Convivencia civil y matrimonio. Dos conceptos distintos.

El Papa Francisco ha dado su punto de vista en el documental “Francesco” acerca de un tema complejo pero que era necesario abordar. Nos referimos a la cuestión de las parejas de homosexuales y la ley civil. Lo anterior, como suele suceder, ha desatado todo tipo de titulares. Ante esto, han surgido dudas; sin embargo, pueden resolverse fácilmente a través del Derecho. No es lo mismo hablar de convivencia civil[1] entre personas del mismo sexo que de matrimonio, pues son dos figuras civiles con distintos derechos y obligaciones. El Papa, en ningún momento, se ha referido al vínculo matrimonial, sino a la necesidad de regular las situaciones de hecho para que no se queden en el aire temas como la seguridad social o que puedan visitarse en el hospital, pues en muchos reglamentos solamente se da acceso si son familiares. Es decir, el Papa ha recordado que el Derecho no puede mirar para otro lado situaciones que se presentan, independientemente de la valoración antropológica y moral de las que sean objeto.

Veamos lo que ha dicho el Papa Francisco, partiendo de la nota de ACI Prensa[2] sobre el tema: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”. Profundizando en la idea anterior, comentó: “Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil”. En ningún momento habla de matrimonio, ni de sacramento o de algún cambio doctrinal. Por lo tanto, no hay nada contrario al magisterio de la Iglesia en el hecho de regular un paradigma social que se ha desarrollado y que, muchas veces, se ha quedado sin respuesta dejando en estado de indefensión a las partes involucradas. Esto tampoco significa un cambio en la moral sexual de la Iglesia. Simplemente, que aquellos que opten por un camino distinto al que nuestra fe propone lo puedan hacer sin coacción. Es decir, da libertad, sin dejar de explicar, por ello, la opinión que como líder de la Iglesia tiene y que se encuentra en el Catecismo (n. 2358). Aquí no se está promoviendo la adopción ni los métodos reproductivos y de gestación como los vientres de alquiler, sino que no sean excluidos de sus familias por su orientación sexual, lo cual, forma parte del Evangelio, pues Jesús en ningún caso justifica la discriminación. El Papa se ha apoyado en eso y no en lo que algunos sectores han interpretado al descontextualizar. Para la Iglesia (nosotros, católicos) el matrimonio es la unión de un solo hombre con una sola mujer para formar una familia, pero, como ya dijimos, eso no impide que aquellos que opten por otra vía reciban de parte del Estado la regulación respectiva, pues a la Iglesia no le toca impedirla, sino hacer un planteamiento libre al estilo de Jesús cuya pedagogía nunca sometió a nadie. Los que lo siguieron dieron ese paso con plena libertad. Así las cosas, el Papa no dijo “esto es equiparable al matrimonio” ni mucho menos. Simplemente, reconoció que el Derecho debe responder a las parejas homosexuales a fin de que no queden en una especie de limbo o laguna legal. Para nosotros, como católicos, la opción de vida en pareja es, única y exclusivamente, la del matrimonio canónico. Pues bien, vivámoslo, sin que esto signifique señalar o discriminar a los que opten por otra forma de vivir. Jesús no obligó a nadie. No seamos nosotros los que pretendamos hacerlo. En esa línea ha ido la reflexión del Papa que, si bien tiene elementos innovadores, porque no estamos acostumbrados a los temas espinosos, parte de algo que se debía afrontar.

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[1]Por ejemplo, el caso de la Ley de Sociedad de Convivencia Civil que aborda el acto jurídico en cual dos personas de distinto o mismo sexo expresan la voluntad de permanecer unidas bajo el esquema de estabilidad y de ayuda mutua.  

[2]https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-alienta-union-civil-para-parejas-homosexuales-un-cambio-de-postura-del-vaticano-89867