Turquía continúa discriminando a los cristianos, y Europa desvía la mirada hacia el vacío
Turquía continúa discriminando a los cristianos, y Europa desvía la mirada hacia el vacío
por Wiederholen
Erdogan, aspirante a califa del futuro Imperio neo otomano
Info Católica ha informado que Cristianos en Turquía: discriminados y usados como moneda de cambio en la política exterior de Erdogan
Según un nuevo informe de International Christian Concern y Middle East Concern, instituciones que velan por los derechos humanos, los cristianos en Turquía están siendo sistemáticamente reprimidos o explotados para obtener ganancias políticas.
(CNA/InfoCatólica) En el informe se examinan los castigos afrontados por los cristianos entre 2016 y 2020, y se constata que los cristianos de Turquía sufren con frecuencia la retirada de su condición jurídica de ciudadanos, así como del estatus legal de sus templos e instituciones religiosas.
De hecho, en vez de que se les concedan plenos derechos por ser ciudadanos turcos, sus derechos religiosos y civiles son utilizados como «moneda de cambio» en la política internacional. «El uso institucionalizado de la libertad religiosa como moneda de cambio político debería provocar la cautela de los defensores de los derechos humanos», afirma el informe.
«Otro punto de cautela es la percepción cultural dentro de Turquía de la forma en que estas cuestiones se debaten en la comunidad internacional», añade el texto.
Los cristianos son una pequeña minoría en Turquía. Representan alrededor de 160.000 ciudadanos, o aproximadamente el 0,2% de la población total. Una gran mayoría de la población del país, aproximadamente el 90%, es musulmana. Según el informe, el combate ideológico entre el Islamismo y el Kemalismo(nacionalismo turco secularizado) que se dan en el país deja fuera a los cristianos, sus instituciones y su historia.
«A menos que se reforme este marco, los abusos de la libertad religiosa se perpetuarán, independientemente del liderazgo político», afirma el informe. «Estos problemas se han hecho más visibles tras el intento de golpe de Estado de 2016 contra el presidente Recep Tayyip Erdoğan, que respondió acelerando la aplicación de un programa nacionalista islámico. Esta agenda apeló tanto a los sectores religiosos como a los nacionalistas turcos de la sociedad, pero aisló cada vez más a las voces más moderadas y democráticas».
En el informe se identificaron varias ámbitos clave en los que los cristianos experimentan la represión o el abuso de su libertad religiosa, entre otras:
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mediante un fuerte énfasis en que la identidad turca es islámica
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mediante la supresión de la condición jurídica de los ciudadanos cristianos y sus instituciones,
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el descuido del lugar que ocupan los cristianos en el patrimonio del país e incluso la narración de una historia revisada,
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la intimidación de los actos de expresión cultural o étnica de los cristianos y
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el abuso de los cristianos para obtener poder de negociación política internacional y nacional.
Como ejemplo de la utilización de los cristianos para la negociación política, el informe señala que varios dirigentes políticos internacionales han pedido la reapertura del Seminario de Halki en Estambul. El seminario fue fundado en el siglo XIX por el Monasterio Ortodoxo Griego de la Santísima Trinidad, pero cerró en 1971 cuando la ley prohibió las casas de educación religiosa de propiedad privada. Durante los últimos 10 años, Erdoğan dijo que reabriría el seminario una vez que se hicieran ciertas concesiones para los ciudadanos de etnia turca en Tracia, Grecia. En este tiempo, Grecia ha abierto varias mezquitas y aumentado los beneficios para las personas de etnia turca, y sin embargo el Seminario de Halki aún no ha sido reabierto. El trato justo de las personas de etnia turca en Grecia es un objetivo «loable», según el informe, pero cuando está vinculado al trato justo condicional de los ciudadanos cristianos de Turquía, es una explotación y un fracaso del presidente con la excusa de «defender la libertad religiosa de los ciudadanos turcos».
Otro acto de desprecio hacia los cristianos de Turquía se produjo este año cuando la Basílica de Santa Sofía, que fue catedral cristiana ortodoxa desde el siglo IV al XV, mezquita desde el siglo XV hasta 1931 y que desde 1935 fue convertida en museo, reconocido por la UNESCO y símbolo de la coexistencia pacífica de las religiones, se convirtió de nuevo por Erdoğan en mezquita en julio de este año.
Vandalismo y violaciones de la libertad religiosa
Otros importantes lugares cristianos del país han sido vandalizados, o descuidados y luego demolidos. En el sistema educativo de Turquía, se enseña a los estudiantes a percibir todo lo que no sea islámico como anti-turco y una amenaza. La agresión violenta contra estas amenazas percibidas no se castiga, y en algunos casos se celebra, según el informe.
Un pastor que vive en el sur de Turquía compartió la experiencia de su hija:
«Mi hija estaba en una clase de estudios sociales. (El instructor) enseñaba que lo que las cruzadas no pudieron hacer, ahora lo están tratando de hacer los misioneros. Están trabajando para conquistarnuestra tierra. Entonces, durante el recreo tres estudiantes de secundaria agrediero a mi hija hasta dejarla inconsciente y hubo que llevarla al hospital. Durante el siguiente año y medio, mi hija sufrió desmayos cada semana debido a las secuelas de la agresión».
En otro ejemplo de violación de la libertad religiosa incluido en el informe, una pequeña iglesia protestante que atiende a refugiados cristianos de Irak y Siria fue allanada y cerrada por la policía turca por no tener un registro adecuado, a pesar de que el pastor de la iglesia había intentado registrar en repetidas ocasiones el local como iglesia, a lo que se le decía que no había un marco legal para hacerlo. Además, el informe señala que las personas que forman parte de iniciativas para preservar la historia del genocidio cristiano armenio en Turquía son acusadas, encarceladas y silenciadas por el gobierno.
«De 1914 a 1923, la población cristiana de la Turquía moderna disminuyó del 20-25% a menos del 2%. Millones de cristianos nativos armenios, griegos y asirios fueron deportados, masacrados o desplazados por la fuerza durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Guerra de Independencia turca (1919-1923)», afirma el informe.
«Los activistas civiles que promueven la protección del patrimonio cultural, fomentan el diálogo sobre el genocidio y promueven la diversidad en la sociedad turca son blanco de elementos ultranacionalistas dentro del Estado y la sociedad», señala el informe.
El gobierno turco se dirige específicamente a los protestantes, según el informe, porque está más familiarizado y por lo tanto más cómodo con las iglesias católica y ortodoxa. Considera que el protestantismo, en particular los misioneros de otros países, es una amenaza, y los pastores o misioneros se enfrentan a la expulsión forzosa del país. De hecho, hay una razón de peso muy importante para que las autoridades turcas persigan a los protestantes mucho más que a los pocos católicos y ortodoxos que hay el país. Los protestantes buscan la conversión al cristianismo de los musulmanes, algo que no hacen ni católicos ni ortodoxos.
«La amenaza de la deportación implica el trauma de la separación forzada de la familia, amigos y seres queridos. La injusticia y la falta de una explicación clara de la anulación del permiso de residencia y la concesión del cóndigo N-82 crea confusión», se señala en el informe. Los extranjeros deben solicitar un permiso antes de entrar en el país, lo cual «casi nunca se da en la práctica», por lo cual los extranjeros deben acudir a los tribunales para solicitar este permiso. En efecto, según el informe, el código N-82 se utiliza para prohibir la entrada de misioneros protestantes al país.
Además, la presencia del ejército de Turquía en el Iraq, Siria y otros países del Oriente Medio y África septentrional ha venido acompañada de frecuentes «abusos de los derechos humanos contra las comunidades étnicas y religiosas cometidos por soldados turcos y mercenarios empleados por Turquía, algunos de los cuales lucharon anteriormente con grupos extremistas que participaban en diferentes conflictos regionales», señala el informe.
En octubre, líderes cristianos de derechos humanos pidieron al gobierno de Trump que impusiera sanciones a Turquía en respuesta a sus acciones en la guerra de Nagorno-Karabaj de 2020, y advirtieron que las acciones turcas estaban guiadas por la «animadversión» contra los cristianos.
«Turquía tiene la obligación, en virtud del derecho nacional e internacional, de defender la libertad de religión o de creencias (FoRB). Las autoridades deben proporcionar un marco jurídico para dar cabida a sus minorías religiosas y elaborar una narrativa nacional que promueva la cohesión social», se afirma en el informe. «Dados los nuevos poderes ejecutivos del presidente de Turquía, tiene la autoridad necesaria para realizar los cambios necesarios en el marco jurídico que protege a las minorías religiosas».
Esta obligación de libertad religiosa se extiende a los territorios bajo control militar turco. El informe incluye múltiples preguntas al final de cada sección para suscitar un «diálogo transparente» sobre la libertad religiosa y la situación de los cristianos en Turquía. Se pide al gobierno turco, así como a la comunidad internacional, que defendiera los plenos derechos de los cristianos en el país.
«A través de este informe, es nuestro más sincero deseo alentar un diálogo abierto entre la comunidad internacional y Turquía, destinado a restablecer la confianza y las buenas relaciones. Esperamos que un diálogo transparente contribuya a la adopción de políticas que reconozcan, defiendan, protejan y promuevan los derechos de los cristianos que viven en Turquía. Es a través de estos pequeños pero importantes pasos, como honrar al prójimo, que las verdaderas reformas pueden finalmente ser llevadas a cabo».
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=39325
Europa duerme narcotizada por el buenismo, el hedonismo y envuelta en el manto del relativismo moral esconde su miseria y cobardía.