Martes, 19 de marzo de 2024

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Mártires Terciarias Franciscanas de Cubas (3)

por Victor in vínculis

Inocente García de Andrés en su Memoria de las Mártires. Convento de La Santa Juana de Cubas (Madrid), publicado en 2013,se pregunta a partir de la página 17: ¿qué ocurría en Cubas y alrededores? Y responde citando la obra de José Francisco Guijarro, Persecución religiosa y Guerra civil. Iglesia en Madrid, 19361939, (2006), p. 418:

«El 9 de agosto, fue asesinado el capellán de los Hermanos de la Salle de Griñón, Antonio Mateo Salamero, de 69 años de edad, en el término municipal de Torrejón de Velasco. También en el mismo término municipal, apareció asesinado “por milicianos de Serranillos del Valle, Griñón y Torrejón de Velasco”, el párroco de Serranillos del Valle, Marciano Martínez Pardo, de 36 años de edad, el día 27 del mismo mes de agosto».
 

Termina Inocente García afirmando: “No tengo noticias de qué fue de las Hermanas del Convento de Griñón que habían sido llevadas a Cubas. Es de suponer que fueron llevadas a Madrid y repartidas en casas de familiares”.
 
Camino del Martirio

Las siete hermanas de Santa Juana acogidas en la c/ Castelló, 48, salieron de allí para el martirio, del 20 al 30 de octubre del 36.

Los milicianos dijeron:
-Venimos por las monjas de santa Juana de Cubas.
Sor Rosa del Patrocinio de san José pudo librarse del martirio. Le avisaron:
-No salga, que se las llevan a matar.
Pero ella dijo:
-Que me esperen, que me visto, yo quiero ir donde vayan mis hermanas.
Uno de la casa les dijo a los milicianos que iba a acompañarlas. Ellos le contestaron: “le pesará si viene”; y no fue. Entonces comprendieron que no volverían a verlas más.

Sólo se supo que las llevaron a la checa de santa Susana. Esto ocurrió en los días transcurridos entre el 20 al 30 de octubre de 1936. No sabemos quién denunció la presencia de las Monjas en aquella casa. Los familiares, ya muy mayores, con los que pudimos hablar, -explica don Inocente, a pie de página, en su publicación-, hablaban de la portera del inmueble y también de algunos milicianos que les habían llevado desde el Convento de Cubas.

No sabemos el tiempo que estuvieron en la checa de Santa Susana, ni el día de la “saca” en que fueron llevadas a Paracuellos. No aparecieron en ninguna lista, por lo que es de suponer que fuera en las últimas “sacas” que vaciaron la checa.
 
2017 y la documentación siguen arrojando luz sobre los casos

Es sobrecogedor poder seguir investigando, más de ochenta años después, y seguir arrojando luz sobre los casos de nuestros mártires. Hasta sorprendernos con el retrato y la historia del pistolero que condujo al martirio a las monjas de Cubas de la Sagra.

Me honro con la amistad del querido historiador José Manuel de Ezpeleta, que es el mayor especialista en las matanzas de Paracuellos y todo lo relacionado con la guerra civil en Madrid. Generoso en compartir todo lo que sabe y lo que tiene trabajado documentalmente (siempre he obtenido respuesta a mis preguntas y dudas), lo hacía antes desde cualquier parte del mundo -fue piloto de vuelos comerciales- y lo sigue haciendo ahora.

Julián Herrero, escribía en La Razón, el pasado 26 de noviembre, en un artículo que llevaba por título: Respeto para las 4.500 víctimas.

Hay un nombre que se repite en la boca de los familiares de las víctimas de Paracuellos: José Manuel de Ezpeleta. Nadie ha profundizado tanto como él. Un estudio de quince años que todavía no ha finalizado, pero que «pronto lo hará», dice. «Está basado en fuentes primarias de archivos múltiples, declaraciones de gente que lo vivió y la bibliografía que se ha escrito», de la que difieren mucho los nuevos avances. «No se parece en nada a lo editado en estos años, siempre se copia lo mismo de una de las fuentes originales que están equivocadas», amplía el experto.

Las cifras que se habían barajado en Paracuellos oscilaban entre las 2.000 y 2.500 víctimas y actualmente Ezpeleta trabaja con unos datos «que van de 4.400 a 4.500. Incluidos mujeres y chavales a partir de 13 años». Los caídos aumentaban a más de 25.000 si se abordan los tres años de guerra en Madrid capital y provincia, de muertes violentas que no se consideran acción de guerra. Números entre los que caben hasta «civiles asesinados con carné de la CNT y la UGT -cuenta De Ezpeleta–. Luego fue una revolución político-social, una caza y captura por ideales y religión. No se tenía en cuenta el partido, era una persecución a la persona. Bastaba con haber sido interventor de la CEDA en las elecciones del 33 para que te denunciasen».
 
     
Bien, pues gracias a él podemos poner rostro al pistolero que detuvo y, sin duda, presidió el pelotón de fusilamiento que acabó con nuestras protagonistas. Podemos saber el día exacto en que fueron detenidas y corregir incluso el número de la calle Castelló de Madrid, del edificio del que fueron sacadas. Pero, lo haremos en la entrega de mañana.

Sin embargo, creo que podemos afirmar que las monjas de Cubas de la Sagra no fueron asesinadas en Paracuellos. Primero por las fechas (detenidas el 20 de octubre -en realidad el 18 de octubre-) y segundo, todo indica que fueron llevadas a la Pradera de San Isidro y allí asesinadas. De sus restos mortales, lo más seguro es que fueran inhumadas en el cementerio de la Sacramental de San Isidro o en último caso, en el cementerio de la Almudena, lugar en que por aquellas fechas era llevados los cadáveres aparecidos en los alrededores de Madrid.
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