Sábado, 20 de abril de 2024

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El secreto esta en el noviazgo

 EL SECRETO ESTA EN EL NOVIAZGO
 
La felicidad humana depende, en gran parte, de la elección de la persona con la que vamos a compartir la vida. De lo cual se deduce la importancia que tiene el conocimiento de esa persona. Gran parte del mismo tiene que hacerse en el noviazgo. Toda decisión está relacionada con dos parámetros: información y  riesgo.  Cuanta mayor sea la información menor será el riesgo.  En el caso del noviazgo la información es el conocimiento del otro. Este vendrá hablando de las cosas que nos llevan  al conocimiento mutuo.
Actualmente, la palabra amor es una palabra equivoca o, si se quiere análoga, lo cual es un gran peligro en una relación donde el amor es lo fundamental. Si uno quisiera hacer negocios con un socio que no supiera lo que es el dinero, los mismos estarían condenados al fracaso. Con el noviazgo ocurre igual. Es muy importante que las dos personas tengan el mismo concepto de lo que es el amor y que ese concepto se atenga a la realidad, es decir, a lo que realmente es el amor. Actualmente muchas parejas fundamentan su noviazgo, y muchas veces su próximo matrimonio, en algo que no tiene nada que ver con el amor, por ejemplo, en el sentimiento. En el sentimentalismo quiero decir. Y así cuando se ven emocionados creen que pueden con todo y cuando esa sensación decae o desaparece  creen que el amor ha desaparecido. Esto es frecuentísimo y es causa de muchas roturas matrimoniales. Por tanto, como se ha hablado en el apartado anterior, el conocimiento de los sentimientos y el papel que tienen  en el amor es muy importante que sea objeto de conversación por parte de los novios. Que sepan diferenciar el sentimiento del sentimentalismo y que este no tiene nada que ver con el amor. Aquí hay que hacer la observación de que la prensa rosa incide de una manera constante en que el amor es el sentimentalismo. Nunca se relaciona con el amor en esos programas al verdadero sentimiento, ni  la inteligencia, ni la voluntad. 
Para resumir lo que quiero decir es que los novios deberían tener muy claro que piensa el otro de lo que es el amor. Del papel que tienen los sentimientos en el amor, de lo negativo que es el sentimentalismo para una relación amorosa y del papel de la inteligencia y la voluntad en el amor.
El amor está formado por un trípode que tiene como vértices: sentimientos, inteligencia y voluntad. Cuando el sentimiento no es suficiente para mantener una convivencia basada en el amor habrá que preguntarse qué es lo que yo tengo que hacer para seguir queriendo- inteligencia- y hacer eso que he visto que tengo que hacer  y aquí es donde entra en juego la voluntad. Lógicamente la inteligencia habrá que alimentarla con formación de lo contrario, como hemos dicho, se alimentará de el mundo rosa, el sentimentalismo.
  Por otra parte, hay que saber que muchas de las consultas que aparecen  en los consultorios matrimoniales tienen que ver con el carácter y las creencias. Al hablar de creencias no me refiero solo a creencias religiosas, sino también a otras como  podrían ser los  criterios a la hora de elegir el lugar de veraneo, donde se va a vivir, por que  irse de fin de semana con amigos solos sin  el cónyuge, como hay que exigir a los hijos, colegios de los mismos  y otras que van apareciendo a lo largo de una vida.
Al fin y al cabo,  el carácter y las creencias tienen una gran influencia en el día a día de la convivencia. El mal carácter es una consecuencia de que la naturaleza humana está dañada por el pecado original por tanto, en mayor o menor medida, todos tenemos mal carácter. Esto lo puede uno paliar con la lucha personal por mejorar y por conseguir el autodominio suficiente para hacer la vida más agradable al otro. Pero hay que saber que esto no siempre se consigue. Por tanto, una de las cosas de las que hay que hablar y conocer en un noviazgo es si uno tiene capacidad para convivir con el carácter del otro. Importantísimo es este aspecto del carácter aunque quizás en el noviazgo no se le dé la importancia que tiene. Con las creencias  ocurre igual. Muchas veces se ve desde un punto de vista intelectual que van a ser una dificultad para la convivencia y en vez de hablarlo se deja uno llevar por el sentimentalismo del cual hemos hablado, se cree uno capaz de todo y piensa que puede uno vivir “ tirando” del otro de una manera continuada. Esto es un error que hace mucho daño al futuro matrimonio  y a la educación de los hijos. Hay que confiar lo justo en las propias fuerzas.
En relación a las creencias es una ingenuidad pensar que el otro va a cambiar. No se dice que no pueda cambiar y mejorar, sino que es una ingenuidad pensarlo, porque eso no está en las manos de uno por tanto, el criterio en este caso debería ser: si me sirve como es ahora, bien. Si como es ahora no se adecua a lo que yo pensaba que tenía que ser el padre o la madre de mis hijos, habrá que dejarlo. Hay que tener en cuenta que muchas veces hay una gran resistencia a dejar un noviazgo. Otro error que trae grandes fracasos matrimoniales. Por evitarse un sufrimiento pasajero se expone uno a un sufrimiento más o menos permanente. Si las cosas no son como yo esperaba que fueran, habrá que cortar. El noviazgo es un tiempo para conocerse y si lo que veo no me gusta, se deja.
Para poder prever acerca de  como el otro va actuar  en relación a lo que venimos hablando lógicamente, hay que hablar y tratarse mucho. Tenemos que tener claro lo que en el otro es una opinión y lo que es una creencia, un valor arraigado sobre el cual se puede sostener un matrimonio. Podríamos decir que una opinión es aquello que yo sostengo, aunque muchas veces para expresar una opinión se utilice la palabra “creo”. Por ejemplo, tenemos que saber que cuando el otro dice que cree que el matrimonio es para toda la vida si eso es una opinión o es una creencia. Si es una opinión se ve que hay excepciones, si es una creencia será así pase lo que pase. Igual ocurre con el número de hijos, con la forma de vivir la sexualidad, y otras cuestiones de importancia en la vida matrimonial. Con frecuencia después de casados te das cuenta que, cuestiones tan vitales, no han sido tratadas con seriedad y profundidad en el  noviazgo. Por si sirve de aclaración se podría decir que opinión es lo que yo sostengo y creencia  es lo que me va a sostener a mi cuando las cosas en la vida se pongan difíciles, que antes o después, ocurrirá.
Hay otro aspecto de interés que me parece muy interesante para hablar en el noviazgo y es acerca de los diferentes tipos de amores que tiene el ser humano. Algunos no se pueden perder- estoy hablando de personas normales-como puede ser el amor a los hijos. ¿Que tiene que hacerte un hijo para que dejes de quererlo?  Pero hay otros amores que uno puede perder como puede ser el amor al cónyuge en un matrimonio. Para que esto no ocurra hay que saber y poner en práctica una serie de medidas. El amor matrimonial no se mantiene solo, hay que alimentarlo y evitar que el corazón se vaya a otros posibles amores que no son rectos para él. Es decir, es importante saber la capacidad de querer que tenga el otro  y su capacidad de lucha por ser fiel.   
También habría que  comprobar la inmadurez del otro.  Por tanto, quisiera dar algunas características, sin querer ser exhaustivo, de la personalidad inmadura:
-Suele tomar las decisiones en función de su estado de ánimo.
-Tiene muy difícil ir contracorriente.
 -El estado de ánimo cambia bruscamente
 -Son muy susceptibles
 -Son esclavos de la opinión de los demás
 -Toleran mal las frustraciones y tienden a culpar a terceros
 -Reacciones caprichosas que no se corresponde con su edad
 -Son impacientes, no saben fijarse metas ni aplazar la recompensa
 -Les cuesta renunciar a sus deseos inmediatos
 -Tienden a ser el centro de atención
Por último decir, muy brevemente,  en el noviazgo hay que respetarse, que en el fondo es tratar al otro como lo que es: una persona.
No pedir al otro lo que no quiere dar.
No pedir al otro lo que no debe dar, aunque quiera darlo.
No chantajear emocionalmente. Por ejemplo, si no tenemos relaciones lo dejamos. Esa es una manera CLARA de comprobar que no te quieren por lo que eres.
Tratar al otro con la delicadeza y elegancia  que su condición de hombre o mujer requiere.
 
En resumen, hablar  y saber que todo este proceso de conocimiento se rompe cuando el sexo irrumpe en el noviazgo.  Se convierte en el centro del noviazgo, crea un compromiso ficticio que impide en muchos casos la libertad para dejar la relación. Con frecuencia se deja una vez casados.
Si se tiene la sensación de que si se pide dejar el sexo  el noviazgo se rompe estamos en una relación que no es un noviazgo. Es una relación de amantes la cual se basa en el sexo.
Me gustaría afirmar que un buen noviazgo predice un buen matrimonio.
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