Viernes, 19 de abril de 2024

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Pobres palestinos por Eduard Yitzhak, GEES

por Wiederholen

  Los árabes que viven en el actual estado de Israel, Gaza y Samaria-Judea (Cisjordania) son árabes que proceden de Egipto y de Siria y Jordania respectivamente.
La gran mayoría proceden de la inmigración árabe fruto del desarrollo de los pioneros judíos que levantaron esas tierras de la postración en que se hallaban sometidas desde la ocupación árabe y turca. Una insignificante minoría procede de los ocupantes árabes en la expansión del Islam.
 
Con el objetivo de desjudaizar Israel, vencido por las tropas romanas del emperador romano Adriano le fue cambiado su nombre en el año 131 EC y se la denominó Palestina, en honor de los europeos “invasores del mar”, cretenses, conocidos en la literatura bíblica como filisteos, palabra que en hebreo significaba “invasores del mar”. Jerusalén fue denominada Aelia Capitalina, este nombre no cristalizó en la cultura europea y se mantuvo su primigenio nombre (Jerusalén). Desde tiempos de Josué, contemporáneo y sucesor de Moisés, hace más de tres milenios y medio, siempre ha habido judíos en Israel-Palestina libres e independientes o sometidos a las diversas potencias de ocupación, según la época. Los árabes-musulmanes y los otomanos-musulmanes durante los siglos que ocuparon la tierra de Israel no permitieron que los judíos que eran perseguidos en diversos países europeos pudieran asentarse y refugiarse en Israel, tierra anhelada y constantemente recordada en sus tres rezos diarios. Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha olvide su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no me acuerdo de ti, si no ensalzo a Jerusalén como principal motivo de mi alegría. Este salmo [137:5] estaba, y está, en la mente de cada judío de la Diáspora, y perennemente los judíos aspiraban volver a Israel y su capital, Jerusalén. Sólo algunos pocos, muy afortunados, pudieron vivir bajo la Espada del Islam en su propio país, Israel. Mientras Jerusalén está escrita en el Tanaj, libro sagrado del judaísmo, [Antiguo Testamento] más de seiscientas veces, no aparece en el Corán.
 
Los judíos de Israel en 1948 aceptaron resignadamente la partición de su histórica tierra de Israel, en dos partes, una para los judíos, y la otra para los árabes. Estos (los árabes) nunca se habían llamado a si mismos como palestinos, y junto con todos los árabes rechazaron la partición en aras de expulsar a los judíos y quedarse estas tierras que pasarían a la Gran Siria.
 
Las Naciones Unidas acordaron la partición del Mandato Británico de Palestina en dos Estados: uno árabe y otro judío, una Palestina judía y una Palestina árabe, resolución aceptada por la dirigencia y pueblo judío y rechazada por los árabes. Las Naciones Unidas proclamaron el 14 de mayo de 1948 la Independencia de Israel, al cabo de unas horas, tropas libanesas, sirias, iraquíes, egipcias y transjordanas, apoyadas por voluntarios libios, saudíes y yemeníes, comenzaron la invasión del recién proclamado Estado judío con el fin declarado y explicitado de destruirlo y expulsar a los judíos al mar y completar el trabajo del Führer alemán, A. Hitler.
 
Esos países árabes habían reciclado y convertido al Islam a muchos jerarcas nazis que huyeron de Europa. De guerra en guerra los atacantes árabes salían derrotados e Israel recuperaba parte de sus tierras. Los países árabes percibieron que las guerras externas presentaban a la opinión pública internacional la imagen de un Goliat árabe frente a un pequeño David, el recién nacido estado judío que surgía victorioso frente a la prepotencia árabe.
 
La URSS y el bloque de los países socialistas ayudaron inicialmente al estado judío, por simpatía y cercanía ideológica hacia la dirigencia socialista israelí y los kibutznik. Por intereses geopolíticos y agravado por el desencanto soviético ante la negativa israelí de pertenecer a la órbita soviética, la URSS giró sus simpatías hacia los estados de Egipto, Siria e Irak, anteriormente repudiados por tener unos regimenes panarabistas nacional-socialistas enormemente influidos por el nazismo alemán y ser consideradas sociedades tribales, protofeudales y profundamente reaccionarias.
 
La izquierda europea siguió el Diktat soviético y la antaño admiración hacia el pequeño David israelí se metamorfoseó en odio y rechazo a Israel y simpatías hacia los “palestinos”.
 
Los árabes entendieron que las guerras desde el exterior de Israel eran imposibles de ganar por lo que armaron y pertrecharon a las organizaciones árabe-palestinas terroristas que ataban a Israel desde el interior. Nacieron los movimientos terroristas palestinos en aras de los árabes que transmutaron súbitamente en un pueblo, el “pueblo palestino” que nunca anteriormente había existido.
 
El lenguaje comprensible por los europeos del siglo XX era marxista, aunque sus políticas e ideales no lo eran, en el que se justificaba el terrorismo en nombre de la libertad del “pueblo palestino”, éste, que nunca había sido una nación ni pueblo, ni para ellos mismos ni para sus hermanos árabes.
 
Los niños árabes-palestinos recibieron adoctrinamiento en el que se les inculcaba la idea que Israel había ocupado las tierras del pueblo palestino, sin especificar ni aclarar el origen de dicho pretendido pueblo palestino.
 
Con el tiempo la ideología panarabista perdió fuerza en el mundo árabe ante la corrupción de sus líderes y el fracaso de intentar implementar una ideología entre unas gentes cuyo auténtico punto de referencia era, y es, la tribu y la religión, el Islam, sunnita o chiíta.
 
La Sociedad de la Hermandad Musulmana fue fundada en 1928 en la ciudad de Ismailiya por Hasan al-Bana y sustituyó el islamismo con sangre y esfuerzo el malogrado papel cimentador que había tenido el panarabismo en las sociedades árabes.
El islamismo de la Hermandad Musulmana culpabilizaba la derrota del mundo musulmán ante las potencias occidentales y cristianas por la desidia ante el Islam. Mustafa Kemal Atatürk era presentado como el modelo de fracaso y castigo divino por haber abandonado el Islam y haber introducido una variedad de reformas con vistas a crear Turquía como un Estado moderno, occidental, democrático, secular y desislamizado, factores causantes –según la visión islámica- de la pérdida de las tierras del suroeste de la Gran Siria, Palestina o Israel, y de otras como antaño lo fue la ruptura del Califato Omeya de Córdoba respecto al Califato de Damasco y su ulterior fragmentación en reinos de Taifas, lo que ocasionó, según la creencia islamista, en su posterior derrota ante las tropas cristianas ibéricas y pérdida del Al Andalus.
 
Hoy el islamismo está en guerra en el mundo árabe, en Egipto, en Siria, en Irak, Líbano, así como en Filipinas, en Chechenia, China, Pakistán, India, Nigeria, Somalia, en el Sahel, Afganistán y en otros tantos países, y obviamente también presenta un frente en Israel, al que considera un estado infiel y dhimmi (de ciudadanos de segunda clase) judíos que han tenido la osadía de independizarse del yugo de la Espada del Islam.
 
Los árabe-palestinos son la carne de cañón del islamismo frente a Israel. Los habitantes gazenses votaron a Hamás, una “franquicia” de la Hermandad Musulmana y este movimiento emplea Gaza como base de lanzamiento de misiles contra la población civil israelí, a la que considera como objetivo bélico, tanto judíos como árabes israelíes.
Los muyahiidines, (combatientes del Islam) de Hamás y el Yihad Islámico emplean a los gazenses como escudos humanos, sus escuelas, mezquitas, hospitales sirven de silos y rampas de lanzamiento de misiles. El gobierno de Egipto culpa a Hamás del derramamiento de sangre de los palestinos. [1]
 
El mismo Hamás proclama que está llevando a los palestinos a la muerte. [2]
La Liga Árabe ha respaldado el plan egipcio de alto el fuego que ha sido aceptado por Israel y rechazado por los islamistas de Hamás y el Yihad islámico. [3]
 
Mientras Hamás comete crímenes de guerra lanzando diariamente centenares de misiles contra civiles de Israel, el estado judío protege a sus ciudadanos, judíos y árabes, a los que defiende con la Cúpula de Hierro, bunkers, armamento y llevando a sus soldados a una guerra en la que son protegidos en lo máximo posible los ciudadanos gazenses y curados en los hospitales de Israel. [4]
 
Israel podría aniquilar totalmente bombardeando a los islamistas de Hamás y el Yihad Islámico pero sabe que esto causaría la muerte de muchos escudos humanos, por lo que envía tropas de tierra sabiendo que morirán soldados israelíes. [5]
 
Hamás bombardea continuamente el estado judío pero no consigue su objetivo, la destrucción de Israel y la aniquilación de los judíos, por falta de capacidad técnica. Hamás y el Yihad Islámico protege sus misiles con niños, mujeres y ancianos gazenses, como la misma UNRWA ha denunciado. [6]
 
 
Los crímenes de guerra de Hamás y el Yihad Islámico son apoyados y aplaudidos por los extrema izquierdistas europeos, sus colaboracionistas. A estos la vida de los gazenses y de los árabes-palestinos les es completamente indiferente, sólo les sirven como carne de cañón contra Israel. Si en lugar de ser Israel el que se defendiese y fuese otro país, la muerte de los escudos humanos gazenses les sería completamente irrelevante. No es el amor por los “palestinos” lo que motiva a la estridencia de los izquierdistas, sino el odio a Israel.
 
Los islamistas y sus colaboracionistas izquierdistas europeos no odian a Israel por cómo actúa, sino por que existe.
 
Para aquellos que dicen buscar la proporcionalidad, sería deseable estratégicamente hablando, que con el objetivo de proteger Israel a sus soldados y ciudadanos que el estado judío no emplease sus fuerzas de infantería en Gaza. Si los palestinos en general, y los gazenses en particular, quieren y anhelan el sacrificio por Alá, ¡pues que reciban proporcionalmente aquello que lanzan! Lo proporcional sería que se tiren desde Israel a Gaza el mismo número de misiles que desde Gaza se disparan contra Israel.
 
Pero Israel no quiere la destrucción de los palestinos. Por eso envía a sus soldados para localizar los silos y rampas de lanzamiento de misiles de Hamás, sabiendo de antemano que desgraciadamente aumentará el número de víctimas de miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel.
 
 
Pobres palestinos, antes carne de cañón del panarabismo nazional-socialista y ahora del islamismo.
Pobres palestinos que se han creído la propaganda de ambos totalitarismos (panarabismo nazional-socialista y ahora el islamismo).
Pobres palestinos que odian más a sus enemigos (los judíos) que lo que aman a sus hijos.
Pobres palestinos que aman más la muerte que a la vida.
Pobres niños palestinos que son la carne de cañón del izquierdismo europeo.
 
En realidad los únicos defensores de los palestinos son los israelíes que intentan minimizar el daño en la defensa de Israel ante los ataques que Hamás y el Yihad Islámico perpetra.
 
La misma ONU ha entregado a Hamás los misiles que ha encontrado escondidos en colegios de Gaza [7]. Estos misiles serán disparados contra Israel a no ser que antes este pueda destruirlos con el riesgo que comporta a los escudos humanos.
 
 
NOTAS
 
[1] Egipto culpa a Hamás por el derramamiento de sangre
 
La televisión egipcia arremete duramente contra el Hamás
 
[2] Hamas reconoce que sacrifica civiles: "Estamos llevando a la gente a la muerte"
En un video publicado por el canal oficial del grupo terrorista palestino, su vocero declaró que la organización incentiva al pueblo a prestarse como escudo humano.
Infobae America
 
[3] La Liga Árabe respalda el plan egipcio de alto el fuego. Aurora Digital
 
La Liga Árabe respalda la propuesta egipcia de alto el fuego en Gaza. Heraldo
 
[4]Ciudadanos de Gaza críticos con el Hamas: “Israel nos da comida y nosotros les regresamos cohetes”
 
[5] Trece soldados de Israel fueron asesinados en Gaza
 
[6] The Daily Star. Lebanon
UNRWA investigates rockets found in Gaza school
 
[7] ONU entrega cohetes a Hamás
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