¡¡¡Setenta y cinco años de paz!!!

 
            Sí señores, cumpliditos ayer y una vez más, con más pena que gloria, en una indiferencia llamativa, que así somos los españoles del siglo 21 para celebrar aquello que nos une y que puede llenarnos de orgullo. Nada que deba sorprendernos: ocasiones tan buenas o mejores hemos dejado pasar con similar desdén (pinche aquí para conocerlas). Y todo ello mientras los señores políticos, incapaces de ponerse de acuerdo en nada que no tenga que ver con su sueldo y sus prebendas, se dedican a discutir si en el funeral de estado de uno de los grandes prohombres españoles de la nación española del último medio siglo español, en una catedral española, debió sonar o no debió sonar el Himno español. ¡Elí elí, lama sabactaní! (Mt. 27, 46).
 
            Pero bueno, como les decía, setenta y cinco años de paz. Setenta y cinco años en los que ha habido, es verdad, de todo. Ha habido dictadura y ha habido democracia. Ha habido libertad y ha habido opresión. Ha habido hambre y ha habido opulencia. Ha habido pobreza y ha habido riqueza. Ha habido bonanza y ha habido crisis. Ha habido exilio y ha habido reconciliación. Ha habido emigración y ha habido inmigración. Ha habido pena y ha habido alegría. Ha habido justicia y ha habido injusticia. Ha habido corrupción y ha habido honradez. Ha habido indignación y ha habido algarabía. Ha habido llanto y ha habido risa. Ha habido derrota y ha habido triunfo. Ha habido fracaso y ha habido éxito. Pero por encima de todo, ha habido paz, ¿se dan Vds. cuenta? ¡¡¡Paz!!!
 
            Son probablemente los primeros setenta y cinco años que los españoles viven en completa paz consigo mismo y con sus vecinos en toda su larga historia desde los tiempos de Atapuerca. Son, también, los primeros setenta y cinco años que los españoles viven sin pelearse los unos con los otros entre sí, en los últimos dos siglos.
 
            Unos dirán que a costa del esfuerzo y el sacrificio de unos; otros que a costa del esfuerzo y el sacrificio de otros. Pero reconozcámoslo como es: en paz. Una paz mejorable, porque la paz siempre es mejorable... pero paz. Los españoles de hoy, hecha la salvedad de una ínfima minoría muchos de los cuales ya no pueden ni acordarse, no han conocido la guerra, no saben lo que es la guerra. Yo mismo que no soy ya ningún chaval, no la he conocido, ni puedo imaginar cómo se vive una guerra. Y como yo, tantos españoles, la inmensa mayoría, gracias a Dios.
 
 
            ^©L.A.
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