Tres exorcistas de Milán siguen su caso
Una mujer poseída entra en trance tras ver la Sábana Santa: «Recibo exorcismos desde hace 9 meses»
"La mujer en cuestión soy yo, y por razones obvias de intimidad le pido que mantenga mi anonimato": la historia, de la cual hubo varios testigos, fue finalmente confirmada por su más directa protagonista, la mujer de Lecco (bella ciudad situada junto al lago de Como, en la Lombardía) que el 12 de junio entró en trance tras visitar la Sábana Santa, que se expone desde el 19 de abril y hasta el 24 de junio en la catedral de Turín.
Como en una película de terror
Ese viernes había acudido, como una más entre cientos de miles de peregrinos, a contemplar el lienzo que envolvió el cuerpo de Jesucristo, cuando "entró como en trance: se puso a decir frases incomprensibles, en una lengua desconocida para los presentes, y cayó al suelo. Las personas que tenía al lado intentaron ayudarla, pero la crisis no parecía atenuarse", cuenta La Repubblica. Al revés: "Empezó a girar la cabeza de un lado a otro de forma no natural. Parecía una película de terror", afirma un testigo.
Las convulsiones duraron unos diez minutos y cesaron de golpe, sin mediar intervención alguna. Se levantó por sí sola y, aunque algo aturdida, hablaba normalmente, e inmediatamente abandonó el lugar.
Las dudas del sacerdote
Consultado por el diario piamontés, el exorcista Egidio Zoia mostró cierto escepticismo con el caso, señalando que "las personas verdaderamente poseídas son muy pocas" y que habría esperado otro comportamiento por parte de un poseído: "La reacción de esta persona ante la Sindone me parece demasiado floja. Si realmente tuviese dentro de sí al demonio, habría tenido una reacción violenta ante el Santo Lienzo, habría intentado destruirlo, habría blasfemado con vehemencia de modo provocativo", dijo, aun reconociendo que para emitir un juicio tendría que haber asistido a la escena.
Pero la misma protagonista precisó algunos puntos días después con la carta a La Repubblica que encabezaba esta información.
Nueve meses de exorcismos
"Ante todo", dijo, "no soy yo quien dice que está poseída, y ni siquiera he dicho que el diablo me haga hacer cosas contra mi voluntad", expresión que había utilizado el periódico: "No soy yo quien dice estar poseída, sino que el hecho ha sido verificado y comprobado por tres exorcistas diferentes autorizados por la archidiócesis de Milán. Además, la crisis de posesión, que efectivamente sufrí, no tuvo lugar delante de la Sindone, sino al concluir el tiempo de la visita, cuando ya nos invitaban a salir". De hecho, añade, algunos voluntarios que la acompañaban y conocen su situación la sacaron del templo en cuanto advirtieron los primeros síntomas: "Fue fuera de la iglesia donde tuve la crisis de posesión".
La mujer, aludiendo a las palabras de Don Egidio, explica por qué su reacción fue "floja": "Estoy recibiendo exorcismos desde hace nueve meses dos veces por semana, unidos a un profundo camino de fe en Cristo. Oigo misa a diario y recibo la Santa Eucaristía habitualmente. Preparé esta peregrinación escrupulosamente, con los muchos apoyos que el Señor me ha enviado. Empecé a advertir la aversión y la oposición del Maligno ya algunos días antes de partir, y el viaje hasta llegar a la Sábana Santa fue más bien dificultoso y lleno de obstáculos. Durante días oré al Señor para que me permitise al menos rezar algunos minutos ante el Sagrado Lienzo. Conseguí estar delante de él todo el tiempo que el Señor me concedió, sintiendo todo el rato golpes y agresiones de Satanás, que quería derrotarme. Fue durísimo, pero en la fe, en la oración y en el abandono a Nuestro Señor resistí hasta que no pude más...".
La señora explica que hizo esta peregrinación buscando "la gracia de la liberación". Afirma que el demonio la ha hecho hablar muchas veces en arameo antiguo, junto con ataques físicos: "Me ha torturado el cuerpo con contorsiones, me ha golpeado violentamente la cabeza contra el suelo... ¡pero jamás ha podido hacerme blasfemar!".
No hay otras causas
También afirma que jamás ha vendido su alma al diablo: "Los motivos de mi posesión son otros y personales. Jamás he vivido en países donde se hablase arameo, y soy negada para los idiomas. He pasado exámenes psiquiátricos y no tengo ninguna enfermedad concreta. Tampoco mis padres han pensado nunca que en mi caso estuviese por medio el diablo, al contrario, al principio fue difícil que comprendieran la realidad de mi situación".
Explica que se convirtió hace dos años, y un año después descubrió que estaba poseída: "Tras una vida sin comprender cuál era la fuente de mis problemas, pero con la profunda conversión del corazón, el perdón, la Santa Misa diaria y los sacramentos, el Señor tuvo misericordia de mí y me mostró el camino a seguir, acompañándome con su Amor".
Una vida normal, un drama interior
A pesar de las incompresiones que manifiesta haber sufrido tras descubrir su posesión, concluye afirmando que "en estos meses de agonía" ha seguido trabajando como profesional liberal y manteniendo sus relaciones personales: "Quien no lo sabe no se imaginaría que justo yo pueda ser ´esa endemoniada que explota delante de la Sábana Santa´. Y tampoco podría imaginar la lucha que ha de afrontar, en cada instante de su existencia, una persona poseída que busca la liberación con toda su alma".