La reforma penal italiana, «peligrosa» para la igualdad y la libertad de expresión
Giorgio Ponte, escritor y gay al margen del lobby, alerta de las leyes contra la «homofobia»
Alessandro Zan, diputado italiano y activista LGBT, impulsa un proyecto de ley "contra la discriminación y la violencia a causa de la orientación sexual, de género e identidad de género" que ha sido denunciado como una amenaza a la libertad de expresión, entre otros derechos afectados.
También se oponen a la Ley Zan personas de tendencia homosexual, como es el caso de Giorgio Ponte, profesor de instituto y escritor, quien también se mostró en su día contrario a la consideración como matrimonio de las uniones entre personas del mismo sexo.
Manuela Antonacci le ha entrevistado para el portal Provita & Famiglia:
Un proyecto de ley increíblemente divisorio, que ni siquiera gusta a las personas que dice que quiere tutelar, como Giorgio Ponte, docente de letras en un instituto. Ponte, milanés de adopción, tras su primera novela Io sto con Marta!, también ha escrito Levi (el primer libro de la trilogía de tema evangélico Bajo el cielo de Palestina), Giairo (2017) y Yocabe (2018).
Además de su faceta de escritor, el 13 de mayo de 2015 decidió exponerse contando su vida y declarando ser una persona con atracción hacia el mismo sexo y un defensor de la familia natural. Desde entonces participa en congresos e iniciativas de diversa índole a fin de permitir a las personas con atracción por el mismo sexo ver su condición bajo una nueva perspectiva, distinta a la presentada e impuesta por el lobby gay.
En los últimos tiempos se ha expresado contrario al proyecto de ley Zan.
-Primero de todo, ¿qué piensa del proyecto de ley Zan?
-El proyecto de ley en sí, incluso si no hubiera sido concebido de esta manera tan ambigua, es decir, sin definir de manera concreta el delito de homofobia, o incluso si fuera una ley que castigara los actos de violencia física contra las personas homosexuales, sería de todas formas discriminatorio porque crea una categoría separada, la de los "homosexuales", que goza de derechos suplementarios respecto a cualquier otro ciudadano.
»No se comprende por qué la violencia cometida contra una persona con atracción por el mismo sexo debe ser más grave respecto a la cometida contra los demás, ya que esto contradice el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
»Además, el hecho de que esta ley no defina el delito, como ya he dicho, hace que sea, no solo discriminatoria, sino también peligrosa, dado que leyes similares en otros países han impedido la libertad de expresión de todas aquellas personas que expresan opiniones contrarias sobre distintos temas, incluso los que no están directamente vinculados con la homosexualidad (maternidad subrogada, educación de género), pero que acompañan al activismo y que, a discreción del juez, pueden ser juzgadas "homófobas".
-Contrariamente a lo que se afirma ser el objetivo del proyecto de ley, a saber: prevenir la violencia contra los homosexuales, ¿cree usted que se podrían agravar las tensiones sociales?
-Estadísticamente se ha demostrado que cuando se intenta proteger a una categoría en detrimento de las otras, el número de episodios de odio contra dicha categoría tiende a aumentar de manera proporcional a la rabia que se siente hacia ella.
»Italia no es un país homófobo, y no porque lo diga yo, sino porque así lo establecen las clasificaciones realizadas por las asociaciones gayfriendly; sin embargo, la aprobación de una ley de este tipo generaría una forma de control mediático de la información, de la libre expresión e incluso de la formación de las nuevas generaciones, lo que conllevaría el riesgo de producir una exacerbación de la visión que las personas tienen de los homosexuales.
»De hecho, se identificaría a todos los homosexuales con quienes han querido esta ley, incluidas aquellas personas que, siendo homosexuales, nunca se han identificado con la ideología que anima sus batallas.
-Últimamente también las feministas se han pronunciado contra esta ley. ¿Qué opina?
-Pienso que la verdad está saliendo por sí sola y, con ella, la mentira de la ideología de género, en la que se basan todas estas leyes: si todo lo que sentimos es verdad, entonces quiere decir que nada lo es.
»Si el cuerpo biológico ya no tiene valor, entonces, ¿por qué llevar adelante una batalla para defender a las personas que consideran haber sido discriminadas por su sexo biológico? Ya no hay un criterio de verdad, por lo que quienes al principio consideraban que había que defender determinados valores, ahora ven que esta ideología va contra sus mismos principios.
»También la mujer, discriminada durante siglos porque no tenía garantizados los derechos mínimos que tenía cualquier ciudadano varón, al luchar contra el hombre ha acabado luchando contra su misma feminidad: en los años 70, el feminismo radical se alió con los movimientos homosexuales contra la figura del hombre heterosexual, varón, blanco, visto como imagen "del opresor", hasta llegar a afirmar que era el propio sexo biológico la primera injusticia que las mujeres estaban destinadas a sufrir, por la maternidad.
»Conclusión: había que eliminar esta diferencia biológica. Sin embargo, al intentar negar las diferencias biológicas entre hombre y mujer, se han anulado también las condiciones que hacen que sea sensata la defensa de iguales derechos entre los sexos. Si no hay diferencias, ¿por qué tutelar a las mujeres más que a los hombres? Y si el sexo es lo que uno siente que es, ¿por qué un hombre que se siente mujer no puede gozar de los mismos derechos que una mujer biológica?
»Así, en el momento en el que las mujeres han reivindicado sus derechos dados por su sexo biológico, los trans, sus aliados hasta ese momento, por el principio según el cual uno es lo que se siente que es, las atacan porque se sienten discriminados en su "sentirse" mujer.
»Además, con esta ley, que equipara el género al sexo, hay un riesgo real de que aumentan los abusos sexuales por parte de los hombres que, al declararse "sentirse mujer", sin haber hecho el cambio de sexo, estarían autorizados a entrar en un vestuario femenino. ¿La pena para el que se opone? Culpable de delito de discriminación homotransfóbica.
-¿Usted ha notado la existencia de una emergencia homofóbica en Italia?
-Rotundamente no. Yo enseño en un colegio y observo constantemente que el problema del acoso, que hoy en día se asocia solo a la cuestión de la homosexualidad, en realidad es mucho más grave en cualquier otro tipo de categoría "protegida".
»Hay una gran herida en las chicas y los chicos, por ejemplo, en la contraposición que tienen entre su imagen y la que les proporciona el mundo exterior y que es considerada por todos la mejor a través de las redes sociales: la de ser todos más guapos y musculosos. Son muchísimos los casos de chicos que se autolesionan porque no se gustan al no llegar al estándar que les echan en cara sus compañeros.
»Hay emergencias mucho más importantes -y hablo solo del ámbito escolar, por lo que imaginémonos qué pasa a nivel general- de la que hay hacia quien manifiesta su atracción por el mismo sexo. Es más: actualmente, a nivel laboral, si bien aún no existe una ley al respecto, es un modo de construirse un escudo que te hace inatacable porque basta decir que has sido despedido porque alguien era contrario a tu atracción por el mismo sexo, incluso sin tener ninguna prueba, para que seas intocable. Yo nunca he vivido, personalmente, esta emergencia homofóbica.