Domingo, 16 de junio de 2024

Religión en Libertad

Cristo Sacerdote, una fiesta que cumple 50 años ¡y la experiencia mística de un actor que fue Jesús!

Bruce Marchiano interpreta a Jesús en la Última Cena en su película de 1993
Bruce Marchiano interpreta a Jesús en la Última Cena en su película de 1993

P.J.G.

Este jueves 23 de mayo, la Iglesia en España ha celebrado la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, que además cumple 50 años en el calendario litúrgico de toda España.

Para muchos sacerdotes, esta fiesta es una ocasión de reflexionar y orar sobre su sacerdocio y el modelo en que debe inspirarse, que es Cristo.

Sobre esto reflexiona José María Alsina, superior general de los Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en una conferencia titulada "Cor sacerdotis, Cor Christi. El sacerdote hombre capaz de compasión", pronunciada el 10 de mayo en Valladolid con motivo de la fiesta de San Juan de Ávila. Valladolid celebra también 100 años de instalar una imagen del Corazón de Jesús en lo alto de su catedral.

Durante 30 años de sacerdocio, Alsina ha reflexionado sobre la compasión y la justicia de Dios, que se encarna en el corazón de Cristo, que es apasionado y compasivo.

La experiencia mística de un actor que hacía de Jesús

Alsina cuenta un testimonio que conoció, la historia de Bruche Marchiano, actor que interpretó a Cristo en El Evangelio de Mateo en 1993. Marchiano contó que para entender a Jesús como actor, le rezó, y pidió ver como Él.

La película de 1993 con Marchiano tiene la particularidad de que usa todos y cada uno de los versículos de este Evangelio, en fidelidad a cada uno:

Alsina lee el testimonio del actor:

"Yo caminaba y oraba mirando a la multitud de caras: 'Señor, muéstrame cómo se ve todo con tus ojos'. Aquí se pone difícil, porque me faltan palabras para describir lo que me sucedió. Fue tan rápido, una fracción de segundo, y estoy convencido que la razón que fuera tan rápido es que el Señor me protegió y lo que vi en ese instante no fue con mis ojos, fue algo en mi corazón".

"Lo único que puedo decir es que vi un mar de gente viviendo sus vidas en desacuerdo con Su plan, viviendo apartados de Su amor, de Su cariño, de Su bondad, de Su abrazo, de Sus planes, de Sus propósitos y esperanzas para ellos", explica el actor.

"Fue algo terrible, no tengo palabras para describir lo terrible que fue. Fue como si me hubieran quitado el aliento. No podía respirar y mi corazón simplemente se me partió a un nivel que no me imaginaba que existiera. Y comencé a temblar y a llorar. Por primera vez en mi vida, comprendí qué significa compasión cuando viene de Jesús. Entendí que no es sólo sentir pena por alguien, es un dolor tan intenso y profundo como si tu interior fuese rasgado. Es un grito del corazón que clama en la mayor agonía por el dolor innecesario, sin sentido, de la gente que sólo tendría que volverse a Él. Lo que sentí entonces fue terriblemente trágico y no se puede dudar que lo que gusté fue una sola gota de agua de los océanos del universo comparado con lo que Él realmente siente", declaró el actor.

Alsina añade: "Marchiano alcanzó su objetivo de entrar en la mirada del Corazón de Cristo rezando".

Misericordia: corazón compasivo, la tristeza de un amigo

Alsina cita en su conferencia a Santo Tomás de Aquino, quien dice que "la misericordia es un corazón compasivo por la miseria de otro corazón", y también "la tristeza que uno siente por el amigo".

Santo Tomás también dice que "Cristo vino para que por medio de Él tengamos acceso a Dios", como se lee en Romanos 5, y de este modo, conversando familiarmente con los hombres "fue conveniente que inspirase a los hombres confianza para que se acercasen a Él". Tomás pone el ejemplo de Mateo 9, donde se dice que mientras estaba él en la mesa, muchos publicanos y pecadores vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos.

Alsina cita también al cardenal Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, quien matiza que "la misericordia de Cristo no es una gracia barata, no implica trivializar el mal. Cristo lleva en su cuerpo y en su alma todo el peso del mal, toda su fuerza destructora. Quema y transforma el mal en sufrimiento, en el fuego de su Amor ardiente. El día de la venganza y el año de la Misericordia divina coinciden en el misterio pascual, en Cristo muerto y resucitado", añade.

Sacerdotes compasivos hoy

Refiriéndose a los sacerdotes que le escuchan, Alsina comenta: "Nosotros celebramos la misa con poca gente o con mucha gente. Muchos de vosotros celebráis la misa con poca gente. Pues bien, en este momento es en el que resuenan en el corazón del sacerdote las actitudes del corazón compasivo de Cristo por los pecados, por las dolencias, por las miserias de nuestros hermanos los hombres".

Alsina propone unas palabras de "nuestro maestro [San] Juan de Ávila", dirigidas a sacerdotes: "Aprenda vuestra señoría a ser mendigo delante del Señor y a importunarle mucho presentándole su peligro y el de sus ovejas, y si verdaderamente se supiera llorar así a ellas, el Señor, que es piadoso, nos dice: no llores, y citará a su hijo muerto, porque como a Cristo costaron sangre las almas, ha de costar al prelado lágrimas el sacerdote que reza en su corazón".

"El sacerdote ejerce su ministerio como instrumento de la compasión de Cristo particularmente cuando administramos el Sacramento de la de la penitencia", añade Alsina.

Una pregunta que se habrán hecho muchos sacerdotes, también Alsina, es: "¿Cómo ejercer adecuadamente nuestra compasión sacerdotal sin quedar atrapados por la miseria que nos rodea?" Sí, el sacerdote debe ser virtuoso, sano. "Pero para ser compasivos y misericordiosos de una manera particular tenemos que ser fuertes. Fuertes, no rígidos. El Papa Francisco nos dice muchas veces que no tenemos que ser rígidos y sabe muy bien lo que dice. Porque detrás del que es rígido no hay fortaleza, hay mucha debilidad. El fuerte no es rígido, es compasivo".

Las dificultades que ayudan a ser mejor

Alsina finaliza contando su testimonio personal y familiar. "Tengo una hermana tetrapléjica. Somos nosotros ocho hermanos y la séptima el Señor nos la regaló con esta enfermedad, desde los dos años y medio, aunque pueda parecer un poco fuerte decirlo. Tiene el 99,8% de su cuerpo paralizado, pero nunca le afectó a la cabeza. Solo puede mover dos dedos, pero con ellos mueve una pincita. Así ha hecho una carrera, es comentarista de libros y se dedica la venta virtual de libros", explica.

Una vez, en una entrevista televisiva, "le preguntaron a mi hermana Memé si no se sentía una carga para la familia, porque había que cuidarla. Ella dijo que no, que lo contrario, que ella veía que su enfermedad hacía que los demás la ayudaran y que eso, además, les hacía buenos", añade.

Más sobre Memé Alsina y su sabiduría de la vida aquí, aquí y aquí. En la serie de vídeos Vividores contó su experiencia. (Vídeo de 5 minutos).


Finaliza el predicador con un consejo para sacerdotes: "Cuando vamos al Señor a llorar nuestras penas, nuestras dificultades, glorificamos el nombre de Dios. Pero también lo hacemos cuando vamos a nuestros hermanos y nos dejamos ayudar por ellos. Un sacerdote que se deja ayudar por otro hermano sacerdote, que dice 'necesito tu ayuda'... A mí me parece que ningún sacerdote puede decir que nadie le quiere", apunta.

50 años de la fiesta española de Jesús Sumo Sacerdote

La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote es una fiesta solemne propia del calendario litúrgico español, que se celebra el jueves posterior a Pentecostés (no es como otras fiestas que celebra la Iglesia universal, como Corpus Christi o el Sagrado Corazón).

Jesucristo es el sumo sacerdote que ofrece al Padre en el Espíritu el sacrificio espiritual (1P 2, 5-9; Ap 1, 6; 5, 10; 20, 6). Cristo Jesús es sacerdote en el Cielo para siempre, no como Aarón (antiguo sacerdote levítico) sino como Melquisedec (Hb 4, 14-5, 10; 6, 20). El Verbo de Dios, al asumir un cuerpo humano, se ha convertido en sacerdote y víctima de manera perfecta (cf. Sal 39) y en Mediador de la nueva alianza (lTm 2, 5; Hb 8, 6; 9, 1-28), realizando la comunión entre Dios y los hombres (Jn 14, 6).

La Sagrada Congregación de Ritos, por mandato de Pío XI en la encíclica Ad catolici sacerdotii de 1935, presentó a la Iglesia un formulario de la misa votiva de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Dos años más tarde, la Santa Sede concedió una serie de indulgencias a quienes participen en esta celebración orando y ofreciéndose a Dios en favor de los sacerdotes y los seminaristas, para que sean santificados y formados según el corazón de Cristo Sacerdote.

El 6 de junio de 1974, jueves tras Pentecostés, hace 50 años, se celebró por primera vez en toda España la fiesta de Cristo Sacerdote, con una ceremonia presidida en las oblatas de Madrid por el cardenal de Toledo, primado de España, Marcelo González Martín. En 1997, el arzobispo Rouco Varela de Madrid estableció que esta fiesta fuese en la iglesia diocesana una "jornada por la santificación de los sacerdotes".

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