Jueves, 31 de octubre de 2024

Religión en Libertad

El sindonólogo Daniel Duque Torres destaca la importancia de aquel hallazgo

Existen 135 copias «auténticas» de la Sábana Santa: ninguna pudo interpretar su negativo fotográfico

Copia de la Sábana Santa que custodian los dominicos en Santiago del Estero (Argentina)
Copia de la Sábana Santa que custodian los dominicos en Santiago del Estero (Argentina)

ReL

Con motivo del artículo que escribí sobre la que di en llamar “la Sábana Santa americana” que se venera en Santiago del Estero en Argentina, entré en contacto con el sindonólogo español Daniel Duque Torres, uno de los grandes expertos mundiales en el tema de las copias de la Sábana Santa existentes en el mundo, que me ha aclarado muchas de las dudas que sobre el tema se me suscitaron.
 
-¿De cuántas copias hablamos?
-Cuando nos referimos a copias de la Sábana Santa, el que podríamos denominar último censo oficial, presentado en la III Convención del Centro Español de Sindonología en el año 2009, asciende a unas 175 copias de cuya existencia conocemos, aunque de cuarenta de ellas o no conocemos su paradero actual o se han perdido definitivamente.
 
-¿Están muy desperdigadas?
-No, no lo están. La práctica totalidad están en Europa. De hecho, fuera de Europa sólo hay cinco, dos en México, ambas en Puebla de los Ángeles; una en Argentina, en Santiago del Estero, como bien sabes; otra en Estados Unidos, en Nueva Jersey; y una última en Canadá, en Quebec.
 
-Y las europeas ¿dónde se hallan?
-Una buena parte en España, nada menos que 34. A esas habría que añadir otras 32 de diversos tamaños que se llevaron desde España a Turín en 1588 para ponerlas en contacto con la original de Turín, entre ellas la que se conserva hoy en el Monasterio de Guadalupe.
 
-¿Y además de España?
-La palma se la lleva, como es fácil de entender, Italia, donde están censadas 48, alguna de ellas, como la de la basílica-santuario Madonna della Guardia en Tortona, destruida al día de hoy por una inundación. Hay ocho en Francia (donde la Revolución resultó letal, destruyéndose la mayoría de las existentes), cinco en Portugal, una en Alemania, otra en Bélgica… ¡hay una en Checoslovaquia!
 
-Estamos hablando de “copias auténticas”… ¿a qué llamamos "copia auténtica"?
-Bueno, esta clasificación de la que te hablo es la que he compuesto yo mismo, en función de sus señales, sus características, la documentación que las avala, la fecha de su realización, su tamaño… Hay otras, desde luego. No debe dejar de mencionarse la que antes que yo mismo realizó el gran sindonólogo italiano Luigi Fossati, que las dividió entre copias procesionales y no procesionales.
 
-¿A que se le llama una copia “procesional”?
- El término “procesional” se refiere a las copias que son utilizadas durante las festividades religiosas de la localidad donde se encuentran y que son sacadas “en procesión” en días concretos (principalmente Semana Santa).


Copia venerada desde el siglo XVII en Campillo de Aragón (Zaragoza, España), donde suele exponerse los Jueves y Viernes Santo. Foto: Jorge Miret / Heraldo.
 
-¿Hay otro tipo de clasificaciones?
-Por supuesto. Hay muchos tipos de copias: con parches, sin ellos, con lanzada a un lado o a otro, grandes, pequeñas, con texto, sin él… Determinar un criterio único y definitivo para las copias es bastante difícil debido al gran número de características que las acompañan.
 
-¿Y es fácil conocer la fecha en la que se realizaron?
-No siempre. A menudo requiere de una gran investigación histórica, de la observación in situ, o de la comparación con otras obras ya datadas. Desde este punto de vista, se pueden obtener conclusiones interesantes, como por ejemplo que muchas de las copias desde el siglo XVI hasta mediados del XVII se realizaron para la Casa Real española, pues en aquella época, el propietario de la Síndone, la familia Saboya, mantenía una estrechísima relación con España. Son copias firmadas en Chambéry, ciudad francesa en la que se ubicó la original hasta 1578. Sin embargo, desde mediados del XVII y durante el XVIII la mayoría de las que se realizan tuvieron como destino ciudades italianas, tantas más cuanto más cerca estuvieran de Turín, la nueva “sede” de la Sábana.
 
-¿Pueden seguir realizándose nuevas copias “auténticas”?
-Evidentemente pueden aparecer nuevas copias de las que no tenemos conocimiento que por su antigüedad y características merezcan ser incorporadas al censo de las “copias auténticas”. Pero si te refieres a la posibilidad de realizar nuevas copias y que éstas sean auténticas, no. Desde que se fotografió por primera vez en el siglo XIX y se descubrió que la Sindone no es otra cosa que una copia en negativo fotográfico, ya no hay “copias”. Ahora bien, se siguen haciendo reproducciones que, como te puedes imaginar, dados los medios de los que disponemos hoy día, son de gran calidad, reproducciones perfectas. El propio Centro Español de Sindonología facilita a quien lo desee copias digitales a tamaño natural y sobre tela. Pero claro, no se trata de las copias de las que estamos hablando ahora.


En 1898, Secondo Pia hizo el mayor descubrimiento histórico sobre la Sábana Santa: al fotografiarla descubrió que se trataba en realidad de un perfecto negativo, algo que nadie en mil novecientos años, de haber querido hacer una falsificación, podía haber previsto.
 
-De esas copias auténticas de las que hablamos, ¿cuáles son las mejores?
-Desde el punto de vista artístico no hay copia “buena”. Ten en cuenta que las reproducciones pictóricas tenían que interpretar un efecto que se desconocía en el momento de su realización. Me refiero al negativo. Como sabes, con la aparición de la fotografía, se descubre con gran sorpresa que la Sábana Santa no es otra cosa que un negativo fotográfico. Ello produce que en las copias aparezcan detalles que distorsionan la imagen, muy frecuentes por ejemplo a la altura de las caderas, en los ojos...
 
-¿Son siempre anónimas o “producto” de un taller?
-Hay de todo, tanto copias anónimas como de conocidos talleres que realizaban copias por encargo de la casa Real de Saboya. Entre estos talleres cabe destacar el de la familia turinesa Della Rovere, encargada, por así decir, de custodiar el copyright de las copias, las cuales se podían hacer, única y exclusivamente, bajo petición de la Casa de Saboya. Su fundador es Girolamo della Rovere, quien en 1606 recibe del Duque de Saboya Carlo Emanuele I el privilegio de “copiar, imprimir o sacar la forma del Santo Sudario [inventada por él] y de vender cuadros, efigies o retratos de él... Se prohíbe, de cualquier clase o condición que sea, o de cualquier lugar o parte de Nuestros Estados, [obtener] figuras o cuadros de la mencionada Santa Reliquia que sean de forma e intención similar a los antedichos de Della Rovere".


Cuadro de Girolamo della Rovere que se conserva en la Galería Sabauda de Turín.
 
-¿Y existen autores especializados en la Sábana Santa cuyos nombres conozcamos o que firmen sus copias?
-Ya lo creo. El propio Girolamo della Rovere, fallecido en 1637, firma la enigmática copia que hoy se conserva en Plasencia. Antes que él, está el llamado “canónigo de la iglesia de Chambéry”, que realizaba sus obras durante la época en que la Síndone se conservaba en la ciudad francesa, autor seguramente de las copias españolas de Guadalupe, Navarrete y El Escorial, las tres de 1568, y las copias gemelas de Pamplona y Alcoy de 1571. Conocemos también al italiano Fantino, autor de cuatro reproducciones firmadas entre finales del XVII y comienzos del XVIII. Por las características de la imagen, otras siete copias sin firmar podrían ser también suyas. Otro italiano, Conti, realiza en 1692 la copia que se conserva en la Iglesia de San Judas Tadeo en Roma. Está también Domenico Bocciardo, pintor de fama en la zona de Finalmarina, al que se le pagó la copia de Finale Ligure en 1728 y que podría ser autor de la copia mexicana de Puebla de los Ángeles. Es muy curioso el caso de la infanta Francisca Maria Apollonia, hija de Carlos Manuel I de Saboya, cuya afición era pintar copias de la Síndone, posible autora de la copia de Bolonia, pintada en 1646, y de quien sabemos que pintó otras siete, aunque desconozcamos su paradero.
 
-¿Nos recomienda algún libro sobre todas estas copias?
-A día de hoy el único trabajo editado a modo de catálogo reducido fue el que publicó en Siena el Museo de Santa María della Scala para la exposición La memoria de Cristo. Las copias de la Sindone: verdad de fe y verdad histórica que tuvo lugar entre el 26 de mayo y el 30 de julio del año 2000. El resto de lo publicado ha sido siempre en artículos para revistas especializadas en sindonología o en otras de divulgación histórica o pseudo científica.


 
-¿Ha escrito algo usted?
-Libro propiamente dicho, uno sobre las dos pequeñas reproducciones del Convento de las Descalzas Reales, en Madrid, aunque está sin publicar. Ha servido, de hecho, para alimentar algún catálogo de Patrimonio Nacional y para varios artículos en Linteum, la revista divulgativa del Centro Español de Sindonología. Además, he escrito otros artículos en el propio Linteum, con investigaciones históricas algunas de ellas en colaboración con César Barta Gil, algunos artículos en publicaciones especializadas en inglés y francés, y hasta un prólogo para un libro en Argentina.

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