Viernes, 04 de octubre de 2024

Religión en Libertad

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¡¡¡Bajo un manto de estrellas!!!

por Victor in vínculis


Agradezco a Nuestro Señor Jesucristo el que me haya permitido vivir una nueva experiencia desde que trabajo con el tema de las causas martiriales de la persecución religiosa española. Gracias al Padre José Antonio Martínez Puche, que fue quien le ofreció mi nombre a Óscar Parra, he podido participar en la película “Bajo un manto de estrellas”.

Ayer fue el pre-estreno en el cine madrileño Palafox junto a Óscar, Gema, todos los actores, los padres dominicos y muchos buenos amigos.

Hoy el director, Óscar Parra de Carrizosa, ha tenido la deferencia de venir hasta Talavera de la Reina (Toledo) para presentar su película. Junto a él, su inseparable Gema G. Regal y los actores Manuel Aguilar, Sergio Raboso, Pablo Pinedo y Antonio Meléndez Peso. ¡Gracias por el esfuerzo!

Hoy ya son otros los que hablan y estamos muy gozosos de las críticas. Hemos conseguido lo que pretendíamos. Que Dios os bendiga a todos y que podamos seguir hablando de nuestros mártires.

 
Vitorearon a Cristo Rey y ofrecieron su perdón “bajo un manto de estrellas
por Álvaro Real (www.aleteia.org)

Este viernes, 14 de febrero, se estrena en toda España la película: “Bajo un manto de estrellas”. Película que narra con excelente rigor histórico (aconsejados por el historiador Jorge López Teulón) lo acontecido en el convento dominico de Almagro.

Se trata del martirio de unos jóvenes dominicos, junto al prior y sus formadores fruto de la barbarie vivida en los años de la Guerra Civil Española. La película no quiere realizar juicio político sobre la guerra sino mostrar la historia de estos dominicos que son detenidos, maltratados, humillados y finalmente, asesinados.

Una historia real, que está rodada en los mismos lugares en los que ocurrieron los hechos y además tiene consigo un gran trabajo de documentación basado en los testimonios de testigos presenciales y en los escritos fehacientes de aquella época.

La película, dirigida por Óscar Parra de Carrizosa ha contado con muy poco presupuesto y quiere tener el coraje de proclamar la verdad de unos hechos, ofrecer homenaje a los mártires que derramaron su sangre, pero también mostrar la importancia del perdón y de la reconciliación de aquellos jóvenes que murieron musitando una oración o gritando ¡Viva Cristo Rey!, con la petición de su perdón lleno de amor.



 
 
Bajo un manto de estrellas: imprescindible verla

Hoy se estrena la película Bajo un manto de estrellas, que narra lo sucedido a la comunidad dominica de Almagro al comienzo de la Guerra Civil. Una nueva película martirial cuyo director, Óscar Parra, dijo ayer en el preestreno que su única intención ha sido reflejar los hechos históricos, sin mezcla de pasiones políticas. La película me parece imprescindible para quienes quieran conocer por qué España es como es, y aún más para quienes quieran alcanzar la reconciliación.

Para entender a los mártires
Bajo un manto de estrellas es una muestra de lo mucho que se puede conseguir cuando se es fiel a la historia que se quiere reflejar, y eso lo hacen Óscar Parra y sus actores, que fueron asesorados por el postulador de las causas de la archidiócesis toledana, Jorge López Teulón. En cuanto a explicar qué es el martirio, con una charla del maestro de novicios, se alcanza un punto hasta ahora probablemente no logrado.



La voluntaria exclusión de referencias políticas -no se mencionan partidos, ni nombres, de un bando ni de otro (salvo una fugaz referencia a falangistas, y un cartel de la CNT)-, hasta el punto de que podría parecer excesiva la confianza (precisamente del mismo maestro de novicios) en que todo lo que sucede en torno al 18 de julio podría ser un “chaparrón” sin mayores consecuencias: una forma de expresar cómo los religiosos estaban al margen de una política que como sabemos había llegado a un punto explosivo.

La falta de escenas “multitudinarias” resalta la mansedumbre de los que se dejaban llevar -siendo los captores menos que los capturados- sin rebelarse ni esforzarse por huir, quizá el punto más difícil de comprender de los mártires hoy día -en una cultura donde el heroísmo se entiende como liquidar a quien sea con tal de salvar la vida-, sin perjuicio de que exista y se refleje el miedo a la muerte, la incomprensión hacia la persecución; y sin que falten tampoco las torturas y el sufrimiento. No hay dos mártires iguales, y por eso aporta novedad esta película respecto a la ya conocida Un Dios prohibido. Es de resaltar los buenos efectos especiales presentes, por ejemplo, en la escena del incendio y en la del tren, así como la música de Raúl Grillo. Entre las interpretaciones destaca la del miliciano Luis, interpretado por Kiko Gutiérrez; si bien todos los personajes alcanzan un buen nivel.



 
Bajo un manto de estrellas tiene además una emotiva sorpresa al final, que muestra la habilidad del director para resolver el aparente problema de un final previsible. Como digo, aconsejo a todos que la vean.

 
Una película de visión obligatoria ¡Impresionante!
por Francisco José Fernández de la Cigoña (www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre)

Ayer estuve en el preestreno de Bajo un manto de estrellas. Todavía estoy impactado. Me parece una película que deberían ver todos los católicos y mucha gente de buena voluntad que no lo sea. ¿No querían memoria histórica?

Eso fue lo que pasó en Almagro con unos pocos dominicos, jovencísimos algunos, que no habían hecho mal a nadie. Y hechos similares se repitieron en otros muchos lugares de España.

Los obispos deberían llevar la película a sus seminarios y desde los púlpitos los sacerdotes tendrían que reclamársela a los fieles. La proyección concluyó con un muy largo aplauso. Merecidísimo.

Es una película protagonizada por los dominicos del convento de Almagro en los breves días que transcurrieron desde el 18 de julio hasta su asesinato. Pero a mí me impactó especialmente la imagen de una mujer, una joven, asesinada con tres de esos dominicos. Si todo era bárbaro su asesinato me pareció si cabe más cruel.

Un dominico en el cine con su hábito. El P. Martínez Puche. Dos más, mayores, pienso que también dominicos, de clergyman. Tal vez alguno más camuflado. Deberían haber estado todos los de Madrid.

Mi felicitación al director y a los actores. Todos muy bien. Y a Jorge López Teulón y a Martínez Puche por su asesoramiento. Les salió una película redonda. Católica cien por cien. Emocionante. Para que todos los que podáis no dejéis de verla.

 
Análisis de los estrenos de cine de esta semana
por Jerónimo José Martín (www.cope.es)

Hace ocho meses se estrenaba “Un Dios prohibido”, del salmantino Pablo Moreno, notable recreación de la recta final de los claretianos, el obispo y los laicos martirizados en Barbastro en agosto de 1936. Tras la modesta pero exitosa carrera comercial de esa película, se estrena ahora “Bajo un manto de estrellas”, del madrileño Óscar Parra de Carrizosa (“Uno de vosotros me traicionará”, “Abrázame”, “No quiero ser recuerdo”, “El expediente Belchite”), también centrada en la sangrienta persecución religiosa -más de 10.000 asesinados por su fe- que se desencadenó en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Concretamente, relata el martirio de los 27 sacerdotes, estudiantes, hermanos cooperadores y novicios, algunos casi adolescentes, del convento de la Asunción -también llamado de las Calatravas-, sede de la casa de estudios mayores, el noviciado y la escuela apostólica de humanidades de los dominicos de Almagro (Ciudad Real).

El 21 de julio de 1936, sólo tres días después del levantamiento del ejército de África, varios miembros del Ateneo Libertario del pueblo quemaron la iglesia de la Madre de Dios y comenzaron a inspeccionar, acosar y maltratar a los dominicos. Aunque el alcalde socialista Daniel García Pozo intentó protegerlos o sacarlos del pueblo con salvoconductos —tras quedarse con los fondos económicos del convento—, finalmente fueron detenidos el 25 de julio por los anarquistas bajo absurdas acusaciones de posesión de armas y complot contra la República. Tras varios días encarcelados en una casa particular, tres de ellos fueron fusilados el 31 de julio en la estación de Miguelturra durante su supuesto traslado a Ciudad Real, y otros tres fueron asesinados el 8 de agosto en el cementerio de Manzanares, después de ser castrados por una mujer. Los menores de veinte años fueron enviados a Madrid, donde también fueron asesinados, más tarde, en Paracuellos del Jarama. La noche del 13 al 14 de agosto los catorce restantes fueron fusilados en El Picado, un descampado a dos kilómetros de Almagro. Cuatro de ellos ya han sido beatificados, y el proceso de los demás está muy avanzado.

Bajo un manto de estrellas” tiene una estructura similar a la de “Un Dios prohibido” y, como ella, se basa en una rigurosa documentación histórica. En concreto, ha contado con el asesoramiento del sacerdote diocesano Jorge López Teulón, el padre José Antonio Martínez Puche O.P. y el padre Vito Gómez O.P., Postulador de la Causa de los dominicos en Roma. El filme de Óscar Parra de Carrizosa también toma como puntos de referencia fílmicos “De dioses y hombres”, del francés Xavier Beauvois, y “Encontrarás dragones”, del inglés Roland Joffé. De modo que deja a un lado el análisis político de la Guerra Civil, huye del revanchismo, matiza bastante a los personajes republicanos y subraya sobre todo el heroico testimonio de fe, amor de Dios y perdón de los dominicos asesinados. En este sentido, destacan los personajes del Maestro de Novicios Pedro López (Sergio Raboso) —que desarrolla una profunda reflexión teológica sobre el martirio cristiano— y del anarquista Luisito —muy bien interpretado por el vallisoletano Kiko Gutiérrez—, que se opone a la matanza. El resto de los personajes, aunque tienen sus momentos emotivos o salvajes, están sólo esbozados, y alguno desentona un poco por su excesivo tono melodramático, como el llorón Hermano Mateo de Prado, interpretado por Antonio Meléndez Peso. Por el contrario, saben a poco las apariciones del Hermano Arsenio de la Viuda, el cocinero del convento, interpretado por Pablo Pinedo, que podría haber oxigenado la trágica historia con algunas gotas más de humor costumbrista.

Esta cierta irregularidad narrativa e interpretativa se compensa en parte con la fluida puesta en escena de Óscar Parra de Carrizosa, que saca partido a los bellos escenarios reales en los que ha rodado y a los modestos pero eficaces efectos especiales, especialmente al del interior de la quemada parroquia de la Madre de Dios. También ayuda la sugerente banda sonora de Raúl Grillo. Queda así una apreciable película “low cost” -como las denomina Enrique González Macho, el Presidente de la Academia de Cine-, con meritorios esfuerzos formales y de fondo, y que ofrece otro valioso testimonio histórico y espiritual sobre unos hechos a la vez lamentables -por el fundamentalismo ateo de los verdugos- y admirables -por el conmovedor testimonio de fe de las víctimas-, habitualmente obviados por la filmografía sobre la Guerra Civil española. “No han pasado tantos años desde que sucedieron estos hechos -ha señalado Óscar Parra de Carrizosa-, y llama la atención que hubiera gente capaz de morir por amor a Dios. Hoy, cuando todo el mundo pierde la cabeza por un móvil de última generación, atrae la fuerza de estos hombres, muchos de ellos casi adolescentes, que prefirieron morir antes que renegar de su fe, que se dejaron matar y morían perdonando. Eso es lo que queremos mostrar en esta película”. Y eso es lo que muestran.

 

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