Jueves, 25 de abril de 2024

Religión en Libertad

San Juan (20,1.1118)

Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto

ReL

Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Cantar de los Cantares (3,1-4a)

Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: "¿Visteis al amor de mi alma?" Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»

Salmo  62,2.3-4.5-6.8-9

Mi alma está sedienta de ti, mi Dios

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, 
mi alma está sedienta de ti; 
mi carne tiene ansia de ti, 
como tierra reseca, agostada, sin agua. 

¡Cómo te contemplaba en el santuario 
viendo tu fuerza y tu gloria! 
Tu gracia vale más que la vida, 
te alabarán mis labios. 

Toda mi vida te bendeciré 
y alzaré las manos invocándote. 
Me saciaré como de enjundia y de manteca, 
y mis labios te alabarán jubilosos. 

Porque fuiste mi auxilio, 
y a la sombra de tus alas canto con júbilo; 
mi alma está unida a ti, 
y tu diestra me sostiene. 

Evangelio según san Juan (20,1.1118)

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. 

Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» 

Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» 

Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. 

Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» 

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» 
Jesús le dice: «¡María!» 

Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» 

Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."» 

María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»
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