Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

Muro de Berlín y comunismo


Me espanta que siga habiendo gente que se crea que el comunismo es el gobierno del pueblo y de los pobres. No me extraña por ello que cuando el periodista comunista Chris Mathews, intenta llevar a su terreno al cardenal Bergoglio, la entrevista termina con un fuerte encontronazo.

por Pedro Trevijano

Opinión

Estos días estamos celebrando los amigos de la Libertad, es decir todos menos los comunistas y algún que otro totalitario, el XXV aniversario de uno de los grandes días del siglo XX: la caída del Muro de Berlín, el 9 de Noviembre de 1989, hecho que me marcó de modo especial porque estaba en Alemania el día en que se construyó, el 13 de Agosto de 1961. La construcción y caída del Muro son dos hechos inolvidables de mi vida.

En su célebre discurso del 26 de Junio de 1963, popularmente recordado por su frase “Ich bin ein Berliner”, Kennedy tuvo otra frase en alemán : “Lasst Sie nach Berlin kommen” (“Dejad que vengan a Berlín”). En efecto el problema era que en aquella época había dos concepciones de la vida y del mundo que se disputaban la supremacía: la concepción comunista y la concepción occidental, en aquella época muy influenciada por el Cristianismo, pues no hay que olvidar que los Padres de Europa, Schumann, De Gasperi y Adenauer, eran católicos practicantes.

Mientras que el mundo occidental era llamado el mundo libre, si intentabas salirte del paraíso comunista te jugabas y, a veces, perdías la vida, siendo en Berlín, precisamente por la cercanía de unos y otros, donde más palpable era la diferencia. Tras una visita nocturna al Muro, recuerdo que pensé, en la misma línea de la afirmación de Kennedy: “No entiendo cómo se puede venir a Berlín y seguir siendo comunista”.

¿Por qué cayó el Muro? Comunismo y nazismo han sido las dos grandes tiranías criminales y totalitarias del siglo XX. El bloque comunista se derrumbó porque no supo resolver los problemas sociales, económicos y por supuesto religiosos de la gente. Durante bastante tiempo, y no sé si incluso actualmente, aunque supongo ya no, se notaba a simple vista si estabas en la antigua Alemania Oriental u Occidental, por la enorme diferencia que había entre ambas. Creó una diferencia de clases abismal, lo que Djilas, el segundo de Tito hasta caer en desgracia, bautizó en Yugoslavia como la nueva clase, con unas diferencias bestiales entre ricos y pobres.

Cuando hará unos diez años estuve en Rusia, la guía nos comentó que Moscú era la tercera ciudad del mundo en multimillonarios, mientras la clase media prácticamente no existía, como me quedó claro cuando le pregunté que donde estaban los restaurantes de diez euros para la clase media. Me dijo que esos restaurantes tipo medio todavía no existían. El fracaso económico comunista fue tan total, que Checoslovaquia, que antes de la última guerra mundial era el país con mejor nivel de vida europeo, pasó a ser un país bastante pobre.

Por ello me espanta que siga habiendo gente que se crea que el comunismo es el gobierno del pueblo y de los pobres. No me extraña por ello que cuando el periodista comunista Chris Mathews, intenta llevar a su terreno al cardenal Bergoglio, la entrevista termina con un fuerte encontronazo (si ustedes desean el texto de la entrevista búsquenla en Google poniendo Bergoglio comunismo); el entonces cardenal le dice: “Primero en Europa y ahora en América, algunos políticos se han dedicado a endeudar a la gente creando un ambiente de dependencia. ¿Para qué? Para incrementar su poder. Son grandes expertos creando pobreza y nadie los cuestiona”... “Culpo a los políticos que buscan sus propios intereses. Tú y tus amigos socialistas. Ustedes y sus políticas son la causa de 70 años de miseria, y eso tiene a muchos países al borde del colapso. Creen en la redistribución, que es una de las razones de la pobreza. Ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar todas las actividades humanas. Ustedes destruyen el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse cargo de su familia, un crimen contra la naturaleza y contra Dios. Esta ideología crea más pobres que todas las corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas”... “La gente dominada por socialistas necesita saber que no tenemos que ser pobres”... ”El imperio de la dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que se arrodillen ante su gobierno. Dándoles peces sin permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad es castigada. Tú hablas de progreso y yo de pobreza. Temo por América Latina. Toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”.

El cardenal Bergoglio veía así su tarea: “Yo lucho por combatir esa pobreza. La pobreza se ha convertido en una condición natural y ello es malo. Mi tarea es evitar el agravamiento de tal condición. Las ideologías que fabrican pobreza deben ser denunciadas. La educación es la gran solución al problema. Debemos enseñar a la gente como salvar su alma, pero enseñando a evitar la pobreza y no permitir que el gobierno los conduzca a ese penoso estado”.

Siempre me ha sorprendido la manga ancha con los comunistas: mientras Pinochet gobernó Chile entre 1973 y 1990, ejecutó a algo menos de tres mil personas en un país de diecisiete millones de habitantes; Pol Pot gobernó, si se puede llamar a lo que hizo gobernar, en Camboya rntre 1975 y 1979, por tanto en la misma época, y en un país de quince millones mató a alrededor de un millón setecientas mil personas. Hasta llevar gafas era motivo para ser ejecutado. Y sin embargo, sospecho que ustedes han oído hablar mucho más de los crímenes de Pinochet que los de Pol Pot, si es que han oído hablar sobre los de éste.

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