La iglesia norteamericana pone nombres y rostros a la aportación de la comunidad católica negra
La Iglesia católica en Estados Unidos dedica el mes de noviembre como el "Black Catholic History Month", para celebrar la larga historia de fe de tantas mujeres y hombres de color en aquel país, ha explicado José Luis Restán en la cadena COPE.
Cada diócesis, parroquia y comunidad organiza en este mes congresos y encuentros en los que se valora la larga herencia de fe de la comunidad católica negra en Estados Unidos. La Conferencia Episcopal ha presentado como ejemplo de esta herencia la vida de cinco mujeres y hombres que ya son considerados venerables, y cuyo proceso de beatificación está muy avanzado.
Pierre Toussaint, nacido en Haití, fue llevado como esclavo a Nueva York, donde se convirtió en el peluquero más popular de la ciudad. Logró su libertad y se convirtió en uno de los primeros empresarios negros del país. Su riqueza la dedicó a la Iglesia y a los pobres, acogiendo, tanto él como su mujer a huérfanos, refugiados y personas de la calle. Fundó uno de los primeros orfanatos de la ciudad.
Mary Elizabeth Lange fue la fundadora de las Oblatas de la Providencia, la primera congregación de religiosas afroamericanas de la historia de la Iglesia. Destacó por su servicio en la epidemia de cólera de 1832. Otra religiosa es Henriette Delille, nacida en Nueva Orleans, donde dedicó toda su vida a ayudar a los necesitados por amor a Jesús. En 1842 fundó la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia.
Augustus Tolton fue el primer sacerdote católico negro de Estados Unidos. Antiguo esclavo, fue bautizado y realizó sus estudios sacerdotales en Roma, donde fue ordenado en 1886. Su labor incansable entre la comunidad negra le valió el sobrenombre del “buen padre Gus”.
También nació esclava Julia Greeley, que alcanzó la libertad en 1865. Fue bautizada católica en la parroquia del Sagrado Corazón de Denver. Creó una Liga del Sagrado Corazón entre los bomberos de la ciudad, a la que se unieron católicos y no católicos. En 1901 se unió la Orden Seglar Franciscana y sus restos reposan en la Catedral de Denver. Un hermoso ramillete de historias que despuntan en el camino de fe de la comunidad negra.