Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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Los 80 del Cambrón (4)

por Victor in vínculis

Los Mártires de la Puerta del Cambrón de Toledo
 
41. ELOY MARTÍN BALLESTEROS (642)
“Forastero, de unos 35 años, iniciales A en el pañuelo. Procedente de la cárcel”. Diego Bravo del Barrio.
 
42.JUAN JOSÉ BARRENECHEA LAVERÓN (643)
“Sr. Barrenechea, fiscal. Procedente de la cárcel”.
 
Fiscal de la Audiencia de Toledo; había sido Juez de primera instancia e instrucción en San Lorenzo de El Escorial; Abogado fiscal de la Audiencia de Santander. En 1933 se le nombra Fiscal de provincia de Toledo, donde ya prestaba sus servicios como Abogado fiscal de la Audiencia de Toledo.
 
43. ESTEBAN ROMERO BRAVO (644)
“Esteban Romero Bravo, con un carnet de cabo. Procedente de la cárcel”.
 
44. JOSÉ AGUILERA GIL (645)
“De Toledo, impresor y músico, de unos 35 años, delgado, n Romero Bravo, con un carnet de cabo. Procedente de la cárcel”. José Aguilera. Su viuda, Eusebia Ruano.
 
Joven e inteligente administrador del diario local “El Castellano”.Tras estallar la persecución religiosa en los primeros días del mes de julio, es el día 24, como si se tratase de un plan trazado, cronometrado, las muertes martiriales van sucediéndose. En la Plaza del Porche de Santo Domingo, se aposta un grupo de marxistas esperando la llegada de don Bonifacio Aguilera Gil, que vive allí con su hermano José. Todo el mundo lo conoce, pues es el organista de la Catedral de Toledo. Incluso entre los milicianos. Dos de ellos se atreven a ponderar el buen hacer del “cura” con el órgano catedralicio. De repente, se oye un portón cerrarse y alguien que se aproxima. Don Bonifacio, además de la música, tiene a su cargo la capellanía de las monjas Comendadoras, que todavía no hace el año que se trasladaron a la Calle del Cobertizo de Santo Domingo. Y de allí viene, de repartirles la Comunión.
Mandan bajar a su hermano y los dos son conducidos a la Diputación Provincial, a unos locales que se han habilitado como cárcel. Pero en cuanto llegan a las puertas del edificio, José fue obligado a presenciar el asesinato de su hermano. A él le obligaron ingresar en la cárcel.
 
45. JULIÁN CORTÉS YOFRE (646)
“Julián Cortés, chauffeur. Procedente de la cárcel”.
 
Fue chófer del cardenal Victoriano Guisasola y Menéndez (1913-1920).
 
46. (647)
“Forastero, alto y moreno, de unos 35 años, traje oscuro. Procedente de la cárcel”.
 
47. JOSÉ GÓMEZ DE SALAZAR y ORDUÑA (648)
“J. Salazar, director del Colegio de Huérfanos. Procedente de la cárcel”.
 
Comandante de Infantería. Distinguido en las campañas de África, donde pasó gran parte de su vida castrense. Al advenimiento de la República, pidió el retiro fijando su residencia en Toledo. En esta situación solicitó en reñido concurso la dirección del Colegio de Huérfanos de Infantería, dirección que le fue concedida en orden a sus méritos. En el desempeño de este cargo, puso de relieve su capacidad y energía al resolver con dignidad cuantas discusiones suscitaron las sociedades obreras y elementos del Frente Popular, en relación con el personal de dicho centro, siendo amenazado en varias ocasiones al no transigir con las exigencias que aquellos querían imponerles. Con anterioridad al 18 de julio, sostuvo en conversaciones con un representante de la Autoridad Militar de Toledo para cooperar con el Alzamiento con los medios que estaban a su alcance. Al iniciarse éste y de acuerdo con sus compromisos, tomó parte al frente del personal adicto del Colegio de Huérfanos, en las operaciones de guerra que tuvieron por escenario el Hospital de Afuera, donde fueron contenidas las columnas rojas durante dos días. Cuando por lo insostenible de la situación recibió orden de abandonar las defensas del Hospital, se dirigió con las Hermanas de la Caridad y doce huérfanos hacia el centro de Toledo para ganar el Alcázar, objetivo que no pudo conseguir por ser hecho prisionero durante la retirada, pero no sin antes dejar a salvo en casas particulares a las religiosas, que no sufrieron ningún daño, como tampoco a los huérfanos que fueron enviados con sus respectivas familias al hacerse él responsable de los cargos que se le imputaban, A raíz de su detención, el comandante Gómez de Salazar fue llevado a la Diputación Provincial en calidad de prisionero, sufriendo toda clase de vejámenes y pasando de allí a la Cárcel provincial. Durante su prisión no le fue permitido recibir visita ni de sus más allegados familiares, que tampoco pudieron enviarle las prendas indispensables para su aseo personal. Sufrió su calvario con la entereza y espíritu militar de que siempre estuvo animado.
 
48. (649)
“Forastero, de unos 30 años, traje oscuro a rayas, franja negra. Procedente de la cárcel”.
 
49. JOSÉ HIERRO PRADO (650)
“De unos 25 años, delgado, rubio, iniciales J.H. Procedente de la cárcel”. José Hierro.
 
Maestro Nacional. De veinte años. Natural de Santa Olalla (Toledo). Encarcelado por los marxistas. Fueron asesinados su padre y su hermano Julio (612).
 
50. CALIXTO PANIAGUA HUECAS (651)
“Forastero, de unos 40 años, alto y fuerte, iniciales J. ¿sacerdote?. Procedente de la cárcel”.
 
Calixto nació el 14 de octubre de 1886 en Olías del Rey (Toledo). Doctor en Teología, Filosofía y Derecho Canónico, realizó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma. Su familia todavía recuerda haberle acompañado en alguno de sus primeros destinos: Ocaña en Toledo o Peal de Becerro en Jaén.
En 1920 fue nombrado por el obispo Marcial López Criado profesor de Teología Dogmática del Seminario Conciliar de San Bartolomé de Cádiz. En el curso 1933-34, tras haberse cerrado el Seminario, don Calixto aparece firmando las actas de ese curso, como Prefecto de Estudios. Aunque con toda seguridad ejerció las tareas de Vicerrector. Todavía algún sacerdote anciano le recuerda por ser un hombre muy bondadoso que demostraba su cariño a los seminaristas, especialmente a “los latinos”, que era como se conocía a los de más corta edad, a los que daba clase de griego. Les repartía peladillas. Era muy aficionado al fútbol…


 
El 21 de septiembre de 1933 tomó posesión como chantre de la Catedral de Cádiz.
Cuando estalló el conflicto bélico del 36, don Calixto se hallaba de vacaciones en su casa de Olías del Rey (Toledo), y según su hermana, se lo llevaron para encarcelarlo a últimos de julio. Según declaró ella misma, pasados varios meses aún no sabía nada de su paradero.
 
51. JOSÉ MARÍA ALONSO MORALES (652)
“Forastero, de unos 25 años, moreno, con mono azul, iniciales M.A. en la camisa, ¿hijo de Mediavilla? Procedente de la cárcel”. Hijo de Tomás Alonso Mediavilla (617).
 
52. RAIMUNDO RAMÍREZ GUTIÉRREZ (653)
“De Toledo, sacerdote conocido, de unos 45 años, alto y delgado. Procedente de la cárcel”. ¿Raimundo Ramírez Gutiérrez?
 
Natural de Menasalbas (Toledo). Nació el 15 de mayo de 1868. Sus padres se llamaban Cesáreo Ramírez y Santa Gutiérrez. Ordenado el 27 de mayo de 1893. Su primer nombramiento fue coadjutor de Añover de Tajo (Toledo); en 1894 se le trasladó a Yepes (Toledo); en 1897 encargado de Tamajón (Guadalajara) y ecónomo de El Vado (Guadalajara); en 1901 regresa a la parroquia de Añover del Tajo como encargado.
Finalmente, desde 1908, fue destinado a la parroquia de San Martín de Toledo, donde ejerce de coadjutor. Nombrado vocal del Montepío del Clero Toledano, en mayo de 1913.
Al estallar la guerra civil, ya con 68, contaba graves achaques y estaba casi ciego.
 
53. ANTONIO ARBÓ DELGADO (654)
“De Toledo, sacerdote de la Catedral, pelo blanco, rizado, de 45 a 50 años. Procedente de la cárcel”.
Por descarte, quedan tres sacerdotes sin identificar y solo uno de ellos es clero catedralicio: se trata de don Antonio Arbó.
Aragonés de Calatayud (Zaragoza) nació el 22 de septiembre de 1887. Ordenado el 27 de diciembre de 1914. Ejerce de beneficiado tenor de la Catedral de Lugo; de allí, pasó a la Catedral de Toledo como beneficiado contralto. Primero estuvo destinado a la capellanía de las MM. Benitas de Toledo en 1916 y luego también como capellán de las MM. Agustinas del Convento de las Gaitanas.
Vivía con su hermana Micaela en la capellanía de las Gaitanas, en cuanto estalló la persecución religiosa, tras el inicio de la Guerra Civil, don Antonio huyó de su domicilio. Las monjas de su capellanía declaran que, días antes, el Siervo de Dios les repartió las Sagradas Formas para evitar que el Sagrario fuera profanado. El 9 de agosto fue apresado por los milicianos y encarcelado en compañía de su hermana.
 
54. SEGUNDO BLANCO FERNÁNDEZ DE LARA (655)
“D. Segundo Blanco, sacerdote de Toledo. Procedente de la cárcel”.
 
Nació el 1 de junio de 1878 en Toledo. Se ordenó sacerdote el 18 de marzo de 1905. Entre sus primeros destinos fue nombrado capellán de las Madres Capuchinas de la Ciudad Imperial; en 1907 Capellán del Convento de Jesús y María de Toledo; capellán del Colegio de Doncellas Nobles (1914). Se le nombró oficial primero en la Comisaría de Cruzada en 1920. Ese año ocupó el cargo de beneficiado en la Santa Iglesia Catedral de Toledo, ejerciendo de Maestro de Ceremonias.
Don Segundo era profesor de Sagrada Liturgia en la Facultad de Sagrada Teología del Seminario y cuando estalla la guerra nuevamente ocupaba la capellanía del Convento de las Dominicas de Jesús y María de Toledo.
Cuando estalla la Guerra Civil su condición sacerdotal, como a tantos, le hace estar en constante peligro. Y en los últimos días del mes de julio, previendo su inminente detención, se prepara espiritualmente y se viste de seglar. El 4 de agosto, a las ocho de la noche, cuatro milicianos llaman a su puerta y dando fuertes voces dicen:
-Ahora mismo, que salga el "cuervo" que vive en esta casa.
Sacado a empellones y culatazos, no le permiten despedirse ni de su madre ni de una tía suya, que, mudas de terror, contemplan la escena. Tras llevárselo detenido, doce sicarios, fusil en mano, irrumpen en el domicilio para saquearlo.
En la obra “Mártires de Toledo” de Cid Leno y Moreno Nieto (Toledo, 1942) se narra así, según los testigos, el momento de su entrada en la cárcel:
A última hora del día ingresa en la cárcel de Gilitos. El miliciano que lleva el registro le dice a Don Segundo:
-Saca todo lo que llevas y ponlo sobre la mesa... o te lo sacamos nosotros.
Don Segundo comienza a sacar su rosario, un escapulario, unas estampas que lleva en el bolsillo de su camisa, algo de dinero, su tarjeta de identificación...
-¡Quita todas esas beaterías...! Sólo la tarjeta y el dinero. ¡Tu nombre!
-Me llamo Segundo Blanco Fernández de Lara.
-¡Déjate de noblezas!, le espeta.
Y mientras, escribe en el registro: 4 de agosto... Segundo Blanco, 45,50 pesetas.
 
55. RICARDO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ (656)
“Comisario de Policía de esta capital. Procedente de la cárcel”. Ricardo Sánchez Rodríguez.
 
Comisario de Policía de Toledo, era por su cargo demasiado bien conocido de la gente maleante de la ciudad. Al inicio de la dominación marxista fue elegido como víctima, siendo detenido y maltratado por los que fueron a su vez detenidos por él. Por su carácter soportó con resignación los sufrimientos ocasionados.
 
56. CONSTANTINO MERCÓN (657)
“Procedente de la cárcel”.
 
57. JAIME MIEDES LAJUSTICIA (658)
“Jaime Miedes, veedor de alcoholes. Procedente de la cárcel”.
 
Notas tomadas del librito “Carmen Miedes Lajusticia. Protomártir de Toledo en la moderna persecución” del padre dominico Luis G. Alonso Getino:
“Hermano de la Sierva de Dios Carmen Miedes. El 22 de julio de 1936 fue la dispersión de la familia. Tres hermanos, Mariano, Luis y Joaquín, se fueron al Alcázar con unos falangistas que en su casa habían tenido ocultos; su padre, dicen que siguió a Carmen de lejos algún tiempo y luego volvió a su droguería, donde encontró la muerte; su madre salió con José y Jaime a buscar un refugio.
Debido a la traición de la portera de su domicilio, que ocultamente dejó pasar unos milicianos rojos con ametralladoras a la terraza de la casa, tuvieron que abandonarla, acompañando a su buena madre a casa de unos amigos. “No fueron estos tan hidalgos como solían serlo algunos de los rojos -y esta es la nota más triste que hallo yo en muchas gentes de derechas a lo largo de las penas a que en esta persecución estuvimos condenados- y tuvieron Doña Petra y sus hijos que salir a la calle, donde fue cazada con sus dos cachorros y llevada al Comité rojo de la casa de Correos, desde donde a ella se la mandó a la calle, el mismo 22 de julio a la una de la noche. A las cinco y media ya estaba allí otra vez la piadosa madre, sin poder ver a sus hijos, como se lo habían prometido, porque de Correos los trasladaron a la Diputación y luego a la cárcel y desde allí, con otros muchos, tras larga detención, al suplicio.
Y ocurrió en la cárcel una escena sublime: José y Jaime tuvieron noticia de la muerte de su padre y de sus dos hermanos Carmen y Luis; daban por probable la de los dos que habían quedado en el Alcázar tan combatido, y desde luego comprendían que desde allí no podían atender a su madre; suponían también asesinada a su hermana Petra, que había quedado sola y en poder de los rojos en su botica de Muela de la Jara. Viendo a su madre sola, acordaron escribir al Comité rojo que tuviera piedad de ella y dejase a uno de sus hijos para que la atendiera, o la llevasen allí para morir con ellos.
Al Comité le impresionó tan noble propuesta y dicen que aceptó el indulto, pero hubo fuera quienes se opusieron a él, alegando que a los Miedes no se les podía indultar porque habían sido las presas codiciadas y además el cambiarles era inútil intento.
Bien estaban los Miedes -la familia más carlista de Toledo- en la Olimpiada de caballeros de la fe que se preparaba para el 23 de agosto, aniversario del nacimiento de Jaime Miedes y nacimiento para la gloria de los ochenta y tantos eclesiásticos y seculares que formaban la bendita cohorte, próxima a recibir la palma del martirio”.
 
58. GREGORIO MARTÍN PARAMO (659)
“Alto, calvo, de unos 60 años, parece sacerdote. Procedente de la cárcel”. Gregorio Martín Páramo.
 
Gregorio había nacido el siete de enero de 1877 en el pueblo toledano de Ventas con Peña Aguilera. Era tío, por parte de madre, del Siervo de Dios Emilio López Martín. Don Gregorio recibió la ordenación sacerdotal el 22 de mayo de 1902. Su primer destino es la coadjutoría de la parroquia de Orgaz (Toledo). En una crónica de “El Castellano” (16 de mayo de1908) comentando las fiestas del 3 de mayo del Santísimo Cristo de la Misericordia de Mazarambroz, se destaca que “la función religiosa ha aumentando su esplendor por el Sermón encomendado al orador sagrado D. Gregorio Martín Páramo, Teniente de la Parroquia de Orgaz, verdadera composición retórica, llena de elocuencia, sin carecer de parte sugestiva, que llenó de júbilo a los oyentes”. En 1909 se le traslada a Yepes. Conservamos un documento oficial, de octubre de 1910, en el que, junto a su párroco, firma como coadjutor de dicha parroquia.
De 1912 a 1923 ejerce de ecónomo en Mazarambroz (Toledo). Pasa a Toledo como sacristán segundo de la Santa Iglesia Catedral Primada. Al año siguiente se le nombre coadjutor de la parroquia de Santiago Apóstol en la Ciudad Imperial. Después, en 1927, ostenta la capellanía de San Román en la ciudad de Toledo, iglesia filial de la parroquia de Santa Leocadia. En 1936 rige la capellanía de San José y está encargado de la iglesia filial de San Juan Bautista.
En la Capilla de San José, en la toledana calle de Nuñez de Arce, tuvo lugar la quinta fundación de Santa Teresa de Jesús. Aquí la Santa escribió los primeros capítulos de “Las Moradas”. Tras la muerte de Santa Teresa, la comunidad se trasladó en 1608 al Convento de la Puerta del Cambrón. Por ello, el Siervo de Dios Gregorio Martín se encarga de celebrar en la Capilla pero no era el capellán de las MM. Carmelitas.
Poco a poco algunos sacerdotes, entre ellos don Emilio y don Gregorio, fueron detenidos y conducidos a la Prisión Provincial. Los demás caían asesinados por las calles de la Ciudad Imperial. Solo unos pocos lograran escapar.
 
59. RAFAEL GASTESI VALENTÍN (660)
“Rafael Gastesi. Comandante. Administrador del Colegio de Huérfanos. Procedente de la cárcel”.
 
Comandante de Infantería, fue uno de los más bravos militares que se hicieron fuertes en el Hospital de Afuera. Al establecerse en España el régimen republicano, el Comandante Gastesi pidió el retiro a voluntad propia. En la situación de retirado fue elegido para el cargo de Administrador del Colegio de Huérfanos de la Oficialidad del Arma de Infantería, en cuyo cargo puso de manifiesto su competencia y acrisolada honradez. Católico ferviente y simpatizante de Falange y del Movimiento, se unió a él desde el primer momento de una manera decidida y ya en la noche del 20 de julio prestó servicio en el centro de resistencia establecido en el Hospital de Afuera, donde estuvo fusil en mano, conteniendo a las columnas rojas que desde Madrid se dirigían a tomar Toledo. En la tarde del 22 de julio recibió la orden de evacuar sus posiciones y no pudiendo llegar al Alcázar, se refugió en una calle del Cristo de la Luz, donde fue detenido.
 
60. MIGUEL ROJO GALÁN (661)
“Miguel Rojo, yerno del Sr. Medina. Procedente de la cárcel”.
 
Comerciante de Toledo. Pertenecía a la Comunión Tradicionalista y a Acción Popular, por la que trabajó en las elecciones de febrero de 1936. Con estos antecedentes no es nada extraño que las milicias rojas le buscaran, deteniéndole por fin el 13 de agosto. Conducido a la cárcel provincial, de ella salió para ser asesinado en la saca del 23 de agosto.
 
61. MARIANO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ (662)
“Mariano Sánchez Fernández, maestro de la Fábrica. Procedente de la cárcel”.
 
Era Maestro jubilado de la Fábrica de Armas de Toledo. Su vida había sido exclusivamente dedicada al trabajo y dadas sus magníficas dotes personales, nadie hubiera podido sospechar que tuviera enemigos capaces de atentar contra su vida. Su ferviente catolicismo fue la causa de una persecución que finalizó el martirio.
 
62. SEGUNDO AGUDO RODRÍGUEZ (663)
“De Toledo, de 20 a 25 años, con mono azul (Agudo). Procedente de la cárcel”. ¿Segundo Agudo?
 
Falangista. Durante las elecciones de febrero de 1934 estuvo conduciendo el coche que su padre prestó a Acción Popular para efectuar diversos recorridos por la provincia en misión electoral. En octubre de 1935, fecha en que las hordas marxistas se ensañaban en la quema de conventos, Agudo estuvo haciendo varios días haciendo guardia. Al declararse el estado de guerra, estuvo conduciendo camiones con armas y municiones desde la Fábrica al Alcázar. Como otros muchos, quedó fuera de la fortaleza por desconocidas circunstancias. A finales de julio fue prendido por milicianos de la C.N.T. y conducido a la cárcel, de donde salió para ser fusilado.
 
63. BEATO JOSÉ POLO BENITO (664)
“D. José Polo Benito, deán de la Catedral. Procedente de la cárcel”.
 
José Polo Benito nació en Salamanca, en la portería del palacio de Almarza, a las dos de la tarde del día 27 de enero de 1879. Era hijo legítimo de Juan-Antonio Polo González, oficial de la fábrica de jabón, natural de los Villares de la Reina (Salamanca), y de Ventura Benito Ruano, nacida en Santa Olalla, de Salamanca. Fue bautizado en casa, por necesidad, por el médico D. Jerónimo Custo, y después, suplió las ceremonias el párroco de la de San Boal, de Salamanca, el 30 de enero de 1879, imponiéndole los nombres de Juan Crisóstomo José. Está confirmado en la parroquia de San Mateo, de Salamanca, el 14 de marzo de 1889, por el obispo de la diócesis, Monseñor Narciso Martínez Izquierdo.
Estudia en el Seminario de Salamanca los cuatro años de latín y 1º de filosofía. Continúa en Ciudad Rodrigo 2º, 3º y 1º de filosofía y teología. Vuelve a Salamanca el año 1897 para seguir la teología y los cánones. Termina el doctorado en teología y en cánones. Se ordenó en Salamanca: la tonsura y órdenes menores, diciembre de 1901; el subdiaconado, en diciembre de 1902; el diaconado, el 6 de junio de 1903; y el presbiterado, en la segunda semana de Cuaresma, de 1904.
Su actividad pastoral comienza como coadjutor de Sancti Spiritus, de Salamanca, en 1904; y en 1905 es catedrático de la Universidad Pontificia de Salamanca, y capellán de las religiosas franciscanas de la ciudad; en 1907 es secretario de cámara del obispado; en 1908, canónigo y examinador sinodal; marcha a Plasencia como maestrescuela de aquella catedral, en 1911; secretario del Gobierno Eclesiástico, sede vacante, y administrador de fondos diocesanos, en 1912; deán de la catedral, en 1918; gobernador eclesiástico, sede vacante, en 1913; deán de la catedral de Toledo el 25 de enero de 1923...
El Beato José Polo Benito trabajó apostólicamente en Plasencia a favor de las Hurdes con innumerables obras sociales. En la posguerra europea, en su propio domicilio de la calle Santa Ana, establece las cocinas de caridad para socorrer a las familias necesitadas.
Interviene en varios congresos y asambleas, siendo notable su intervención en el Congreso Eucarístico Internacional de Viena.
Ya deán de Toledo, en plena madurez, se aplicó a reanimar la vida religiosa de la catedral, y predica dentro y fuera de Toledo, y escribe en periódicos y publica obras, etc.
Ingresó en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, el 5 de abril de 1925.
Siendo todavía estudiante, y como tanto se habían ya destacado sus condiciones de escritor y polemista, fue encargado, pro el obispo salmantino P. Cámara, de la dirección de “La Semana Católica”, de aquella capital, y en cuyas columnas hizo notabilísimas campañas, entre ellas, la relacionada con la actitud de los católicos españoles en la política nacional, asunto que tanto apasionó los ánimos, interesándose en su discusión la prensa de todos los matices.
Otro obispo insigne, el de Plasencia, Mons. Jarrín, llamado el “Apóstol de las Hurdes”, le asoció a su apostólica empresa para la colonización de aquella inculta comarca extremeña, y en la que nuestro biografiado mostró una notable actividad.
Por espacio de cinco años dirigió la revista “Las Hurdes”, organizó el “Congreso Nacional Hurdanófilo”, celebrado con gran éxito en Plasencia; fundó y dirigió el periódico placentino “Regional”, que fue uno de los más admirablemente hechos en esa región. En este periódico apareció bien pronto el hombre social, el que poseía visión completa de esta cuestión con todas la realidades dolorosas y con todas sus dificultades innumerables y el que sentía arder dentro de sí la llama del celo, para compadecerse de aquellas y agitarse el espíritu del apóstol para no arredrarse por ninguna de estas.
Con estas labores de prensa y propaganda simultaneaba la ardua del gobierno de la diócesis, que compartió durante varios años como secretario de Cámara del obispo de Plasencia, cargo en el cual manifestó toda la diligencia y prudencia que tan delicadas funciones requieren.
Su laboriosidad e inteligencia se han destacado también en varios Congresos y Asambleas, siendo notable su intervención en el Congreso Eucarístico Internacional de Viena, en el Congreso Social de las Asociaciones del Norte, celebrado en Plasencia; en la Asamblea de la Buena Prensa, en Zaragoza, y después en el Congreso de Previsión Social, de Barcelona, en el que resaltó la autoridad de su doctrina y de su experiencia, con admiración y aplauso de todos los congresistas.
Ya en la ciudad de los Concilios alcanzó, si cabe, mayor riqueza de matices y aún intensidad mayor la vida del deán. Algo hemos apuntado con relación a la catedral, pero no era Polo Benito de los que se limitasen a la unilateralidad, así trascendió pronto su esfera de acción de los muros catedralicios, y se extendió a la Real Academia de Bellas Artes y ciencias Históricas; al Instituto Nacional de Previsión, donde fue elegido vicepresidente del Consejo del Patronato de Previsión; a la Comisión Provincial de Monumentos, de la que era presidente, y todavía pudo ocupar las presidencias de la esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario y la dirección de peregrinaciones a Roma y Oriente, cargo en el que se distinguió de forma que mereció recompensas de la Santa Sede, y la Cruz de Oro del Santo Sepulcro de Jerusalén. Aún actuó como asiduo colaborador de periódicos, entre ellos “ABC” y “Mundo católico”, así como de la “Prensa Asociada”, y dirigió la revista “Tierra Santa y Roma”. Su pluma fue requerida para honrar las páginas de “La Razón”, de Buenos Aires, y otros periódicos y revistas extranjeros. En la foto, el Beato José Polo (el primero por la derecha) aparece en el atrio de la iglesia del Monasterio de Guadalupe, junto al Cardenal Pedro Segura, el día de la coronación de la Virgen.
Fruto de sus vigilias y desvelos fueron sus libros, entre los que recordamos: “Feminismo social”, “La emigración en Béjar”, “Del periodismo católico”, “El Hogar Jurdano” (laureado con el premio Roel), “Crónica del Congreso Nacional a favor de las Jurdes”, “Plasencia por Jesús Sacramentado”, “El libro del Congreso Internacional Eucarístico” (Crónica del XIII Congreso Internacional Eucarístico) “Las crónicas de un año de acción”, “El falso Rembrandt” (novela traducida al alemán), “Guerra y Amor”, “El problema social del campo de Extremadura”, “Jesucristo vuelve” (páginas de Acción Católica), etc.
Desde el día 22 de julio en que la ciudad de Toledo cayó en manos de los milicianos, empezaron las detenciones y matanzas de los sacerdotes. El siervo de Dios fue arrestado en los primeros días de la revolución y llevado a una sala de la Diputación Provincial, donde fueron concentrados más de veinte arrestados. Como hemos dicho más arriba, los compañeros de cárcel recuerdan la entereza del siervo de Dios, el cual animaba a todos “a ser mártires de Jesucristo, a ser siempre valientes y a reconciliarnos con Dios, en el sacramento de la confesión, por si acaso por la noche éramos sacados para el martirio”.
 
Don Luis Moreno Nieto, que también estaba detenido, recuerda que fue testigo presencial del momento en que don José fue sacado de la Diputación Provincial, entre guardias de asalto, y se enfrentó contra un tal Cabello, que era el cabecilla, diciéndole:-Si me van a matar, no finja, por compasión; dígamelo.
 
El día 25 de julio fue trasladado a la prisión de Gilitos. En el libro de Rivera se narra este traslado de los presos a la cárcel provincial:
En fila ignominiosa, son conducidos a la cárcel. En el registro carcelario se anotan los nombres de los detenidos y la cantidad que tenían en su haber. Así, por ejemplo, en el día 25 de julio, “José Polo Benito ingresó 1 peseta; el 4 de agosto, Segundo Blanco, 45,50…”.
En el mismo libro se habla de cómo se organizaron los presos y la vida que conducían. En la Diputación habían recibido un trato malísimo y además el lugar no estaba acondicionado para cárcel. En la cárcel los mismos presos se organizaron distribuyéndose el trabajo. “Juntos rezaban el rosario y mutuamente se consolaban en aquellas penalidades que eran a todos comunes”.
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