: 18 de noviembre. Santos Haude y Tanguy de Bretaña.
De un asesino y su víctima, de la penitencia y la misericordia.
Santoral hoy: 18 de noviembre. Santos Haude y Tanguy de Bretaña.
Cuenta su leyenda que ambos eran hijos de los señores de Trémazan, Galons y Florencia, hija de Honorio, príncipe de Brest. La madre murió al nacer la niña, en 525. Al poco tiempo el padre se casó con una británica hermosa y de buena familia, pero malvada en extremo. Gurguy fue enviado a la corte del rey Childeberto, y la niña quedó al cuidado de la madrastra. En breve comenzó a castigarla, imponerle trabajos, impedirle sus devociones y que hiciera la caridad con los bienes de la casa. Entonces Haude comenzó a comer menos para tener algo para los pobres. Pero la mujer se dio cuenta, y un día que la niña se escabullía para dar de comer a unos mendigos, la madrastra la siguió, le quitó el pan y lo echó a los perros. Además, dio una paliza a Haude. Estos maltratos la hicieron más retraída y más piadosa aún, pues buscaba en Dios su consuelo.
Pasaron los años en esta situación, y Haude se hizo una joven humilde, paciente y era amada por muchos. Ocurrió que su hermano Gurguy tuvo licencia para visitar a la familia, y al llegar a casa, la madrastra le dijo que Haude se había entregado a un joven, y que había deshonrado la casa familia. Gurguy le creyó y se comprometió a vengar el honor de la familia y salió en la busca de la joven. La vio al borde de una fuente y sin más, sacó la espada y le cortó la cabeza. La dejó abandonada y volvió a la casa. Y he aquí que la joven Haude se incorporó, puso la cabeza sobre sus hombros y caminó hasta el hogar, seguida de algunos campesinos que vieron el asesinato y el portento (es de los pocos santos cefalóforos de los que se dice volvieron a colocarse la cabeza). En casa, Haude mostró su inocencia y perdonó a su hermano, al que mandó hiciera penitencia. Entretanto, la malvada madrastra tuvo un síncope y se le reventaron el pecho y los intestinos, muriendo en el acto. Luego la joven recibió los sacramentos y murió en paz. Gurguy la enterró en la parroquia de Landunvez, el 18 de noviembre de 545. Sus reliquias fueron trasladadas a la iglesia de Santa Genoveva de París, donde con el tiempo surgió la leyenda acerca de que había sido discípula de Genoveva.
Gurguy quedó deshecho, pero esperanzado en hallar perdón, se fue a Occismor, donde San Pol de León (12 de marzo), el cual le mandó ayunar y hacer penitencia durante cuarenta días en los bosques de Landerneau. Al cabo de esos días, se le apareció Haude, resplandeciente de gloria y le aseguró que ya había sido perdonado por Dios. Regresó Gurguy adonde el santo obispo, el cual vio cómo la cabeza del penitente estaba rodeada de un círculo de fuego, por lo cual le cambió el nombre de Gurguy a Tanguy, o sea, “guerrero de fuego”. Tanguy pidió a Pol le permitiera ser uno de sus monjes y el santo le admitió, enviándole al monasterio de la isla de Batz. Luego Tanguy fundaría la abadía de Gerber. Cuando su padre estaba para morir, le dejó unas tierras donde Tanguy fundó otro monasterio. Finalmente murió a 12 de marzo de 594.
La devoción a ambos, por separado casi siempre, se manifiesta en un culto como santos sanadores y milagrosos. Haude aún es venerada en Landunvez, donde una fuente milagrosa manaba aguas para curar, principalmente, las verrugas. Era costumbre pincharse las verrugas con una aguja y luego lanzarla a la fuente, pidiendo la protección de la santa.
Fuentes:
- http://diocese-quimper.fr/bibliotheque/files/original/0bc48e528618aad85c6bd99f741c29c5.pdf
-“Grand livre des saints: culte et iconographie en Occident”. JACQUES BAUDOIN. 2004.