Caricatura de democracia

Ciertas noticias aparecidas en la prensa en los últimos días provocan desasosiego. El motivo: la actitud de nuestros gobernantes tan poco respetuosa hacia la democracia. Ante la nota de la Conferencia Episcopal crítica contra el anteproyecto de ley del aborto, la vicepresidenta segunda del Gobierno, la señora Salgado, ha declarado que la Iglesia no sabe, como siempre, cuál es su lugar. Es posible que la vicepresidenta segunda sepa mucho de reducir a escombros la economía española, pero no sabe cuál es el lugar de la Iglesia, porque la Iglesia está donde ha estado siempre, en el mensaje del Evangelio, o como dijera el actual Papa cuando era Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el puesto de la Iglesia en la Tierra está solamente al pie de la Cruz. La Iglesia tiene el derecho a comunicarse con sus fieles expresándose sobre cuestiones dogmáticas y sobre aquellas otras que se refieren al orden temporal. Si un gobierno respeta, por ejemplo, los titulares de la prensa no adicta, también debe respetar la opinión de una institución como la Iglesia. Pero se hace a regañadientes con lo primero y no se tolera lo segundo, porque el titular de prensa es leído por no más de medio millón de personas, y a la Iglesia se la oye cada domingo por 10 millones de fieles. Y eso tiene un coste electoral. Y muchos nos preguntamos, ¿por qué si la Iglesia es buena cuando critica la guerra de Iraq, no lo es, en cambio, cuando critica al Gobierno socialista? Otro motivo para la inquietud por el poco apego de dirigentes políticos hacia la vida democrática es la reclamación formulada por el Parlamento regional de Castilla La Mancha aprobando una resolución en la que solicita a los tribunales de justicia el sobreseimiento de la causa abierta contra algunos funcionarios públicos y cargos políticos de la región por el trágico incendio de Guadalajara acaecido en el verano de 2005. ¿Es independiente el Poder Judicial en un Estado de Derecho? Para la mayoría socialista de las Cortes castellano manchegas parece que no. Entonces, si desde el poder ejecutivo se reprocha a la Iglesia que oriente a sus fieles en cuestiones de tanta envergadura como el derecho a la vida, derecho a la vida que no parece tener claro el gobierno socialista, entonces, si a la Justicia se le requiere por parte de un poder legislativo con mayoría absoluta socialista para que no siga ejerciendo su función jurisdiccional cuando los encausados son socialistas, ¿no se está diluyendo la esencia de la democracia? ¿O va a resultar verdad que con los socialistas en el poder la democracia dura lo que las rosas: Una mañana?