¿Qué buscan realmente los dueños del poder global?
Voy a desarrollar una idea crucial para comprender por qué las élites quieren conseguir el control y el poder global. Este hilo es importante, y va a permitir comprender algo que se nos escapa. Agárrate que vienen curvas.
Existe una élite de personas que controlan el poder, el dinero, la política y la sociedad, y lo hacen a través de su influencia, que se deja sentir localmente y globalmente. Algunas de las ramas visibles de esa élite son la masonería, el club Bildelberg, Skull & Bones, etc.
Magnates como Soros y Gates son solo las pantallas visibles de esta élite que quiere subyugar el mundo, tener el control y el poder, instaurar un pensamiento único, acabar con los valores "tradicionales", despojar al ser humano de toda trascendencia, reducir la población etc.
Muchos están dándose cuenta de esto y lo denuncian, pero no acaban de ver el fondo. ¿Por qué quieren esas personas el poder y el control? ¿Para qué un gobierno mundial? ¿Por qué reescribir la naturaleza humana? ¿Qué buscan en realidad?
Si buscan poder o dinero, ya lo tienen. Si buscan control, ¿para qué es? Muchos pensadores creen que se trata de querer controlar y tener poder como si fuera un fin en sí mismo. Pero esa explicación no es suficiente. ¿Por qué tomarse tantas molestias?
Esta élite en realidad sigue un camino espiritual esotérico inspirado en el gnosticismo antiguo. Según ellos, quien verdaderamente tiene poder en este mundo no es Dios, sino un ser intermedio que ejerce su influencia aquí y con el que se puede conectar y contar.
A ese ser lo llaman "El Portador de Luz", en latín Lucifer, e insisten mucho en que no es el demonio, que según ellos es un invento judeocristiano. Otros piensan que Lucifer es el Dios superior y que Yahveh es un dios inferior mentiroso que quiere hacer creer que es el unico.
Este Portador de Luz viene para iluminarles y enseñarles la verdad: que ellos son parte de él, que son en realidad divinos. Él les da sus favorece a cambio de que lleven a cabo su plan para con el mundo. Lucifer les dice que él sabe a dónde debe ir la humanidad y que ellos deben conducirla y ser sus líderes, ya que tienen una parte divina. Tienen el derecho y el deber de gobernar y llevar adelante los planes de Lucifer. Así pues, su motivación es, propiamente, religiosa. Son personas religiosas movidas por la fe en Lucifer.
Se consideran superiores a los demás, elegidos e iluminados (illuminati), con una misión que deben cumplir ciegamente para liderar el cambio. Otros han hecho un pacto con Lucifer, y lo cumplen a rajatabla, porque saben que si lo rompen, él les quitará todo lo que les ha dado.
Así que ya sea por convicción, por conveniencia o por autocoacción, lo que están haciendo va más allá de un plan humano de poder y control. Están llevando a cabo los planos de Lucifer, pensando que cumplen una misión y serán recompensados por ello, más allá de lo material.
Pero Lucifer no es otro que Satán, quién, a través de ellos, está preparando el advenimiento del Anticristo (la Bestia) que será el último desencadenamiento de las fuerzas del mal, y que será derrotado por el mismo cuando Cristo vuelva al fin de los tiempos (Catecismo 675-677).
No perdamos de vista, pues, la dimensión trascendente de la situación que estamos viviendo. Las élites, con su poder global, buscan preparar el triunfo de Lucifer y la venida del Anticristo, pensando que están haciendo lo que deben hacer.
Esto no les exime de responsabilidad, desde luego; pero en todo caso, nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra Satanás. Él es quien está detrás de muchas cosas que están provocando las élites de poder en nuestro tiempo.
Así se comprende el fervor con el que luchan por algo que no les va a favorecer aparentemente más de lo que ya lo están. Piensan estar llevando adelante el destino que Lucifer tiene para ellos y para el mundo. Ellos a la cabeza, y los demás a sus pies, como ganado irracional.
Por eso esta lucha se vence en dos frentes. Desenmascarando los planes del enemigo y usando las armas espirituales (sacramentos y oración) para que se cumpla la voluntad de Dios, y no los planes de Satán; que, en cualquier caso, solo contribuirían a mayor gloria de Dios.
Satán odia el amor, por eso ataca a la familia ya la identidad sexual. Odia la vida, por eso el aborto y la eutanasia. Odia a la mujer, y por eso el ataque a la femineidad. Odia la libertad, y por eso la quiere arrebatar. Odia al hombre, y por eso deshumaniza al ser humano.
Quiere el control, y por eso quiere reducir la población mundial (es más manejable). Quiere el poder, y por eso usa el miedo. Quiere herir el Corazón de Dios, y por eso ataca al hombre. Quiere que le adoremos a él, y por eso fomenta el materialismo y la devoción al dinero.
Hemos de hacernos libres de su influencia, sin miedo, sin complejos, sin dejarnos llevar, resistiendo a sus ataques con la oración y desenmascarando y denunciando sus planes. Las élites siguen un patrón marcado por él, pero la victoria es de Dios. Sólo Él nos puede salvar.
Con esto no afirmo que estemos en el fin de los tiempos, solo señalo el horizonte al que apuntan los movimientos de poder de los últimos siglos y que se han disparado en nuestro tiempo. Así comprendemos qué les mueve, y podremos vencer con nuestra arma más poderosa: el amor.