Martes, 19 de marzo de 2024

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¿Cuántas fueron las apariciones de Jesús una vez que hubo resucitado?

por En cuerpo y alma

 
 
            Litúrgicamente hablando, conmemoramos estos días los que Jesús pasó en la tierra hasta que se produjo su ascensión a los cielos, fiesta móvil que este año celebraremos el 17 de mayo. Unos días, éstos que siguieron a la resurrección, en los que el ministerio de Jesús se expresó a través de una serie de apariciones a las personas que estimó oportuno, por lo que el momento se antoja más que adecuado para preguntarse, precisamente, por esas apariciones de Jesús resucitado que recogen los textos canónicos.
 
            Lo primero que ha de decirse al respecto es que la presencia de Jesús entre los suyos una vez que abandonó la sepultura duró cuarenta días, cosa que, curiosamente, no conocemos por ninguno de los evangelios, sino por los Hechos de los Apóstoles, donde Lucas lo expresa así:
 
            A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios” (Hch. 1, 3).
 
            En cuanto a las apariciones, las que recogen los textos canónicos son las siguientes.
 
            Mateo recoge dos: la aparición a María Magdalena y “la otra María” (28, 910), y la aparición a “los once discípulos” en Galilea (Mt. 28, 16-20).
 
            Marcos, en los episodios que podemos denominar “canónicos apócrifos”, es decir, que forman parte del conjunto canónico aunque no aparezcan en todos los manuscritos que han llegado a nuestros días como notablemente los importantísimos Vaticano y Sinaítico, los cuales podrían ser debidos a pluma diferente de la de Marcos, recoge tres: una primera a María Magdalena (Mc. 16, 9), una segunda a dos discípulos “que iban camino a una aldea” (Mc. 16, 12), y una tercera a “los once discípulos” (Mc. 16, 14), aparentemente en Jerusalén.
 
            Lucas recoge cuatro: una primera aparición a los discípulos que iban “a un pueblo llamado Emaús” (Lc. 24, 13-32; pinche aquí para conocer la aparición en todo su detalle); otra a Pedro (Lc. 24, 34); una tercera a los discípulos en Jerusalén terminada en Betania (Lc. 24, 36-50); y una cuarta no en su Evangelio sino en los Hechos de los Apóstoles en la que acontece la Ascensión, indudablemente fuera de Jerusalén (Hch. 1, 4- 11). Cabe sostener que esta última aparición es la misma que la que cita Lucas en su Evangelio en tercer lugar, y de hecho, la tradición registra que la Ascensión tuvo lugar en Betania.
 
            Juan también recoge cuatro: una primera aparición a María Magdalena (Jn. 20, 1118); una segunda a “los discípulos” menos a Tomás (Jn. 20, 19-23) en Jerusalén; una tercera “ocho días después” a los discípulos, Tomás incluído (20, 24-29), aparentemente también en Jerusalén; y una cuarta a orillas del lago Tiberíades a siete de sus discípulos “Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos” (Jn. 21, 1-23).
 
            Pablo por último, cita cinco apariciones: una primera a Cefas, es decir, el apóstol Pedro (1Co. 15, 5); una segunda “a los Doce” (sic, se trata de los Once, pues Judas ya no se halla entre ellos, 1Co. 15, 5); una tercera a “más de quinientos hermanos a la vez” (1Co. 15, 6); una cuarta a Santiago (ha de entenderse que el Menor, 1Co. 15, 7) y una quinta a “todos los apóstoles” (1Co. 15, 7).
 
            Material con el que puede realizarse la siguiente sistematización de las apariciones de Jesús:
 
            1º.- Una primera aparición a María Magdalena (Mc. 16, 9 y Jn. 20, 1118). En Mateo, en esta primera aparición a Magdalena acompaña “la otra María” (28, 910) (pinche aquí si desea conocer algo más sobre esta “otra María”)
 
            2º.- Una aparición que podría ser la primera en Lucas a los dos discípulos que iban “a un pueblo llamado Emaús” (Lc. 24, 13-32), la cual es aparentemente recogida también por Marcos (Mc. 16, 12), aunque para él es la segunda, después de la de Magdalena.
 
            3º.- Una aparición a Pedro en solitario que podría ser la primera en Lucas (Lc. 24, 34) –ello depende ya lo vimos de la interpretación que demos al texto en el que Lucas relata las apariciones a los discípulos de Emaús y a Pedro- y que para Pablo es indudablemente la primera (1Co. 15, 5).
 
            4º.- Una aparición a los Once en Jerusalén que recogen Marcos (Mc. 16, 14), Lucas (Lc. 24, 36-50) y Pablo (1Co. 15, 5).
 
            5º.- Una aparición también en Jerusalén a los Once menos Tomás que recoge Juan (Jn. 20, 19-23). Podría ser la misma que la anterior, sólo que Marcos, Lucas y Pablo habrían omitido citar la ausencia de Tomás.
 
            6º.- Una aparición ocho días después de resucitado a los Once, esta vez con Tomás incluído (20, 24-29), también en Jerusalén.
 
            7º.- Una aparición a más de quinientos discípulos a la vez en lugar indeterminado que recoge Pablo (1Co. 15, 6).
 
            8º.- Una aparición a Santiago, presumiblemente el Menor, en lugar indeterminado, que también recoge Pablo (1Co. 15, 7).
 
            9º.- Una aparición a siete discípulos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos, en el lago Tiberíades, que recoge Juan (Jn. 21, 1-23).
 
            10º.- Otra aparición a “los once discípulos” en Galilea que recoge Mateo (Mt. 28, 16-20).
 
            11º.- Una última aparición a los Once, probablemente acompañados por María (como sostiene firmemente la tradición), que habría tenido lugar en Jerusalén o Betania, en la que Jesús se despide y asciende al cielo, la cual recogen Lucas dos veces (Lc. 24, 36-50 y Hch. 1, 4- 11), Marcos (Mc. 16, 14) y Pablo (1Co. 15, 7).

            Dieciocho relatos, pues, en los textos canónicos que, por mor de la repeticiones y reiteraciones –sólo a modo de ejemplo, la que citamos como la última y se culmina con la ascensión es recogida en cuatro ocasiones-, quedan reducidos a once eventos reales, incluso diez si los que hemos citado en cuarto lugar y en quinto fueran, en realidad y como hemos dicho, el mismo.

            Y bien amigos, esperando haber sido de ayuda para la sistematización de un tema tan complejo, deseo a Vds. como siempre que hagan mucho bien y que no reciban menos, invitándoles una vez más a acompañarme mañana una vez más en la columna.
 
 
 
            ©L.A.
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