Ciencia y religión

Hace varios días que sufrimos en el oído y en la vista, pero también en el corazón, el desgarro ocasionado por las declaraciones de la ministra de Igualdad Bibiana Aido: “Un feto de 13 semanas es un ser vivo, de lo que no podemos hablar es de ser humano, porque eso no tiene ninguna base científica”. Créanme que es la primera de las negaciones la que me causa más dolor y espanto. Pero no pasen ustedes desapercibida la segunda negación: la inexistencia de base científica alguna. O sea que estos adalides de la progresía dicen ser poco amigos de verdades absolutas porque son síntoma de intransigencia e impiden el pluralismo y el consenso, y resulta que cuando les conviene se hacen los más acérrimos defensores de lo absoluto tornándose enemigos del relativismo. Deben comprender que es posible que haya científicos, aunque sean minoritarios, que puedan argumentar científicamente que un feto de trece semanas es un ser humano. El 27 de mayo se celebró la final de la Copa de Europa o “Champions League”, en otro alarde de acomplejada cesión parlante ante los embates de la lengua inglesa. De todos es sabido el resultado del encuentro balompédico. El F.C. Barcelona arrasó con juego y goles, dos, al Manchester United. Los manchesterianos no fueron tan implacables, futbolísticamente hablando, como lo fue el capitalismo decimonónico del feudo inglés. Días antes del partido definitivo, un diario nacional publicaba una entrevista al jugador azulgrana Keita, originario de Malí. Ante la pregunta sobre si su familia le da consejos, el barcelonista afirmó que “siempre están detrás de mí. Me inculcaron que hay que sufrir para ganarse la vida. Somos musulmanes, y para nosotros todo está decidido por Alá”. El entrevistador le pregunta de nuevo si también está decidido el resultado del partido en Roma y Keita responde: “Seguro, Alá ya ha decidido el destino de la final de la Champions, ya está escrito, pero tenemos que hacer todo para ganar, porque nadie puede saber de antemano quién va a ser el campeón”. La entrevista termina con la siguiente pregunta: “¿Lo primero que hará tras la final, si ganan, será dar gracias a Alá?” Keita responde así: “Siempre hay que dar gracias a Alá, siempre, en todo momento. Vivimos gracias a Él.” A día de hoy no se tiene constancia de que ni el diario Público ni la cadena de televisión La Sexta hayan hecho mofa, burla ni parodia de las creencias religiosas del futbolista Keita. Tampoco se ha visto al azulgrana ocupar algún titular de prensa por semejantes declaraciones. ¿Qué hubiera ocurrido si las declaraciones hubieran sido realizadas por un católico creyente en Dios, en lugar de un musulmán creyente en Alá?