Viernes, 19 de abril de 2024

Religión en Libertad

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Mr Scrooge o ´mi yo del pasado´

por Familia en construcción

 Hoy me ha entrado el síndrome del nido. Lo cual es un poco preocupante, porque como me dure el mes y medio que me queda para dar a luz no voy a dejar vivos ni a los cepillos de dientes... He empezado con la cocina, que es lo que me suele pillar más a mano... Y he sentido la inefable satisfacción de desterrar los ochenta biberones y los otros tantos baberos a lugares menos accesibles, ocupando esos huecos con cosas que nunca pensé que llegarían a ser más importantes, léase: azúcar, cola cao, cápsulas de café y té... Incluso el botecito de cereales nestlé está casi al nivel de los medicamentos: ¡fuera de la vista y el alcance de los niños! Lo cierto es que se me saltaban las lágrimas con esa sensación de felicidad que una experimenta -bayeta en mano- cuando ve que las cosas que antes estaban de cualquier manera van cogiendo forma y sentido y todo empieza a estar ordenado, organizado, limpio... "¡Un momento! ¡Para! ¡¡¡¡Qué!!!!" De repente, mi yo del pasado asoma la cabeza con indignación: "¿¡intentas decirme que una balda de armario vacía en la cocina se ha convertido en el summum de tu felicidad!? ¿¡Va en serio!? ¿¿¿Meter cuatro tuppers sin tapa en la bolsa de basura va a hacer que se te salten las lágrimas???".

"Pues sí. Va a ser que sí", informo a una ´yo universitaria´ incapaz de disfrutar vaciando y volviendo a llenar un armario, previo desempolvado de enseres varios. "Te digo más, aún a riesgo de acabar con tu preciosa inocencia: llegará un día en que levantarte a las diez de la mañana te parecerá un sueño hecho realidad, desearás que lleguen las cinco de la tarde para sentarte a charlar un rato en el parque, te acostarás llena de orgullo y satisfacción cuando te hayas pasado un día entero haciendo orden en casa, la operación ´ni un solo tupper sin su tapa´ será una gran aspiración hogareña y llorarás de emoción cuando te vayas con tus amigas un fin de semana de curso de retiro -a mesa puesta y cama hecha-". Mi pobre ´yo del pasado´ se va pareciendo cada vez más al Mr Scrooge aterrorizado de Dickens...

"Y aún hay más: llegará un día en que llamarás a tu amiga Queta por teléfono y ésta te dirá que acaba de salir de un juicio y está en Vips, desayunando, sola. Y esto último no te parecerá un motivo de angustia existencial, ni correrás hasta plaza de España a apoyarla en su soledad, sino que disfrutarás con ella el sabor de esas tortitas que solo van acompañadas de un silencioso repaso de las noticias de actualidad; sin niños que corren, ni mocos que saltan por los aires desafiando las leyes de Newton, ni un carrito con bebé con el que el camarero tropieza cada vez que pasa mientras tú le pides una y otra vez disculpas por haber tenido la ridícula idea de sentarte a tomar un desayuno relajado...".

"Habrá un día en que pasarte una comida entera oyendo llorar a un niño que no es tuyo te parecerá la mejor banda sonora del mundo, acompañada del sádico y morboso pensamiento de que no eres tú, sino esa otra madre inexperta y desesperada la que tiene que pelearse con el enano para que se termine los macarrones".

"Llegará un día en que un viaje a Nueva York te parecerá algo innecesario e insulso y soñarás, en cambio, durante meses, con pasarte un fin de semana paseando por los alrededores de cualquier Parador que quede a la vuelta de la esquina y terminando de leer ese libro que todas las tardes bajas al parque con la esperanza de avanzar un par de páginas pero que al final solo consigues dejarlo más arrugado de lo que ya estaba".

"Llegará un día en que meterte en el coche directamente, sin realizar ninguna actividad previa como atar un cinturón ajeno o plegar un carrito, será motivo más que suficiente para sonreír, y cuando estés volviendo a casa a las diez de la noche desearás que haya el silencio que indica que todos se han quedado dormidos antes de que tú llegaras sea atronador".

"Y, sin embargo, aunque te cueste creerlo, serás mucho más feliz de lo que eres ahora. Y cuando vayas sola en el coche te sorprenderás a ti misma cantando El cochecito Leré con total naturalidad o gritando con emoción: "¡el tren!" al ver pasar alguno; y disfrutarás solo con la idea de llevar a tus hijos a algún hotel y oír a uno que dice con los ojos abiertos como platos: "qué hotel más bonito, mamá"; y te encantará hacer sentir hijos únicos a tus hijos de vez en cuando, como el día que uno de ellos no pueda ir al cole porque está enfermo o tiene que ir al médico y te lo lleves a Rodilla a desayunar, mientras le miras a los ojos y escuchas cómo te cuenta que cuando sea mayor va a ser "médica", o profesora". "Y muchos días, por la tarde, al llegar del colegio y sentarte un ratito a contemplar cómo juegan, darás gracias a Dios por cada uno de ellos: por su sencillez, por su alegría, por sus ganas de disfrutar... Darás gracias a Dios por sus juegos, por sus cantos, por sus bailes, por sus gracietas, por su risa; incluso por esas idas y venidas por el pasillo media hora después de haberse acostado para decirte, como la excusa más valiosa, que vienen a darte un beso antes de dormirse. Darás gracias a Dios por sus sonrisas limpias, por sus silencios cuando se sientan a leer un cuento todos juntos, por su cariño, por su mirada buscando la tuya para asegurarse de que estás ahí aunque no te estén haciendo ni caso, por sus achuchones espontáneos, por oírles rezar cuando tú ya has terminado el Jesusito de mi vida y ellos siguen pidiéndole cosas al Niño Jesús; incluso darás gracias a Dios por esas mañanas en que tu marido y tú os levantáis con dolor de cervicales porque os habéis pasado la noche haciendo equilibrios en una cama invadida por varios personajes menuditos con dolores o pesadillas varias".

"Y será, precisamente, en esos momentos maravillosos en que estés sin ellos, cuando más consciente te hagas de que tu vida sin tu familia no tiene sentido; de que lo más importante, más que ninguna otra cosa, es hacer de ella, de tu hogar, un lugar lleno de alegría y amor".

Dedicado a mi amiga Ana, que tiene el don de inspirar, con un solo comentario, un artículo entero.

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