Jueves, 18 de abril de 2024

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Hastio y tedio de la vida

por El Blog de Juan del Carmelo

            Son muchas las personas…, y muchos los casos en que la persona se siente hastiada de su vida; se encuentra en un estado anímico de tedio hacia todo y en especial a la vida que llevan, piensa en buscar solución a su problema y lo que piensa no le convence porque no ven nada claro. Antes de seguir avanzando en este tema conviene que tengamos una idea clara de lo que es el tedio.          
         El Drae nos dice que el tedio es:
1. m. Aburrimiento extremo o estado de ánimo del que soporta algo o a alguien que no le interesa. El tedio generalmente se genera al mismo tiempo que un hastío de la vida. Uno esperaba otra cosa de su vida y se encuentra envuelto en una situación que no esperaba. Tanto el tedio como el hastío, la apatía  o la monotonía son todas ramas de un mismo árbol denominado aburrimiento. Para el Drae, el aburrimiento es: Cansancio, fastidio, tedio, originados generalmente por disgustos o molestias, o por no contar con algo que distraiga y divierta.

            El obispo Fulton Sheen escribe diciendo que estas situaciones son el fruto de. “La carencia de significado de objetivo aglutinante en la vida lo que hace que esta sea hastiante”. Cuando esa situación  se nos presenta, creemos que podemos sosegarnos, con el logro de lo que deseamos en la vida; pero una vez logrado, si es que se llega a lograrlo, nos hastía, cuando ya lo poseemos. Estamos constantemente buscando, y no sabemos de fijo que es lo que buscamos y si lo sabemos tenemos miedo de no alcanzarlo, adolecemos de avidez y desasosiego. Y muchas veces se alcanza un estado de depresión. Ya San Agustín, conoció la existencia de estos problemas en el ser humano y escribió diciendo; “Nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”

Nos menciona el obispo Sheen, la necesidad que tenemos de disponer en la vida de un objetivo aglutinante y este objetivo para un cristiano es la esperanza de alcanzar en esta vida los necesarios méritos para llegar a la que nos espera. Este es un objetivo de carácter espiritual es la esperanza de llegar un día a ser glorificados cuando abandonemos este mundo. Esta esperanza, que está siempre unido a la fe y al amor a Dios, nunca defrauda a nadie. Pero existe una esperanza de orden material que a diferencia de la espiritual no es eterna, ella tiene por finalidad, el alcanzar en este vida bienes materiales efímeros, no como los espirituales que son eternos

Todas estas situaciones de estados anormales de carácter síquico, no son propias ni de la niñez ni la adolescencia ni siquiera de la juventud; se pueden dar en adultos y sobre todo, los suyo es que se dé en personas jubiladas, que piensan que se acabó todo y es hunde psíquicamente, sin darse cuenta de que si son cristianos, es ahora cuando se abre ante ellos la posibilidad de dedicarse plenamente a trabajar en la viña del Señor, nunca es tarde para ello, al final de jornada no gana más el que estuvo  allí desde la primera hora, sin que más gana el que más ame al Señor.

Cuando se es niño o joven no se carece nunca de ilusiones y si el deseo de que se realicen las ilusiones perdura, nadie se hastía ni tiene tedio y mucho menos entra en un estado de depresión. El ansia de realización de las ilusiones, les mantiene siempre ocupados y entregados a la lucha por la obtención de estas. En la senectud, todo cambia, sobre todo en personas que no han formado una familia estable, si su fe no es muy fuerte, incluso si no existe, la frustración, hace mella en estas personas, remedando al profeta Isaías, podíamos decir: Que estas personas se han pasado la vida construyendo cisternas agrietadas, que no les han podido sujetar el agua viva divina, que se les ha escapado por las grietas.

La esperanza de obtener algo, mantiene siempre vivo el correcto estado síquico de una persona, cuales quiera que sea su edad, tienen y no han perdido, tal como nos dices el obispo Fulton Shenn, el objetivo aglutinante en la vida. El objetivo, suele ser siempre, La esperanza de obtener algo, pero tal como antes hemos escrito la esperanza puede tener carácter espiritual o carácter material. Hay una evidente diferencia entre estas dos clases de esperanzas. En la de orden espiritual nadie sale defraudado, en la de orden material siempre al final hay una frustración, porque es clara la llegada de la frustración si el objetivo aglutinante  no se alcanza, que es la situación más común. Pero es el caso de que inclusive si se llega a lograr, puede llegar r la frustración, porque solo en Dios está nuestro destino.

Etienne Brot, escribe diciendo: “Ese Dios trinitario, acostumbrado desde toda la eternidad a un amor interpersonal del pureza perfecta, ha sido, pues, totalmente desinteresado en su obra creadora, no pensando en modo alguno en Sí mismo, en su recreo o en su satisfacción personal, sino únicamente en el bien y en el interés de sus criaturas a las que quiso dar todo lo que Él es y todo lo que tiene, excepto algo cuya importancia crecerá a raíz del pecado original; no les ha dado, ni les dará jamás, su inalienable naturaleza de Creador. Serán pues criaturas eternamente y se beneficiarán de Sus dones no por naturaleza, sino por la gracia”. Y al crearnos Dios para Sí, nos ha marcado con una serie de improntas, entre las cuales se encuentra ese tremendo anhelo de felicidad  que el hombre tiene.

Dios desea mucho más que lo que nosotros lo deseamos nuestra eterna salvación y hacernos eternamente felices, con esa desconocida felicidad, no conocemos pero que la deseamos. Y este deseo de ser felices, es lo que nos mueve en este mundo a querer calmar nuestra ansia de felicidad, con la poca de orden material que hay en este mundo. Lo más seguro es que nunca terminemos de encontrarla aquí abajo, pues ella nunca será perfecta, siempre estará manchada con situaciones tristes nuestras o de nuestros familiares. Es por ello que San Agustín escribió. Tal como más arriba hemos escrito: “Nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  1. Libro. DEL SUFRIMIENTO A LA FELICIDAD.- www.readontime.com/isbn=8460999858
  2. Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190
  3. Libro. LOS DESEOS HUMANOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316298
  4. Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
  5. Libro. CONVERSACIONES CON MI DEMONIO.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461650880
  6. Libro. VIDA DE NUESTRA ALMA.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461266364
  • 137x.-  Felicidad eterna         03-03-10
  • 480m.- Buscar la felicidad, sus consecuencias         17-01-12
  • 524s.- Felicidad y placer      14-04-12
  • 541v.-  Felicidad en este mundo        18-05-12
  • 621j.-  Camino a la felicidad 25-10-12
  • 821j.-  # Deseos humanos de felicidad         28-11-13
  • 177v.-  Valor de la alegría en Dios    21-05-10
  • 416d.- Santidad y alegría      11-09-11

La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

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