Sábado, 20 de abril de 2024

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El gozo de tener fe

por El Blog de Juan del Carmelo

          Tener fe es un término muy relativo..., o dicho de otra forma, la fe en el ser humano puede ser de muy diferentes clases y grado. Si definimos la fe en términos generales como el hecho de creer en la existencia de algo que no perciben los ojos de nuestra cara, llegaremos a la conclusión de que existen muchas clases de fe según sea aquello en lo que se crea sin ver y las formas que ello tiene. La primera gran división, es que  podemos hablar de fe  en la existencia de bienes materiales o en la existencia de bienes espirituales. La diferencia entre estas dos clases de fe, es que nosotros tenemos capacidad de extinguir la referente a bienes materiales. Por ejemplo, tengo fe en la existencia de Tasmania, pero no tengo evidencia de su existencia porque nunca he estado allí, pero si voy allí y veo Tasmania mi fe desaparece y se convierte en evidencia.

            En el caso de la fe sobre bienes espirituales, el tema cambia porque carecemos de capacidad con los ojos de nuestra cara para convertir la fe en evidencia. Esa capacidad le corresponde a los ojos de nuestra alma, porque será con ellos y no con los de nuestra cara con los que veremos al Señor, bueno los que lo logremos ver, se entiende. Pero centrándonos en la creencia de un Dios creador de todo lo visible y lo invisible, hemos eliminado de un plumazo todas aquellas personas que no aceptan esta creencia, por lo que ya tenemos una primera división entre creyentes y no creyentes.

No entramos en el análisis de las clases de no creyentes que existen y centrándonos en los creyentes en la existencia de un Dios, hay otra importante división, que la marca el camino que hay que recorrer para alcanzar ese Dios en el que se cree. Entramos pues en la división de creyentes conforme a una religión u otra. Naturalmente para mí y millones de seres humanos solo existe un verdadero camino, que responde aquella frase del Señor cuando manifestó hace ya más de dos mil años: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”. (Jn 14,6)”.

Dentro pues de la Religión católica, son varias las clases de fe en cuanto a su naturaleza, pero aquí lo más interesante es ver el grado de intensidad con que se vive los católico, y los grados son muchos en una escala que va desde el creyente no practicante al que dado su nivel de acercamiento al Dios, y habiendo alcanzado ya una vía unitiva con el Señor, se encuentran ya  en esta vida más que viviendo una fuerte fe, lo que ya viven es una cuasi evidencia, porque la fe cuando se alcanza el cielo desaparece convertido en evidencia.

Es indudable que un mayor desarrollo de la vida espiritual de una persona, le hace aumentar a esta la capacidad de visión de lo espiritual al poder penetrar con los ojos de su alma, la Luz divina que emana de Dios, y que nada tiene que ver con la luz material que nos envía el Señor, por medio de los rayos solares. Es esta la luz que los tres apóstoles vieron en el Thabor: “...Y se transfiguro ante ellos; brillo su rostro como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz”. (Mt 17-2).            Ya antes el Señor les había dicho:Jesús les habló otra vez diciendo: “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida”. (Jn 8,12).

Para nosotros los católicos por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que Él nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe. Jesús le dijo a San Pedro, cuando lo reconoció como  el Mesías: “Dichos tú, Simón, porque eso no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos”. (Mt 16,17). La fe pues es exclusivamente un bien espiritual no material y por ello no puede ser objeto de transmisión mercantil, es un Don de Dios. Es un don, una luz divina por la cual somos capaces de reconocer a Dios, ver su mano en cuanto nos sucede y ver las cosas como Él las ve. Por tanto, la fe no es un conocimiento teórico, abstracto, de doctrinas que se debe aprender.

La fe es la luz para poder entender las cosas de Dios. La fe es un encuentro con Dios, con su designio de salvación. Con la fe el hombre responde libremente a ese encuentro con Dios entregándose a Él, con la inteligencia y la voluntad. La fe es objetiva, es decir, no se queda a nivel subjetivo, intimista, sino que creemos en un Dios que se ha revelado a través de la Palabra que hemos recibido de la Iglesia; Palabra que es preciso conocer, aprender y hacerla vida. La fe muerta, que muchos tienen, de nada les sirve ni les aprovecha, la fe es vida, es vida que vibra en quien de verdad la tiene y la vive y la disfruta, porque disfrutar la fe es sentir uno en su interior en las circunstancias de su vida, la mano protectora del amor que continuamente le da el Señor al que ama y que Él le ama en dulce reciprocidad que nos fortalece nuestra asemejanza con nuestro Creador, tal como San Juan de la Cruz nos escribía.

Si nuestra fe no nos aumenta cada día más nuestro amor a quien tanto nos ama, estamos perdiendo el tiempo creyendo que somos creyentes, aunque vayamos diariamente a misa y no nos perdamos una novena o procesión, se carece des sea fe que levanta un amos que nos hace vibrar de alegría gozo y amor, aunque las cruces que estamos soportando sean inaguantables, porque más inaguantables sean más nos está amando nuestro Amor que es en realidad el que nos soporta la mayor parte de la cruz de cada uno de quellos que le aman.

La fe es sencilla, no está hecha de elucubraciones y discursos, sino de verdadera adhesión a Dios, como María, como Abraham. La fe es vital, es decir, debe cambiar mi vida, demostrarse en mi vida. Por eso, hay que vivir de fe. La fe es experiencial, es decir, es un conocimiento de Dios en la intimidad. No es un sentimiento, sino un conocimiento del espíritu que Dios nos concede para intimar con Él.

Este conocimiento experimental de Dios tiene sus momentos privilegiados para manifestarse a las almas: en el sacrificio, el dolor, en los momentos de prueba, cuando se requiere de humildad y de un mayor desprendimiento de sí mismo. Los que tienen autentica fe y la viven, gozan de Dios, sienten en la intimidad de su ser un gozo inenarrable, viven pensando en el gozoso día, en que el Señor quiera abrirles las puertas del Paraíso. La vida de la persona que tiene fe y la cultiva y la aumente con el desarrollo de su vida espiritual, aumenta también las otras dos virtudes teologales, el amor y la esperanza, pues las tres crecen y decrecen al unísono. El aumento de su fe le trae consigo a la persona, el aumento del goce de la vida, ya que al cambiar su mente comienza a ver y enfocar los problemas, dificultades y contrariedades de la vida de una forma distinta. Lo que antes veía como males materiales, ahora empieza a ver que solo son bienes espirituales. Se toma en serio las palabras del Señor cuando nos dijo aquello de la añadidura: “Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.  No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán”. (Mt 6,33-34).

Y más de uno se preguntará: ¿Que hay que hacer una incrementar nuestra fe y alcanzar es gozo que da, una fuerte fe? Como siempre ocurre en el mundo de la vida espiritual, salvo el infalible recurso de acudir al amor de nuestra Madre celestial, la Virgen María, no existen atajos, solo hay una sencilla receta que es la de centrar nuestra vida abandonándonos en los brazos del Señor, entregándole el timón de nuestras vida y orar, orar siempre, incesantemente tal como Él mismo nos recomienda, además de frecuentar si es posible diariamente la Eucaristía, adobado este guiso, con dos ingredientes más que se llaman: humildad ante todo y soportar la impaciencia con la perseverancia. Pensar siempre  que cuanto más grande sea nuestro fe, también lo será siempre nuestro amor al Señor y cuando uno empieza a desear, amar cada día más al Señor, y siente la impaciencia de un enamorado, eso es señal de que uno comienza ya a gozar de su fe, porque el gozo de su fé será siempre parejo al gozo que da el amor al Señor 

  Para Santo Tomás de Aquino: “La fe es un acto del entendimiento, el cual se adhiere a la Verdad Divina, mediante una orden de la voluntad movida por la gracia de Dios”. Por su parte San Agustín nos indica cómo debe ser la relación entre la Fe y la razón, para qué y cómo utilizar nuestra inteligencia: “Creo para comprender y comprendo para creer mejor”.

El que es discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla, tal como se recoge en el Concilio Vaticano II: "Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia" (LG 42; cf. DH 14). El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: "Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los Cielos, pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los Cielos”(Mt 10,32-33).

           Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

          Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  • §  Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
  • §  Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
  • §  Camino de fe  02-04-12
  • §  ¡Ya me gustaría a mí, tener tu fe…! 23-06-12
  • §  La fe es una planta     08-11-12
  • §  El árbol de la fe         07-12-10
  • §  Dios oculto     17-07-11
  • §  ¿Es dubitativa nuestra fe?     26-04-11
  • §  Dudas de fe    24-09-09
  • §  Fe de carbonero y razón        04-10-10
  • §  Fe y razón      12-01-10
  • §  Fortaleza de la fe       20-06-10
  • §  Valor de la fe 07-10-11
  • §  Vivir en la oscuridad de la fe            02-12-11
  • §  Vivir la fe                  27-12-09
  • §  ¿Qué es la fe? 16-01-11
  • §  Señor creo en Ti        27-05-10
  • §  Virtudes teologales. La Fe    29-07-09 

            La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

            Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com 
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