Es normal que Jesús incomode
Es normal que Jesús incomode
por Duc in altum!
Es normal que Jesús incomode. Eso explica el afán de ciertos sectores e incluso gobiernos por erradicar cualquier signo cristiano de las calles. ¿Por qué incomoda? Jesús nos recibe de forma amable, cercana, sin malos modos o prejuicios; sin embargo, genera en nosotros un cambio que, entre otras cosas, provoca que seamos más críticos y, por ende, menos fáciles de convencer con cualquier cosa. Jesús, a diferencia de otros caminos de espiritualidad, no solamente nos ayuda a sabernos aceptar, sino que luego de la aceptación, nos lleva a la superación y está claro que eso implica un desafío al pensamiento dominante.
Así las cosas y sin actitudes fanáticas, nos toca caminar, dando por hecho que Jesús y la cruz son y serán incómodos. Lo importante es vivir lo que nos propone y abrirnos al diálogo con los que puedan tener otra idea al respecto. No hay que espantarnos de que muchos sigan otros caminos, pues el de Jesús nunca ha sido fácil. Es verdad que él gratuitamente nos permite avanzar tras sus huellas, pero también es cierto que solamente una persona dispuesta puede seguirlo. Por lo tanto, nos toca proponer con el ejemplo y la nueva evangelización su camino al mundo de hoy como una alternativa que bien vale la pena.