Todo tiene sentido

¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza?
Nada con respecto al infinito.
Todo con respecto a la nada.
Un intermedio entre la nada y el todo.
-Blas Pascal-
 
En la película LA STRADA, de F. Fellini, Gelsomina es una mujercilla cansada de vivir con un hombre violento y brutal, Zampanó. Una noche en que éste está en el calabozo, Gelsomina se pasea por las calles del pueblo sin saber a dónde ir.  Se encuentra con «il Matto», un personaje medio sabio, medio loco, que ha adivinado su desaliento.
 
─¿Qué hago en este mundo? ─ pregunta Gelsomina ─ No sirvo para nada… Estoy harta de vivir…
─Todas las cosas, le dice «Il Matto», todas las cosas que existen sirven para algo. Una piedra, por ejemplo… Mira…
─¿Cual?
─Cualquiera… Esa de ahí.
─Y ¿para qué sirve?
─¡Y yo que sé! Si lo supiera, sería Dios… Pero sirve para algo… Porque si esa piedra no sirviera para nada, nada serviría para nada, ni siquiera las estrellas. Así es. Y tú también sirves para algo... ¡CREEME!
 
Al día siguiente, cuando Zampanó sale de la Comisaría, Gelsomina le está esperando en la puerta.
─¿Por qué no te has ido…?
Ella no responde…; simplemente contempla una piedrecita.
 
Yo me imagino que San José, al ver la grandeza de Jesús y de María, se sentiría pequeño, inútil, anonadado. Y me gusta imaginar que Dios, a través de un ángel, de una inspiración, o de su propia conciencia le diría: 
─Tranquilo, José, Dios no pone en la creación seres inútiles. Cuando Dios nos concedió la vida, señal cierta es de que espera algo de nosotros a nuestro paso por la tierra.
Mira, José, Dios no mide ni cuenta nuestros actos: los pesa. No los cuenta por ver si son muchos. No los mide, para ver si son grandes. Los pesa, para ver si son densos de contenido, y la densidad de nuestros actos depende de la lealtad y amor que pongamos en el servicio.
 
Por eso, las almas pequeñas pueden, sin embargo, ser premiadas como las que más recibieron. 
Queridos amigos de RnL, en la iglesia hay almas, las menos, rutilantes y magníficas a los Francisco Javier,  y hay almas, las más, pequeñas, normales, sencillas y humildes a lo San José, que, apoyadas en Jesucristo, harán mucho bien a la humanidad porque, para Dios, todos somos muy valiosos.
 
Sí, con Dios, todo tiene sentido, hasta una piedrecita.