Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Timothy Schmalz piensa siempre «qué esculpiría Jesús» y busca «hacer visible lo invisible»

No quería que nadie sufriera tanto como él por el aborto y ahora es el gran escultor provida

No quería que nadie sufriera tanto como él por el aborto y ahora es el gran escultor provida
Timothy Schmalz esculpe para dar gloria a Dios tras una fuerte historia de conversión

Javier Lozano / ReL

Sus esculturas están repartidas por todo el mundo y gran parte de ellas tienen un impactante contenido religioso y provida. De las manos de Timothy P. Schmalz han salido tallas realizadas en bronce como, entre muchas otras, Jesús Mendigo, en la que Cristo aparece durmiendo en un banco y una de cuyas copias está en el Vaticano. 
 
También impactantes son la Última cena o Yo te absuelvo en la que retrata al Padre Pío confesando. No hay obra suya que no tenga un claro mensaje evangélico, también las que recuerdan a las víctimas del aborto como en la que un ángel se inclina a una cuna vacía. Para este canadiense la escultura es su vocación pero también su apostolado pues sus creaciones han hecho reflexionar a muchos viandantes que se han encontrado con ellas. El realismo de sus obras no deja lugar a dudas.


Su escultura sobre la Última cena está ya presente en lugares de todo el mundo 

El autor es una víctima de la cultura del aborto
E igual de real es la historia que le ha llevado hasta aquí. Sus esculturas provida tienen un claro mensaje de redención. En una entrevista para Catholic Digest, Timothy Schmalz explica que le ha llevado a centrarse en estos temas para su trabajo.
 
Cuenta que “el aborto en nuestra cultura es una seria preocupación para mí. Lo sé por propia experiencia porque soy una víctima del aborto. Cuando tenía 20 años tenía una relación y la chica con la que estaba saliendo se quedó embarazada. Fuimos engañados por esta cultura para hacer lo supuestamente ‘responsable’. He experimentado lo que se siente al sentarse en una clínica esperando a que mi novia abortara y lo que era estar con ella después del aborto”. “Vi de primera mano la devastación que le hizo a mi corazón y a mi alma –también a mi novia-. Fue aplastante”, explica el ahora escultor católico.

Ahora utiliza su talento para defender la vida
Esa experiencia le ha llevado a hacer presente el mensaje provida por todo el mundo haciéndolo visible a través de sus obras. Por ello, Schmalz recuerda unas palabras del padre Frank Pavone que siempre dice que “mientras el aborto sea invisible existirá en América”.
 
“Veo mis esculturas como parte de la lucha contra esa invisibilidad. A día de hoy, 20 años después, todavía me conmuevo cuando pienso en la experiencia del aborto y en la devastación y ocultación que hay detrás”, afirma convencido este canadiense que trabaja para “dar gloria a Dios”.

Una forma de hacer visible lo que pretende ser invisible 
Por todo ello, confiesa que sus esculturas “son una forma activa de expiar” y espera que “sirvan como un oasis en contra de este silencio y hagan visible lo que muchas veces se hace invisible”.


Yo te absuelvo, en la que aparece el Padre Pío es una de las principales obras del autor

"Muchos sufren en silencio por el aborto" 
Su inspiración para crear estas obras procede de su propia vida. “Viene de mi experiencia con el aborto y el aprendizaje de mi fracaso, sentía la necesidad de crear algo positivo”.
 
Uno de sus mayores deseos es que su escultura en la que un ángel se inclina hacia la cuna vacía pueda llegar a muchas ciudades diferentes porque, añade Timothy, “sé que hay muchas personas, tanto hombres como mujeres, sufriendo en silencio por el aborto”.

Su objetivo, "desenmascarar el mal oculto" 
En su opinión, cuando se muestra una escultura a favor de la vida, ya sea una en miniatura en la repisa de una chimenea o una de bronce situada frente a una catedral en realidad se está haciendo la misma acción, “desenmascarar el mal oculto”.
 
“Esa es mi motivación, es la forma de usar mis habilidades para luchar contra el mal en el mundo y, con suerte, salvar a la gente de la horrible experiencia que tuve”, agrega este artista canadiense.
 
Toda su obra está marcada por sus experiencias vitales y la escultura del ángel junto a la cuna también refleja el sufrimiento de los padres que han tenido un aborto involuntario. Así surgió precisamente esta pieza. “La hice después de que mi mujer tuviera un aborto. Fue un momento en el que estábamos seguros de que íbamos a tener nuestro tercer hijo y estábamos emocionados porque iban a tener un hermano. Luego tuvimos que decirles lo que pasó”.


La escultura del ángel junto a la cuna vacía surgió de una experiencia personal propia del autor
 
De este modo, se encerró en su despachó y Schmalz imaginó “un ángel que llora sobre una cuna vacía; había algo tan sutil, tan ausente y conmovedor” y confiesa que la idea la tomó de los cementerios de Francia.

La historia del mendigo en el que vio a Jesús 
La escultura Jesús Mendigo también surgió de una experiencia personal.  El escultor se encontraba en Toronto cuando vio a una persona sin hogar. “Era noviembre y este hombre estaba envuelto en una manta y acostado en un banco del parque: la ciudad de Toronto era su dormitorio. Durante todo el día me perseguía esta imagen y las palabras que vinieron a mi corazón fueron: ‘Él es Jesús’”.
 
Al día siguiente, ese pensamiento seguía en su cabeza y no conseguía quitárselo y como escultor, afirmaba, “me sentí obligado a hacer una representación de Jesús como una persona sin hogar”.


El Papa quiso ver la escultura de Jesús Mendigo que iba a ser colocada en el Vaticano

¿Qué haría Jesús? ¿Qué esculpiría Jesús? 
En su vida y en su trabajo tiene una pregunta que repite constantemente: ¿qué haría Jesús? ¿qué esculpiría Jesús? Y Schmalz tiene claro que Cristo le pide que le vea "en los marginados, los enfermos y los hambrientos”. Y en esta escultura de Jesús Mendigo, el escultor consideró que “representé a Jesús como yo creo que él querría ser representado porque él mismo dijo: ‘en verdad os digo, que todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mi me lo hicisteis”.
 
El cristianismo es, sin duda, su gran fuente de inspiración. La considera interminable y radical pues para él el catolicismo es todo o nada, no hay medias tintas. “La gente mira mi escultura y comenta lo radical que es y yo les digo: ‘Es tan radical como el propio Evangelio'”.

Para él la enseñanza de Jesús es un gran desafío.  “El cristianismo es una religión difícil de digerir, y esto es lo fascinante. Cuando Jesús dice que debemos amar a nuestros enemigos es difícil. El arte que ilustra será grandioso si se hace con sincera autenticidad, esperanza y esfuerzo”.
 

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