De días de Feria, recuerdos... y cinco libros que no podían faltar
por Juan Cadarso
-'El piloto de Hiroshima: Más allá de los límites de la conciencia', Günther Anders
-'El desierto de los tártaros', Dino Buzzati
La historia del oficial Giovanni Drogo, destinado a una fortaleza fronteriza sobre la que pende una amenaza aplazada e inconcreta, pero obsesivamente presente, se halla cargada de resonancias que la conectan con algunos de los más hondos problemas de la existencia, como la seguridad como valor contrapuesto a la libertad, la progresiva resignación ante el estrechamiento de las posibilidades vitales de realización, o la frustración de las expectativas de hechos excepcionales que cambien el sentido de la existencia.
-'Reencuentro', Fred Uhlman
Dos jóvenes de dieciséis años son compañeros de clase en la misma selecta escuela de enseñanza media. Hans es judío y Konradin, un rico aristócrata miembro de una de las más antiguas familias de Europa. Entre los dos surge una intensa amistad y se vuelven inseparables. Un año después, todo habrá terminado entre ellos. Estamos en la Alemania de 1933, y, tras el ascenso de Hitler al poder, Konradin entra a formar parte de la fuerzas armadas nazis mientras Hans parte hacia el exilio.
Muchos años después, instalado ya en Estados Unidos, donde intenta olvidar el siniestro episodio que los separó amargamente, y en principio para siempre, "reencuentra", en cierto modo, al amigo perdido. Esta pequeña obra maestra, uno de los más bellos cantos a la amistad verdadera, resurge hoy con la misma capacidad de conmover que cuando se publicó por primera vez en 1960.
-'El señor del mundo', Robert Hugh Benson
Es una novela sobre el Apocalipsis, una narración sobre un tiempo futuro, que en muchos aspectos ya es el presente de nuestra sociedad. Nos presenta un mundo globalizado y tecnológico que ha negado a Dios, y una religión que se ha difuminado en un humanitarismo sin alma. Una sociedad relativista y materialista en la que no cabe la Iglesia... Cuando ya está todo preparado, un gran líder político, de apariencia humanista y solidaria, logra unificar casi todo el planeta hablando de paz... pero ocultando detrás un gran mal.
Un libro de lectura obligatorio para todo lector preocupado por la deriva de nuestra sociedad. Desde su publicación, en 1907, fue objeto de críticas. Unos lo tachaban de catastrofista, y otros lo consideraban como profético. Pero, desde entonces, esta obra maestra y visionaria, que fue capaz de anticipar el destino del hombre -y de la sociedad- que da la espalda a Dios, se ha convertido en un auténtico clásico.
-'Que no muera la aspidistra', George Orwell
La tercera novela de Orwell relata con maestría la historia de un librero y poeta decidido a combatir el poder del dinero viviendo en la miseria. Gordon Comstock es un poeta frustrado que quiere llevar sus ideales hasta las últimas consecuencias. Tras rechazar un lucrativo trabajo como publicista, acepta un humilde puesto en una librería de Londres que apenas le da para comer, pero que le permite salvar sus principios.
Resuelto a no caer en la comodidad que simboliza la flor de la aspidistra, presente en todas las ventanas de los hogares de clase media británicos, Gordon pasa las noches temblando de frío en su habitación alquilada mientras intenta escribir, ensimismado en su sueño de noble pobreza. Cuando la relación con su familia, sus amigos y su prometida se vuelva imposible por culpa del vil metal, la precariedad acabará por darle una importante lección de vida: "Los principios están muy bien, siempre que no haya que ponerlos en práctica".
Una novela que incluye, además, un contundente argumentario contra el aborto. En la parte final se enfrenta a un problema que va a decidir su destino: ha dejado embarazada a su novia, en un momento en el que la boda es económicamente imposible si quiere continuar con su libre pero pobre vida de artista. Surge la posibilidad del aborto y se da un elocuente diálogo: "¡No temas! Pase lo que pase no vamos a hacer eso. ¡Es indecente!", dijo él. "Sé que lo es, pero no podemos tener el niño sin estar casados", contestó ella. "¡No!, si esa es la alternativa, me casaré contigo. Antes me cortaría la mano que hacer algo como eso".
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