¿Zanahorias, huevos o café?
Sé que para el peregrino
que gusta el placer divino
de padecer por amores,
las espinas del camino
se van convirtiendo en flores.
─J.Mª. Pemán─
- Dicen, profe, que el dolor, el sufrimiento, las dificultades nos fortalecen y acercan a Dios, pero yo conozco gente que es todo lo contrario.
- Pues sí; todo depende de la actitud de cada uno. Ven, vamos al laboratorio que te voy a hacer un experimento.
- No, déjelo que me encuentro perfectamente.
- No, hombre; no voy a hacer un experimento contigo, sino para ti.
- ¡Ah!, bueno.
Preparo en el laboratorio tres recipientes con agua, los coloco sobre fuego fuerte. Pronto el agua de los tres recipientes está hirviendo. Entonces coloco zanahorias en uno de los recipientes, en otro coloco huevos y en el último coloco granos de café.
Pedro esperó pacientemente sin abrir la boca.
Al cabo de un rato apagué el fuego y saqué las zanahorias poniéndolas en una bandeja; lo mismo hice con los huevos y el café lo coloqué en un vaso.
- Y bien, Pedro, ¿qué ves?
- Zanahorias huevos y café- fue su respuesta.
- Exacto. Toca las zanahorias.
- Están blandas.
- Eso es. Ahora rompe un huevo
- Está duro, ya no es líquido como antes.
- Correcto. Ya sólo te queda probar el café.
- Es de buena calidad, está rico y huele muy bien. Pero, ¿qué me quiere decir, Profe?
- Es claro, Pedro. Los tres elementos se han enfrentado a la misma adversidad: agua hirviendo, pero han reaccionado en forma diferente.
* La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura... pero después de pasar por el agua hirviendo se ha vuelto débil, fácil de deshacer.
* El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se ha endurecido.
* Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, han cambiado el agua.
- No siga, profe, que ya adivino su pregunta: ¿Tú que eres, zanahoria, huevo o café?
- Si prefieres generalizamos. Ante el sufrimiento, la adversidad, el dolor hay personas que reaccionan como:
* ZANAHORIAS: parecen fuertes, pero que cuando la adversidad y el dolor les tocan, se vuelven débiles y pierden su fortaleza.
* HUEVOS: comienzan con un corazón fluido, pero después de una muerte, separación, desencanto, su corazón se vuelve duro y rígido.
* CAFÉ: transforma al elemento que le causa dolor. Cuando las cosas se ponen peor a nuestro alrededor, debemos ser como el café: transformar las espinas en rosas.
que gusta el placer divino
de padecer por amores,
las espinas del camino
se van convirtiendo en flores.
─J.Mª. Pemán─
- Dicen, profe, que el dolor, el sufrimiento, las dificultades nos fortalecen y acercan a Dios, pero yo conozco gente que es todo lo contrario.
- Pues sí; todo depende de la actitud de cada uno. Ven, vamos al laboratorio que te voy a hacer un experimento.
- No, déjelo que me encuentro perfectamente.
- No, hombre; no voy a hacer un experimento contigo, sino para ti.
- ¡Ah!, bueno.
Preparo en el laboratorio tres recipientes con agua, los coloco sobre fuego fuerte. Pronto el agua de los tres recipientes está hirviendo. Entonces coloco zanahorias en uno de los recipientes, en otro coloco huevos y en el último coloco granos de café.
Pedro esperó pacientemente sin abrir la boca.
Al cabo de un rato apagué el fuego y saqué las zanahorias poniéndolas en una bandeja; lo mismo hice con los huevos y el café lo coloqué en un vaso.
- Y bien, Pedro, ¿qué ves?
- Zanahorias huevos y café- fue su respuesta.
- Exacto. Toca las zanahorias.
- Están blandas.
- Eso es. Ahora rompe un huevo
- Está duro, ya no es líquido como antes.
- Correcto. Ya sólo te queda probar el café.
- Es de buena calidad, está rico y huele muy bien. Pero, ¿qué me quiere decir, Profe?
- Es claro, Pedro. Los tres elementos se han enfrentado a la misma adversidad: agua hirviendo, pero han reaccionado en forma diferente.
* La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura... pero después de pasar por el agua hirviendo se ha vuelto débil, fácil de deshacer.
* El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se ha endurecido.
* Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, han cambiado el agua.
- No siga, profe, que ya adivino su pregunta: ¿Tú que eres, zanahoria, huevo o café?
- Si prefieres generalizamos. Ante el sufrimiento, la adversidad, el dolor hay personas que reaccionan como:
* ZANAHORIAS: parecen fuertes, pero que cuando la adversidad y el dolor les tocan, se vuelven débiles y pierden su fortaleza.
* HUEVOS: comienzan con un corazón fluido, pero después de una muerte, separación, desencanto, su corazón se vuelve duro y rígido.
* CAFÉ: transforma al elemento que le causa dolor. Cuando las cosas se ponen peor a nuestro alrededor, debemos ser como el café: transformar las espinas en rosas.
No hay como saber sufrir
con entereza el dolor
para saber combatir,
que el dolor es la mejor
enseñanza del vivir.
Nos enseña a caminar
por la vida y a luchar
con ánimo bien templado
para no desesperar
ni esperar demasiado. (J.Mª Pemán)
con entereza el dolor
para saber combatir,
que el dolor es la mejor
enseñanza del vivir.
Nos enseña a caminar
por la vida y a luchar
con ánimo bien templado
para no desesperar
ni esperar demasiado. (J.Mª Pemán)
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