Domingo, 06 de octubre de 2024

Religión en Libertad

La prensa, el Vaticano, y los móviles Apple


Definitivamente, la moda y los tópicos prevalecieron frente al rigor profesional a la hora de informar sobre el app confesional para los teléfonos de Apple.

por Marta Alejandro

Opinión

Lo admito: cuando los medios de comunicación deciden prestar atención a la Iglesia Católica, me echo a temblar. No solo porque en la mayoría de los casos solo se acuerdan de que existe para airear trapos sucios con grandes dosis de sensacionalismo y cierto sentido triunfalista del que pilla al enemigo in fraganti. Además, incluso cuando las intenciones son buenas, lo que se escribe o se dice suele mostrar tales dosis de ignorancia sobre la Iglesia, que como persona que ha vivido el mundillo de la prensa casi a diario desde que nací (como hija y mujer de periodista, y yo misma como periodista en activo durante un periodo de mi vida), no puedo dejar de sentir cierta vergüenza cuando pasa esto.
 
Este mes de febrero he vivido uno de esos momentos. Con el lanzamiento de los nuevos teléfonos iPhone de Apple por Verizon, la principal empresa de telefonía móvil del país, se ha roto el monopolio que AT&T Wireless tenía en la venta de estos teléfonos en EE UU. Esta novedad ha puesto a la prensa en alerta para cualquier cosa que se relacione con los iPhones.
 
Por ello, cuando Little iApps, una pequeña empresa de aplicaciones para los productos de Apple, con sede en Indiana, lanzó un app con una guía de ayuda para el examen de conciencia previo a la confesión, todos los medios de comunicación recogieron la noticia. Esto no debería haber tenido mayor repercusión, todavía más si se tiene en cuenta que el app se desarrolló con el beneplácito de los obispos estadounidenses. Pero su lanzamiento resultó en otro tipo de guía, en este caso, elaborada sin intentarlo por la prensa en general: cómo demostrar la ignorancia y prejuicios propios en el menor número posible de palabras.
 
Con titulares como “Nuevo app de iPhone permite a los católicos ofrecer sus confesiones”, seguidos de “El Vaticano prohíbe las confesiones vía app”, entre otros, lo que no habría pasado de ser una mención de una línea, se convirtió en una controversia nacional. Aparte del sensacionalismo del momento, la guía no deja de ser una versión electrónica para teléfono móvil de los muchos folletos disponibles en las iglesias o de las muchas versiones que hoy se encuentran en internet, y que explican cómo hacer un buen examen de conciencia mediante una serie de preguntas relacionadas con los diez mandamientos.
 
Respecto a la supuesta prohibición de su uso por el Vaticano, la realidad es que  las autoridades eclesiásticas, después de ser bombardeados con preguntas de la prensa sobre cómo funcionaba la confesión por medio de apps, decidieron aclarar la situación. Según la noticia publicada el 9 de febrero por Catholic News Service, el app “no sustituye al sacramento, durante el cual se produce un encuentro en persona entre el penitente y el sacerdote”, y añade que “algunas informaciones recientes en la prensa, no obstante, habían sugerido que la aplicación podría sustituir a la confesión en persona”.
 
Curiosamente, toda esta repentina atención hacia el uso de la tecnología y la postura de la jerarquía eclesiástica frente a la misma se producía al mismo tiempo que el Vaticano celebraba el 80 aniversario de la fundación de Radio Vaticano.
 
Si los periodistas estadounidenses que se preguntaban si la “reacción del Vaticano” frente al app confesional venía a confirmar lo retrógrada que es la iglesia en cuanto a la tecnología hubieran dedicado dos minutos a hacer una búsqueda en Google de “tecnología e iglesia católica”, hubieran encontrado la intervención de Peter Bryan Wells, asesor de la Secretaría de Estado del Vaticano, con motivo de dicho aniversario. En dicha intervención, Peter Bryan Wells habló extensamente sobre la radio, las tecnologías, su futuro, y la posición del Vaticano frente a las mismas.
 
Con una búsqueda adicional sobre Radio Vaticano o Guglielmo Marconi, el inventor de la radio, cualquier periodista hubiera aprendido el papel que ha jugado la Iglesia Católica en el desarrollo de las telecomunicaciones. La bibliografía de Marconi en la página de la Fundación Nobel (Marconi ganó el Premio Nobel de Física en 1909) dice “en 1931 Marconi comenzó a investigar las características de propagación de las ondas cortas de radio, que resultaron en el uso en 1932 del primer radioteléfono por microonda entre Ciudad del Vaticano y la residencia de verano del Papa en Castel Gandolfo”. La fecha oficial de la fundación de Radio Vaticano es el 12 de febrero de 1931. Con estos datos, se puede ver el papel pionero de la Iglesia en los inicios de la tecnología radiofónica.
 
Definitivamente, la moda y los tópicos prevalecieron frente al rigor profesional a la hora de informar sobre el app confesional para los teléfonos de Apple.
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