No seamos hooligans
Uno de los mayores quebraderos de cabeza para las instituciones deportivas que organizan competiciones y torneos de niños son los padres que, en muchas ocasiones, actúan como entrenadores, representantes, ojeadores y ¡hasta hooligans! Vamos, de todo, menos de padres. Y es curioso, porque los niños quieren que sus padres sean solo eso: padres. Que los animen, les den su apoyo, sean su modelo a seguir y los acompañen en ese camino deportivo, cuyo principal objetivo es su formación humana.
Los padres –también las madres- debemos proponernos hacer un gran esfuerzo por mantener la calma en los partidos de nuestros hijos. La actividad deportiva representa una ocasión fenomenal para acercarnos a ellos, charlar largo y tendido y hacer crecer esa relación de confianza que tan útil nos será en etapas más complicadas, como la adolescencia. ¡No desaprovechemos esta gran oportunidad!
El siguiente vídeo, producido por la Fundación Brafa y el portal sportmagister.com y realizado y dirigido por un genio del lenguaje audiovisual, Joan Blay, nos permite conocer con claridad las sensaciones de los niños, quienes, ganen o pierdan, disfrutan jugando en equipo. Lo que ellos quieren es, simplemente, pasarlo bien. No seamos un obstáculo para sus ilusiones, no pongamos barreras a su diversión, no trunquemos sus inocentes sueños, no seamos hooligans…