Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

El milagro de Lourdes


Mu­chos, cuan­do se en­cuen­tran ante la gru­ta de la Vir­gen y se lle­nan de las vi­ven­cias es­pi­ri­tua­les que se ex­pe­ri­men­tan en el san­tua­rio, ya no pi­den la cu­ra­ción sino sa­ber acep­tar su en­fer­me­dad y unir­la a la cruz de Cris­to, o bien re­zan por la cu­ra­ción de los de­más.

por Cardenal Juan José Omella

Opinión

Un año más, un gran nú­me­ro de pe­re­gri­nos ire­mos el pró­xi­mo 28 de ju­nio al san­tua­rio de Nues­tra Se­ño­ra de Lour­des con nues­tra Hos­pi­ta­li­dad. La pe­re­gri­na­ción a Lour­des es una ex­pe­rien­cia ma­ra­vi­llo­sa que cada uno vive y goza de ma­ne­ra di­fe­ren­te.

El cen­tro de Lour­des es la gru­ta de la Vir­gen: lu­gar de ora­ción, de si­len­cio y de re­fle­xión. En esta gru­ta de Mas­sa­bie­lle, el año 1858, la Vir­gen se apa­re­ció a Ber­nar­di­ta, una mu­cha­cha po­bre y sen­ci­lla. Le ha­bló. La Vir­gen ha­bla a to­dos los pe­re­gri­nos. Lo hace en el fon­do del co­ra­zón. La fe, la es­pe­ran­za y el amor son ma­ni­fes­ta­cio­nes muy cla­ras de to­dos los pe­re­gri­nos que se reúnen en Lour­des. Y este tes­ti­mo­nio de vida cris­tia­na ha­bla, in­ter­pe­la y hace pre­sen­te a Dios, que es amor.

En Lour­des se pro­du­cen cu­ra­cio­nes. Mu­chí­si­mos en­fer­mos van allí con este de­seo y con mu­cha fe. Pero mu­chos de ellos, cuan­do se en­cuen­tran ante la gru­ta de la Vir­gen y se lle­nan de las vi­ven­cias es­pi­ri­tua­les que se ex­pe­ri­men­tan en el san­tua­rio, ya no pi­den la cu­ra­ción sino sa­ber acep­tar su en­fer­me­dad y unir­la a la cruz de Cris­to, o bien re­zan por la cu­ra­ción de los de­más.

En una be­lla es­cul­tu­ra de los jar­di­nes del san­tua­rio fi­gu­ra una ex­pre­sión lle­na de luz que pro­nun­ció una pe­re­gri­na ita­lia­na que era cie­ga: «Es más im­por­tan­te re­en­con­trar la fe que re­en­con­trar la vis­ta». Este es el au­tén­ti­co mi­la­gro, que sue­le ser muy fre­cuen­te en Lour­des.

Acer­car­se a los pies de la Vir­gen es una ex­pe­rien­cia que nos trans­for­ma. Pero ha­cer­lo con la Hos­pi­ta­li­dad de la Vir­gen de Lour­des es to­da­vía más gra­ti­fi­can­te, por­que es una pe­re­gri­na­ción que her­ma­na a pe­re­gri­nos, vo­lun­ta­rios y en­fer­mos de las dió­ce­sis de Bar­ce­lo­na, Sant Fe­liu y Te­rras­sa. Cuan­do acom­pa­ña­mos y ser­vi­mos a nues­tros her­ma­nos en­fer­mos, la vi­si­ta a Lour­des ad­quie­re un sen­ti­do mu­cho más pleno. Los en­fer­mos son un signo de la pre­sen­cia viva de Je­su­cris­to en­tre no­so­tros. Ellos nos ayu­dan a des­cu­brir el sen­ti­do au­tén­ti­co de la vida. El con­tac­to aten­to y amo­ro­so con los en­fer­mos nos con­du­ce a un en­cuen­tro pro­fun­do con el Se­ñor. Los días de la pe­re­gri­na­ción son como un an­ti­ci­po de lo que de­be­rían ser to­dos los días del año.

En las pe­re­gri­na­cio­nes dio­ce­sa­nas a Lour­des par­ti­ci­pan mu­chos jó­ve­nes. Son vo­lun­ta­rios y rea­li­zan di­ver­sos ser­vi­cios muy cer­ca de los en­fer­mos. Son unos días in­ten­sos de tra­ba­jo, de ora­ción y de fra­ter­ni­dad, pero es­pe­cial­men­te de ale­gría in­te­rior. Los jó­ve­nes que van a Lour­des por pri­me­ra vez, como to­dos los pe­re­gri­nos, coin­ci­den en ma­ni­fes­tar que vol­ve­rán al año si­guien­te. El tes­ti­mo­nio de mu­chos jó­ve­nes que hace años que van a Lour­des con la Hos­pi­ta­li­dad es que Lour­des en­gan­cha.

Ade­más, Lour­des ofre­ce otro don a los pe­re­gri­nos: la vi­ven­cia de la ca­to­li­ci­dad del pue­blo de Dios. En el san­tua­rio se en­cuen­tran cris­tia­nos de los cin­co con­ti­nen­tes, uni­dos a los pies de la Ma­dre en una mis­ma fe, es­pe­ran­za y ca­ri­dad. Las cul­tu­ras y las len­guas se her­ma­nan en la ce­le­bra­ción de una mis­ma fe. Y to­dos es­cu­chan el mis­mo lema, que este año es el men­sa­je de Ma­ría: «Ha­ced lo que Él os diga» (Juan 2, 5b).

Que­ri­dos her­ma­nos y her­ma­nas, ni­ños, jó­ve­nes, adul­tos, en­fer­mos y con sa­lud, os ani­mo a vi­vir esta ex­pe­rien­cia par­ti­ci­pan­do en una de nues­tras pe­re­gri­na­cio­nes dio­ce­sa­nas de fi­na­les del mes de ju­nio o de sep­tiem­bre. Si este ve­rano no po­déis ir a Lour­des, re­cor­dad que Ma­ría vi­si­ta nues­tros ho­ga­res y nos in­vi­ta a ha­cer todo lo que su Hijo, Je­sús, nos dice en el Evan­ge­lio y a tra­vés de la ora­ción.
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda