Miércoles, 24 de abril de 2024

Religión en Libertad

Acoger a quienes otros no quieren en Fundación Cauces

De la vida consagrada al matrimonio: hoy se vuelcan en ser como padres para los chicos drogadictos

Rosa y Pedro Pablo han trabajado muchos años con personas en el margen de la sociedad, y en la Eucaristía encuentran su fuerza
Rosa y Pedro Pablo han trabajado muchos años con personas en el margen de la sociedad, y en la Eucaristía encuentran su fuerza
La llamada a la vocación matrimonial a veces llega por caminos nada sencillos. Rosa y Pedro Pablo lo saben bien: ella era adoratriz y él fraile franciscano. Hoy sacan adelante a jóvenes con problemas de conducta y consumo de drogas y a personas con enfermedad mental. Para que se sientan en familia, han creado la Fundación Cauces (www.fundacioncauces.org).

- Rosa, Pedro, ¿cómo os conocisteis?
- Pedro: Ambos colaborábamos con Proyecto Hombre, yo en un piso de hombres y ella en otro de mujeres con problemas de drogas. Una de las chicas que estaba en el piso de Rosa tenía a su marido en prisión, y yo hacía de enlace para comunicarse con él.

Rosa: Este chico salió de la cárcel y ambos lograron salir de las drogas y formar una familia.

P.: De hecho, estuvieron en nuestra boda. Aunque nosotros decimos que tuvimos tres bodas y un funeral.

- ¿Y eso?
- P.: Nosotros habíamos hecho unos ejercicios espirituales juntos en Buenafuente del Sistal, y allí pasó algo entre nosotros. Descubrimos una vocación a compartir, más allá de nuestro trabajo juntos. Esos ejercicios fueron una segunda llamada para nosotros. Pasados los años decidimos casarnos allí; después, lo celebramos en nuestra parroquia, y más adelante en Caná de Galilea.

- ¿Y el funeral?
-P.: El de Marcos, uno de los chicos a quien ayudábamos. Su madre era prostituta y él había crecido en la cárcel; vivió después en la calle, debajo de un puente, y lo acogimos, pero a los tres años de conocerle se murió en nuestra casa. Ha habido más: Alfonso, José Antonio… Son los santos de nuestra Iglesia doméstica, y ellos son la clave de nuestro matrimonio.

- ¿Fue complicado dejar vuestras respectivas órdenes?
-P.: Nuestro proceso de discernimiento, en comunión con nuestras congregaciones, duró dos años. Yo no quería llegar a ser sacerdote ni profesor, el que parecía mi futuro en la orden. Pasaba mucho tiempo atendiendo a los chicos y vimos que había que arreglar eso. Después entendí que mis inquietudes vocacionales solo podían encajar en una persona como Rosa.

- ¿Cómo fue ese tiempo antes de casaros?
-P.: Íbamos a Misa en la iglesia del Inmaculado Corazón de María, en Madrid. Allí hay una Piedad que era para nosotros la imagen de nuestra relación: Cristo muerto sostenido por María, como queríamos que nuestro matrimonio sostuviera y diera vida a tantos sufrimientos que conocíamos.

- ¿Qué añadió el matrimonio al trabajo que ya veníais haciendo?
-P.: Ha sido una experiencia de entrega total. El matrimonio te actualiza permanentemente, no te puedes esconder ni vivir a medio gas. Nuestra vocación de entrega a Dios y a los demás se disparó hasta el infinito. El matrimonio ha sacado de nosotros nuestra mejor versión.

R.: Vives la pobreza de manera real, y hace que te entregues hasta el fondo, con obediencia y con amor. Para mí, la entrega ha sido mucho más real, con un sacrificio y una desinstalación mayor, de vivir más en las manos de Dios.

- No tenéis hijos, pero vuestro matrimonio es muy fecundo.
-R.: Ahora trabajamos con adolescentes con problemas de conducta y de drogas. Es muy duro, pero nos volcamos con ellos.

P.: Este proyecto nadie lo quería asumir. Nadie los quiere, pero nosotros dijimos que sí. Y no lo podríamos hacer sin todo el recorrido que tenemos detrás, y si no tuviésemos a Jesús en medio de nuestro matrimonio.

R.: Estos chicos necesitan referencias, sobre todo la de los padres, y las encuentran en nosotros. En nosotros encuentran el límite que necesitan y la acogida que nunca han tenido.

- Eso desgasta mucho. ¿Dónde descansáis?
-P.: La Eucaristía es nuestro momento de descanso más necesario, es lo que nos alimenta. Y los ejercicios espirituales que hacemos cada año.

R.: Es muy distinto acoger a alguien cuando lo haces desde la Eucaristía. Si solo fuéramos profesionales, esto se quedaría cojo.

P.: En Buenafuente hay un Cristo románico con el costado exageradamente abierto. Para nosotros esa es la buena fuente que hace posible nuestra entrega: el agua y la sangre del Resucitado.
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda