Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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10h del 28 de noviembre, en el Arroyo de San José de Paracuellos

por Jorge López Teulón

Diez hermanos más de San Juan de Dios son conducidos a Paracuellos del Jarama. A las diez de la mañana, desde la prisión de San Antón, se ha puesto en marcha la segunda expedición. Estos son sus nombres:
BEATO JOSÉ MORA VELASCO Cordobés de nacimiento, aunque de la provincia de Toledo por ascendencia, el beato José Mora Velasco era hijo de Juan Mora Sánchez, y Francisca Velasco Torres, matrimonio cristiano practicante, y fue bautizado cuatro días después, el 22 de agosto, imponiéndosele el nombre de Agapito José.
Con dos años y medio su padre siendo Guardia Civil se estableció en Talavera de la Reina (Toledo), donde se educó, entrando a estudiar en el seminario de Toledo; se ordenó de sacerdote el 12 de marzo de 1910, perteneciendo a la misma diócesis. Ejerció su labor pastoral en diversos pueblos de la diócesis: Aldeanueva de Guadalajara y Valdegrudos (1910), Horche (1911), Sayatón y Anguix (1913), Albalate de Zorita (1914), Aldeanueva de san Bartolomé (1916), Recas, parroquia de Santiago y capellán de las Hermanitas de los Pobres, en Talavera de la Reina.
[El 24 de abril de 2010, cuando se consagró la iglesia del Asilo de Talavera, se colocó un cuadro del beato José Mora, para su veneración.]
Estando de capellán con las Hermanitas de los pobres, tuvo frecuente relación con los Hermanos de san Juan de Dios de la Escuela Apostólica hospitalaria, establecida en Talavera de la Reina. Del trato del beato José Mora con los religiosos hospitalarios brotó en su espíritu la vocación, tanto más sincera cuanto que las circunstancias políticas no brindaban otra cosa que persecuciones a los religiosos.
En sus visitas y conversaciones con los Hermanos, a veces se lamentaba de la impiedad que reinaba en la sociedad española. Deseoso de encontrar en la paz de la vida religiosa la perfección que tantas dificultades oponía el mundo, obtuvo licencia del Sr. Cardenal de Toledo para ingresar en la Orden de San  Juan de Dios.
Aceptado por los superiores, ingresó en Ciempozuelos el 9 de julio de 1936 en calidad de aspirante, teniendo 50 años. Desde el primer momento era consciente de lo que viviría en el sanatorio, y se mostró piadoso, comprensivo con todos y deseoso de ser un buen religioso, acercándose a los enfermos con caridad; las conversaciones con ellos eran animosas y así los mismos enfermos encontraban en él un sacerdote amigo.
Solamente aspiraba a ser un buen religioso, siendo la celebración diaria de la santa Misa y la meditación de cada mañana su sustento y estímulo. Era de carácter franco y abierto, jovial y bondadoso con todos. Mártir de Cristo y de la Hospitalidad. Un mes llevaba en Ciempozuelos como Aspirante el beato José Mora, cuando fue apresado el 7 de agosto con los demás religiosos de la Comunidad y conducido a la cárcel de san Antón de Madrid. Su conducta, durante los casi cuatro meses que estuvo en la misma, fue la de un digno sacerdote, y sobrellevó con gran paz y conformidad todas las molestias de la cárcel dando muchos ejemplos de palabra y obra a todos, pronto siempre a prestar sus servicios sacerdotales. Estaba convencido de que le llevarían al martirio.
El beato José Mora formó parte de la segunda expedición de la muerte o saca, a media mañana del día 28 de noviembre, en la que iban 10 Hermanos de san Juan de Dios entre los 105 presos. Entre lágrimas y emoción se despidieron los hermanos con el abrazo de costumbre y un sentido “¡Hasta el cielo!”, con expresiones, entre los que se quedaban y se marchaban, de “no acobardarse; tener muchos ánimos”.


[Escudo de la Orden Hospitalaria en la cruz sobre la fosa donde yacen los hermanos mártires de San Juan de Dios.]

BEATO GUILLERMO LLOP GAYÁ Nació el 10 de noviembre de 1880 en Villarreal (Castellón), y fue bautizado el día siguiente, recibiendo el nombre de Vicente Andrés. De familia muy cristiana (de los seis hijos tres fueron religiosos), frecuentó el colegio de los Padres Franciscanos; era ingenioso, elocuente, hábil, simpático, de grandes cualidades. A los 18 años ingresó en la Orden Hospitalaria y emitió los votos religiosos el 5 de noviembre de 1899 con el nombre de Fr. Guillermo. Formó parte de las comunidades de Barcelona, Gibraltar, Ciempozuelos (Madrid), Santa Águeda de Mondragón (Guipúzcoa), Pamplona, Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y Carabanchel Alto (Madrid), de España. En las de Roma y Frascatti, de Italia, y en Santiago, de Chile. Ocupó puestos de responsabilidad como formador, superior y provincial, siempre fecundo. En 1936 era el superior de Ciempozuelos.
Apresado el 7 de agosto de 1936 y encarcelado en San Antón, de Madrid, fue animoso sostén de propios y extraños; provocaba para su ayuda paseos en los que tenían conversaciones de temas espirituales, que llamaban “pacomias” en honor de San Pacomio, siendo la pesadilla de los carceleros: “Anda, bandido, ¿no les has pervertido bastante en el convento, que sigues enseñándoles cosas malas? Te vamos a pegar cuatro tiros”, y varias veces lo tuvieron de cara a un paredón. Estaba convencido de que le matarían, además de que pesaba en su mente la profecía del San Pío de Pietralcina (al que conoce en sus destinos italianos) de que moriría mártir. En la mañana del 28 de noviembre, al oír su nombre, exclamó: “-Ea, estoy pronto” y tras el abrazo a todos “¡Hasta el Cielo!”, era conducido a Paracuellos de Jarama, antesala de su encuentro definitivo con el mártir del Gólgota. Tenía 56 años.
 
BEATO JUAN JESÚS ADRADAS GONZALO Nació el 15 de agosto de 1878 en Conquezuela (Soria) y fue bautizado el 18 del mismo mes, con el nombre de Mariano. Ayudado de su hermano mayor, estudió en el seminario de Sigüenza, ordenándose de sacerdote en 1903. Queriendo hacer el doctorado en Zaragoza, hacía de capellán en el Sanatorio Psiquiátrico, regentado por los hermanos de San Juan de Dios, cuando descubrió con ellos la vocación hospitalaria. Pidió el ingresó en la Orden el año siguiente y emitió los votos el 30 de junio de 1905. Ejerció, como hospitalario, de capellán en las Casas de Palencia, Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y en la Basílica San Juan de Dios, de Granada, además de ser fundador de la Escuela Apostólica, de Ciempozuelos (Madrid), maestro de novicios y Provincial.
El 7 de agosto, al ser detenida la Comunidad de Ciempozuelos, se unió de inmediato al grupo, aceptando la situación; en los casi cuatro meses de cárcel, en cuanto celosísimo sacerdote, fue maestro, director, consuelo estímulo de los religiosos, y de otros muchos presos, impartiéndoles pláticas, retiros, confesiones, etc., siempre de acuerdo a su sacerdocio. Colofón a su celo y virtud, el 28 de noviembre de 1936, atadas sus manos, tranquilo y sereno, “pues no le asustaba el martirio”, fue llevado a Paracuellos de Jarama, donde ofrendó su vida y derramó su sangre para honor de la Iglesia y de la Orden Hospitalaria. Tenía 58 años. 
BEATO HILARIO DELGADO VÍLCHEZ Nació en Cañar (Granada) el 18 de abril de 1918, y fue bautizado el 27 del mismo mes, con los nombres de Antonio e Hilario. A los 17 años ingresó en la Orden Hospitalaria, en Ciempozuelos (Madrid), con el deseo expreso de que quería ser santo. Emitió los votos religiosos el 3 de junio de 1936.
En pleno fervor de recién profeso, al no ser arrestado con la comunidad el 7 de agosto, se presentó libremente el 8 para reunirse con los demás. En el primer momento, por joven, fue rechazado, pero él forzó que quería estar con los demás hospitalarios, admirando así a los milicianos. Provocándole, lo desnudaron para cachearlo, pero él, imperturbable, al ponerse de nuevo su ropa, comentó: “me estoy poniendo la mortaja”. Durante los meses de prisión en San Antón, siguió una vida de intensa piedad, guiado por su maestro, el Beato Adradas, con actos de reparación y de solidaridad con los otros encarcelados, viéndosele siempre contento y servicial. Al salir el 28 de noviembre para el lugar del martirio, Paracuellos de Jarama (Madrid), con un fraternal y emocionado abrazo, se despedía repitiendo “¡Hasta el Cielo!”, consciente del momento cumbre de su vida. Tenía tan sólo 18 años.
 
BEATO CLEMENTE DÍEZ SAHAGÚN Nació en Fuentes de Nava (Palencia) el 23 de noviembre de 1861 y fue bautizado el día siguiente. Vivió en la casa paterna hasta los 25 años y, superando la resistencia de su padre, ingresó en la Orden Hospitalaria, emitiendo los votos en 1887. Perteneció a las comunidades de Ciempozuelos (Madrid), Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Palencia, Santa Águeda de Mondragón (Guipúzcoa), varios años a las de México, Barcelona, Málaga y Zaragoza, con admiración a su gran bondad; tanto en México como en Zaragoza recibió sendos sentidos homenajes de reconocimiento.
Ya anciano, residiendo en Ciempozuelos, el 7 de agosto de 1936 fue detenido con los demás miembros de la comunidad, y durante los casi cuatro meses pasados en la cárcel, se identificó con una larga dedicación al recogimiento y a la oración. Fue asesinado el 28 de noviembre de 1936, en Paracuellos de Jarama, cuando tenía 75 años de edad y 50 de vida religiosa, culminando así su larga y sacrificada vida con el testimonio del martirio. 
BEATO LÁZARO MÚGICA GOIBURU Natural de Idiazábal (Guipúzcoa), nació el 5 de abril de 1867 y recibió el bautismo el mismo día, con el nombre de Juan María. A los 19 años abrazó la vida religiosa en la Orden Hospitalaria, emitiendo los votos el 27 de diciembre de 1887. Prestó sus servicios hospitalarios en los Centros de Ciempozuelos (Madrid), Málaga, Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Santa Águeda de Mondragón (Guipúzcoa), Palencia, Pamplona, Carabanchel Alto (Madrid) y Sevilla.
Anciano retirado en Ciempozuelos, el 7 de agosto de 1936 fue arrestado con la Comunidad; de grande sensibilidad espiritual, sufrió muchísimo durante los casi cuatro meses que pasó en la cárcel de San Antón, por las blasfemias de los carceleros, a quienes amonestaba, lo que le proporcionaba injurias y malos tratos. Cuando le llamaron para llevarle al martirio, al despedirse de los compañeros, lloraba enternecido; pero al momento se serenó, aceptando con paz la noticia de su muerte, que recibió el 28 de noviembre de 1936, en Paracuellos de Jarama, cuando contaba 69 años, en fidelidad a la fe y a su vocación.
BEATO MARTINIANO MELÉNDEZ SÁNCHEZ Malagueño de nacimiento, vio la primera luz el 15 de enero de 1878, y al ser bautizado recibió el nombre de Antonio. De niño estuvo acogido en el Asilo de San Bartolomé, de Málaga, ingresando a los 15 años con los hermanos de San Juan de Dios, en Ciempozuelos (Madrid) y emitiendo los votos el 14 de mayo de 1896, con el nombre de Martiniano. Como hospitalario ejerció su consagración en los hospitales de Ciempozuelos (Madrid), Granada, Sta. Águeda de Mondragón (Guipúzcoa), La Línea de la Concepción (Cádiz), Sevilla, Valencia, Palencia, Málaga, Carabanchel Alto (Madrid) y Jerez de la Frontera (Cádiz). Muchos años hizo de portero, lo que le proporcionaba amplio campo de apostolado, ayudando a muchos pobres, dándoles de comer, exhortándoles, e incluso enseñándoles el catecismo. Deseó ser sacerdote, pero los superiores no se lo concedieron por su falta de salud y problemas de la vista. Poseía una gran sensibilidad para acompañar a los enfermos graves y moribundos.
En 1936, formando parte de la comunidad de Ciempozuelos, fue apresado el 7 de agosto y sobrellevó las molestias de los milicianos de los casi cuatro meses pasados en la cárcel de San Antón con particular esperanza, paciencia y espíritu. El 28 de noviembre, forma parte de una de las famosas sacas, alcanzó la palma del martirio, en Paracuellos de Jarama.
BEATO JULIÁN PLAZAOLA ARTOLA Nació el 12 de septiembre de 1915 en San Sebastián (Guipúzcoa), siendo bautizado el 15 del mismo mes. De diez hermanos, cinco siguieron la vida religiosa. Junto a la educación familiar, frecuentó el colegio de los hermanos de las Escuelas Cristianas y era activo miembro de la juventud de la Acción Católica. Contra el consejo de su hermana Teresa, mercedaria de la caridad, ante la persecución religiosa existente, ingresó en los hermanos de San Juan de Dios, en Ciempozuelos (Madrid) y emitió sus votos en septiembre de 1935. Se distinguió por su desprendimiento y entrega en el servicio a los enfermos. Escribió: “mi mayor felicidad es derramar hasta la última gota de sangre para acelerar el reinado del Corazón de Jesús”.
Fue arrestado el 7 de agosto y el día siguiente encarcelado en San Antón, como miembro de la comunidad de Ciempozuelos; siempre contento, se le veía en la cárcel sirviendo a los más ancianos y rezando. Una vez le colocaron, con los compañeros Gesta y Llop, de espaldas al muro del patio, apuntándoles con un fusil: intimados a blasfemar o eran fusilados, los tres dieron la mayor señal de serenidad, que admiraron a los carceleros. El 28 de noviembre de 1936, al ser nombrado para llevárselo, se despidió de los demás con especial ánimo y alegría, con su habitual sonrisa de ángel. Ni un momento perdió la paz, muriendo mártir de la fe y de su vocación, en Paracuellos de Jarama. Contaba 21 años.
BEATO ÁNGEL SASTRE CORPORALES Nació en Villaralbo del Vino (Zamora) el 16 de agosto de 1916, siendo bautizado con el nombre de Ángel. De oficio carpintero, hizo el servicio militar en Melilla durante dos años y medio, pasando después un breve tiempo en Valladolid. No encontrándose centrado en el mundo, decidió seguir la vida religiosa; ingresó en los hermanos de San Juan de Dios. Incorporado al Postulantado en Ciempozuelos (Madrid) al principio de 1936, tomó el hábito de novicio el día 2 de junio iniciando su formación religiosa y orientación y servicio a los enfermos.
Apresado el 7 de agosto con la comunidad de Ciempozuelos, fue llevado a la cárcel de San Antón de Madrid, en la que permaneció casi cuatro meses, siguiendo las orientaciones de su maestro, en actitud ejemplar. Señalado para el día 28 de noviembre, fue llevado a Paracuellos de Jarama, donde se mostró maduro en su fe y en su vocación, abandonado plenamente a la voluntad de Dios. Tenía 20 años.

http://diocesisdezamora.blogspot.com/2011/11/angel-sastre-de-villaralbo-al-martirio.html

 
BEATO JOSÉ RUIZ CUESTA Nació en Dílar (Granada) el 6 de noviembre de 1907, siendo bautizado el 14 del mismo mes. A los 14 años, fue a Argentina con su padre y, cinco años después, regresó a España, viviendo en Sevilla, Dúrcal (Granada) y Dílar. En mayo de 1936 solicitó ingresar con los hermanos de San Juan de Dios, indicando que “no sea obstáculo para mi deseo la situación aciaga por la que atraviesa hoy la Patria”, siendo recibido sin dificultad. Era pues aspirante.
Hallándose en Ciempozuelos (Madrid), el 7 de agosto fue apresado y llevado a la cárcel de San Antón con los demás religiosos, sintiéndose siempre identificado y unido en todas las cosas con ellos, mostrándose los cuatro meses pasados con mucha entereza, abandonado a la voluntad de Dios: “Sólo en Dios confío y espero”. Formando parte de la segunda saca del 28 de noviembre, en Paracuellos de Jarama, recibió la corona del martirio por su fe y perseverancia. Tenía 29 años.
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