Espiritualidad con nombre y apellidos
Novedades recientes del grupo editorial Fonte - Monte Carmelo
Me llegaron hace poco cinco libros de mano del Grupo Editorial Fonte, que nació al unirse las editoriales de los Carmelitas Descalzos de la Provincia Ibérica Santa Teresa de Jesús Monte Carmelo y Editorial de Espiritualidad.
Quiero recomendar a cada uno de ellos, porque constituyen una buena selección de su fondo editorial.
El primero, más voluminoso (540 págs.) y que requiere más detenimiento. Se trata del fabuloso “Manual fundamental de espiritualidad”, del cardenal jesuita Tomas Spidlik (1919-2010) puesto que hace poco hemos celebrado el 12 aniversario de su fallecimiento. Se trata de una obra de síntesis de sus enseñanzas en teología patrística y espiritual oriental en el Pontificio Instituto Oriental y en la Pontificia Universidad Gregoriana, además de su experiencia durante treinta y ocho años como padre espiritual en el Pontificio Colegio Nepomuceno en Roma. Este libro contiene sus exhortaciones a lo largo de esos años. La fuente de su teología es la experiencia de las Iglesias. Alentó a San Juan Pablo II a escribir la Enciclica Ut Unum Sint sobre el ecumenismo. Si la vida espiritual no crea la unidad de las personas que es el verdadero cuerpo eclesial, entonces es una falsedad, un sustituto que de vez en cuando, de época en época, crea una jerarquía de los valores de la perfección cristiana para demostrar que ha llegado a ella.
Recomendado para quien busque profundizar y clarificar conceptos de la Teología Espiritual en clave ecuménica.
El segundo, “Diario de Emilia”, es obra de la psiquiatra Mercedes Nasarre Ramón, formada en Psicoanálisis y Postracionalismo, terapeuta Gestalt, que preside un centro de psicoterapia y psiquiatría donde trabaja. Desde hace más de quince años se dedica a la investigación de la dimensión espiritual, imparte cursos, conferencias y talleres de interioridad. Dirige una Escuela de Espiritualidad gratuita en Huesca. En este título, de continuas vinculaciones a textos bíblicos y de santos, dado que es un libro cristiano, religioso, refleja el personaje real de Emilia, una mujer de fe, que ha vivido situaciones de mucha pobreza pero en medio de una comunidad latinoamericana, que contrasta fuertemente con el individualismo, narcicismo y nihilismo en Occidente. Se contienen frases y pensamientos de gran valor espiritual, donde se puede experimentar cómo el amor, la dignidad y la belleza auténticos vencen el dolor, el rechazo y la soledad. Desde una profunda experiencia de fe, Emilia busca la fuente amorosa que está en su interior. La autora plantea la posibilidad de la fe para todos, siempre y cuando se recupere la interioridad, donde mora el Espíritu, el Amor.
Recomendado para quien busque en la profundidad de su corazón la espiritualidad que pueda devolver la paz, serenidad y sosiego que tanto necesitamos.
El tercer libro, “Y llovieron ángeles”, cuya autora es la profesora de Primaria Paloma San Román Gómez, que se ha trabajado interiormente, desde la resiliencia a través de la escritura, la lectura y la pintura principalmente, en compañía de su familia y personas que han sido para ella ángeles portadores de esperanza. Refleja cómo el miedo y el sufrimiento se pueden transformar y vivir sacando lo positivo de la experiencia junto con otros. Se trata de un testimonio vivo de la autora, a pesar de tener aún la huella de unos veintitantos síntomas de un covid persistente (que muchas veces es silenciado y pasa inadvertido, invisible), y del que poco a poco está saliendo a base de mucha humanidad compartida, meditación, oración y la conciencia de estar siempre agradecida.
Recomendado para quien quiera tener una buena ayuda, en forma de testimonio, en el trabajo de sobreponerse ante las adversidades y regenerar o recuperar su esperanza.
El cuarto título es el de una novela histórica del sacerdote Pedro Villarejo, “La escalera quebrada. Diario inédito de los últimos días de san Juan de la Cruz”, que trata de una serie de escritos últimos sanjoanistas que escribiera el santo de Fontiveros, encontrados en una escalera que subía a su celda en el convento carmelita de Úbeda, donde murió en 1591, que fue reformada por orden del carmelita prior de esa comunidad P. Antonio Molina García, o.c.d.. En ese diario se expresa con más libertad de la habitual, en forma de poesía y prosa tanto el reconocimiento como el rechazo sufrido por él respecto de quienes no le trataron bien, o lo hicieron con envidia.
Recomendado para quien quiera conocer un gran maestro de espiritualidad en una faceta inédita, más libre y humana.
Por último, el quinto libro que me han enviado es “Donde la vida duele. Relatos de mi vida por las villas de Tucumán”, del carmelita descalzo Pedro Luis Rodríguez Aliste, o.c.d. cuya vocación misionera le venía ya desde niño, y le llevó en 1995 a La Misión carmelita, en las selvas de la Amazonía Ecuatoriana de Sucumbíos, Ecuador. Allí estuvo acompañando a las comunidades campesinas durante dieciséis años. El destino le llevó en 2011 a Argentina, y a conocer y vivir de cerca la realidad de La Bombilla, villa de Tucumán. Tocado por esta experiencia, solicitó acompañar estas villas: La Bombilla, El Sifón y El Chivero, que atendía la parroquia de los carmelitas. Visitó en sus casas a muchos protagonistas que –no siempre– sobreviven en las periferias extremas, en un entorno a menudo violento y dramático. Podría ser “un libro del que cae sangre si se agita” (advierte el autor con el humorismo que abunda en los relatos), pero su propósito es otro. Aquí se hallan las voces de adultos, jóvenes, ancianos y, sobre todo, de niños. Ellos son los destinatarios del proyecto LAS CASAS DE LOS NIÑOS, llevado también a Tucumán (Argentina) de la mano del autor, que quiere difundirlo con este libro como nueva aportación comprometida y alentadora. La narración espontánea, vívida y jovial, abre la mirada a las “villas miseria”, “que no llegaron a villas, que se quedaron solo en miseria”.
Recomendado para quien no se contente con las informaciones sesgadas que nos comunican los Medios sobre la pobreza que nos rodea, y quiera encontrarse con escenarios reales de la vida en sus proporciones más inmensas de dolor, pero también de humor, asombro, enseñanzas, ternura, esperanza, generosidad y sueños.