Viernes, 26 de abril de 2024

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Como yo os he amado

por El Blog de Juan del Carmelo

      Estas son las palabras del Señor… Concretamente Él nos dejó dicho: 34 Un precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así que también amaos mutuamente. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si tenéis amor unos a otros”. (Jn 13,34-35). Y el olvido y el incumplimiento de este precepto divino, es total. Nada ha mejorado la humanidad, en los más de 2000 años desde que el Señor pronunció estas palabras. Las guerras han asolado el mundo, hoy en día continúan en muchos países. Eso que también dijo el Señor, sobre el amor a los enemigo, está olvidado: "43 Habéis oído que fue dicho: Amaras a tu prójimo y aborrecerás a tus enemigos. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos e injustos. 46 Pues si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen eso también los publicanos? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿que hacéis de más? ¿No hacen eso también los gentiles? 48 Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial”. (Mt 5,43-47). El panorama que se contempla es desolador.

            Desde luego que a primera vista, ni tú lector ni yo que escribo, podemos hacer gran cosa para remediar esta situación. No formamos parte de ningún centro o núcleo de poder  y aunque fuésemos alguien políticamente hablando, tampoco podríamos hacer gran cosa. Es más, aunque fuésemos el hombre con más poder en el mundo, que se dice que es, el presidente de los EE.UU. tampoco podría este enmendar la situación. Y ello es así, porque este es un tema de carácter espiritual, no material. No consiste la solución del problema, en disponer de dinero, el dinero es materia y la materia, carece de poder sobre las almas, salvo que estas se dejen comprar cosa que desgraciadamente es frecuente.

            Hay una bella frase en los escritos de Calderón de la Barca, concretamente en la obra “El alcalde de Zalamea” En la que en ella, el alcalde Pedro Crespo, que no se dejó comprar su honor por dinero, y ensalza el valor del honor, diciendo: Al rey la hacienda y la vida  se ha de dar; pero el honor  es patrimonio del alma,  y el alma sólo es de Dios. Lo que es patrimonio del alma hay que mantenerlo incólume para el día de mañana, podérselo ofrecer y dar al Señor, y en este caso el bien espiritual que se tiene son las rectas  convicciones  de nuestra alma, que son patrimonio de  Dios, como lo es nuestra alma, porque ella solo es de Dios.

            Pero las rectas convicciones de nuestra alma, tratando de dar cumplimiento, al amor fraternal que el Señor demanda de nosotros, no podemos imponérselas a todo el mundo, pero si podemos empezar a imponerlas en el mundo empezando por nosotros mismos. Porque vamos a ver, ¿Quién es el que a lo largo de su vida no ha tenido nunca, no digo ya odio, sino simplemente animadversión o antipatía a otra persona? O acaso ¿Podemos ponernos la mano en el pecho y decirle honradamente  al Señor:¡Yo siempre he amado a mis enemigos y ni siquiera he tenido un mínimo deseo de animadversión hacia ellos! Creo que nadie podemos tirar la primera piedra.

            El amor a nuestros enemigos, que nos requiere el Señor, ha de ser absoluto sin dar cabida al más mínimo reproche o reserva mental, porque no olvidemos, que de nuestras reservas mentales de cualquier clase que estas sean, Dios las conoce y las lee en nuestro corazón. Como dice el salmista: Tú lo sabes todo, apenas llegó mi palabra a mi boca y Tú ya lo sabías. Nada está oculta a los ojos de Dios y verdaderamente es difícil amar a nuestros enemigos, amar al que te ha hecho un daño irreparable, como puede ser la pérdida de un ser querido. Es tremendo cuando vemos en la TV casos de estos, en que la persona dañada dice: Yo perdono, pero… que se haga justicia y a modo de justificar la petición, se añade; para que nunca a nadie le suceda lo que a mí me sucede. Y uno se pregunta ¿puede haber en esa petición de justica un cierto deseo de rencor o venganza? Es difícil asegurarlo o negarlo, porque no vemos el interior de las almas y es de reconocer que humanamente la situación es muy dura, el sufrimiento es muy grande.

            San Pablo en su epístola a los romanos, nos dice: “17 No devuelvan a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres.18 En cuanto dependa de ustedes, traten de vivir en paz con todos.19 Queridos míos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor. 20 Y en otra parte está escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza. 21 No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien”. (Rm 12,17-21). Pocos son los que ahogan el mal a base de bien, es duro, muy duro y se necesita tener un gran amor al Señor para aceptar esto y comportarse amando al enemigo. Solo la fuerza del amor de un alma al Señor, le puede dar fuerzas a esa alma para comportarse como nos pide el Señor que nos comportemos. Evragio tiene una frase que afirma que quien es capaz de orar por sus enemigos, es porque es capaz de amarlos. Y el que es capaz de amar a sus enemigos o a quien le ha hecho daño, carece de deseos de venganza.

            Junto a los deseos de venganza anidan también en el alma humana los rencores o resentimientos, que son rechazados de plano por el Señor. La madre Angélica escribe diciendo: “Cuando uno se siente ofendido, la memoria y la imaginación pueden inundar de dolor el alma repitiendo situaciones y confrontaciones, haciéndole a uno desear que hubiera dicho o hecho eso o lo otro. Este ataque infructuoso sepulta el intelecto y la voluntad en el polvo de la pasión. Uno puede obsesionarse con el dolor de un suceso y perder la respuesta cristiana a la situación”. El resentimiento es una de las fuerzas más destructivas que hay en la vida. Es una ira fría que se instala en el centro mismo de nuestro ser y endurece nuestros corazones, pudiendo llegar a convertirse en una forma de vida que impregna de tal modo nuestras palabras y nuestras obras que ya no las reconozcamos como tal.

            Dentro del A.T. en el Levítico podemos leer: 17 No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa. 18 No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahveh”. (Lv 19,18-19). Y en el Eclesiástico hay dos referencias. La primera dice: “5 En manos del Señor el recto camino del hombre, él pone su gloria en el escriba. 6 Sea cual fuere su agravio, no guardes rencor al prójimo, y no hagas nada en un arrebato de violencia.”. (Ecl 10,5-6). Y en la segunda se puede leer: “5 El, que sólo es carne, guarda rencor, ¿quién obtendrá el perdón de sus pecados?  6 Acuérdate de las postrimerías, y deja ya de odiar, recuerda la corrupción y la muerte, y sé fiel a los mandamientos. 7 Recuerda los mandamientos, y no tengas rencor a tu prójimo, recuerda la alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa”. (Ecl 28,5-7).

            Todo el mundo coincide que el que odia, siempre sufre más que el que es odiado, porque a lo mejor  el odiado, ni se entera de que le odian. San Agustín decía: “No retengas en tu interior enemistad alguna contra nadie, porque mucho más grande es el mal que estas enemistades inveteradas causan a tu corazón”.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  1. Libro. DEL SUFRIMIENTO A LA FELICIDAD.- www.readontime.com/isbn=8460999858
  2. Libro. DEL MÁS ACÁ AL MÁS ALLÁ.- www.readontime.com/isbn=9788461154913
  3. Libro. LOS DESEOS HUMANOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316298
  4. Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
  5. Libro. CONVERSACIONES CON MI DEMONIO.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461650880

  • 276d.-  Ojos que no ven, corazón que no siente        05-12-10
  • 273l.-  Amar en el gozo, amar en la tristeza 29-11-10
  • 380v.-  Nuestro espejo de vida           01-07-11
  • 410m.- Acompañantes sobrenaturales y humanos    30-08-11
  • 583v.-  Paralelo treinta           10-07-12
  • 647d.-  Importancia del amor fraterno          16-07-12
  • 680x.-  Amar al prójimo         20-02-13
  • 722m.- Amar a los demás       14-05-13
  • 187j.-  La fuerza de la amistad          10-06-10
  • 248d.-  Esta persona me cae gorda    10-10-10
  • 798d.- Amad a vuestros enemigos    13-10-13
  • 203l.-  Juzgar a los demás     12-07-10
  • 553l.-  ¿Seriamos capaces, nosotros también?         11-06-12
  • 213d.-  Servir a los demás para servir al Señor         01-08-10
  • 351x.-  Siempre servir            04-05-11
  • 353d.-  La ratonera     08-05-11
  • 692v-   Servir o ser servido    15-03-13
  • 759s.-  Manifestación material del amor      27-01-13
  • 817x.-  # Amar es servir         20-11-13
  • 658l.-  Ley del Talión y venganza    07-01-13 

La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

 

 

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