Cambios grandes en Honduras: se va Maradiaga, llega un valenciano, San Pedro Sula será arzobispado
La Santa Sede ha anunciado este jueves importantes cambios en la cúpula jerárquica de Honduras: se retira ya con 80 años el cardenal Maradiaga, y su puesto lo ocupará un sacerdote misionero paúl español, José Vicente Nácher, superior de los vicentinos en la región, un valenciano formado en Alicante y Barcelona.
Se retira también el claretiano español Ángel Garachana como obispo de San Pedro Sula, y esta diócesis pasa a ser ahora arquidiócesis, con el franciscano irlandés Michael Lenihan al frente.
Y renuncia también por edad el obispo de Choluteca, canadiense, de los Misioneros de Quebec, que será sustituido por el hondureño Teodoro Gómez Rivera, que desde hace 2 años era obispo auxiliar de Tegucigalpa.
Se va Maradiaga, el asesor del Papa para América Latina
Los obispos presentan su renuncia por edad a los 75 años, y el Papa ha esperado a que Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, cumpliera 80 años para aceptarla.
El cardenal salesiano Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga ha sido su asesor en asuntos latinoamericanos en el Consejo de Cardenales, el único de este origen. Fue presidente de Caritas Internationalis de 2007 a 2015.
Maradiaga fue nombrado arzobispo de Tegucigalpa en 1993, y deja su pastoreo 30 años después. Según las estadísticas eclesiales, a inicios de los 90 había 1,3 millones de habitantes en la diócesis, de los que un 92% eran católicos; en 2004 eran ya 2,1, de los que un 75% eran católicos, por el crecimiento de las congregaciones evangélicas y otros grupos protestantes.
En 2005 se desgajó parte del territorio para crear la diócesis de Yoro con 440.000 habitantes (hoy ya 650.000). Y en 2017 se tomó otra parte para crear la de Danlí, con otros 450.000 habitantes.
Pese a la creación de esas dos diócesis en este siglo, la arquidiócesis que va a heredar el paúl español José Vicente Nácher sigue siendo de enorme población: 1,9 millones de habitantes, de los que son católicos siete de cada diez, con 130 sacerdotes y 60 parroquias.
A Tegucigalpa, un valenciano, formado en Alicante y Barcelona
José Vicente Nácher Tatay, el nuevo arzobispo de Tegucigalpa, es un religioso paúl o vicentino nacido en Valencia, España, en 1964. Se licenció en Sociología por la Universidad de Alicante y luego cursó estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de los paúles en Barcelona y en la Facultad de Teología de Cataluña. Emitió su Profesión Solemne en la Congregación de la Misión el 20 de enero de 1990 y fue ordenado sacerdote el 26 de octubre de 1991.
Fue párroco de San Vicente de Paúl en San Pedro Sula (2000-2005), párroco de San José en Puerto Lempira (2006-2016) y vicario episcopal de la Mosquitia en la diócesis de Trujillo: son tres zonas del norte del país pero distintas unas de otras. Desde enero de 2016, Nácher era el superior regional de los Padres Paúles de Honduras.
En el vídeo, unas primeras reacciones del nuevo arzobispo de Tegucigalpa en declaraciones a los medios.
San Pedro Sula cambia de obispo y pasa a ser arquidiócesis
El Papa ha aceptado también la renuncia del claretiano Ángel Garachana Pérez, natural de un pueblo de Burgos, que ya tiene 78 años y era obispo de San Pedro Sula desde 1994. Llegó como sucesor del paúl catalán Jaime Brufau Maciá. En esa época la diócesis tenía unos 900.000 habitantes. Hoy tiene el doble, 1,8 millones, y eso a pesar de que en 2011 se desgajó parte del territorio para crear con 550.000 habitantes la diócesis de La Ceiba. Hoy San Pedro Sula cuenta con 36 parroquias y tan solo 80 sacerdotes.
Las diócesis de Honduras antes del cambio: ahora San Pedro Sula pasa a ser arquidiócesis con La Ceiba, Gracias, Santa Rosa de Copán, Trujillo y Yoro como sufragáneas.
El Papa ha decretado que San Pedro Sula pase a ser una arquidiócesis, y que sus diócesis sufragáneas sean La Ceiba, Gracias, Santa Rosa de Copán, Trujillo y Yoro. El franciscano irlandés Michael Lenihan, nacido en 1951, que desde 2011 era obispo en La Ceiba, pasa a ser el primer arzobispo de San Pedro Sula.
El misionero franciscano irlandés Michael Lenihan, con experiencia en El Salvador, Guatemala y Honduras, pasa a ser el arzobispo de San Pedro Sula.
Lenihan completó sus estudios filosóficos en la Universidad Nacional de Galway, Irlanda, y sus estudios teológicos en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Profesó sus votos solemnes como franciscano en 1977 y fue ordenado sacerdote en 1980. Fue misionero en El Salvador de 1984 al año 2000 (en la diócesis San Miguel y en La Palma, Chalatenango) y en el año 2000 llegó a Honduras, como párroco de los Santos Mártires, en Comayagua. En 2009 pasó a Guatemala, a la parroquia del Inmaculado Corazón de María, Guatemala. Al empezar 2012, tomaba posesión como obispo de La Ceiba en Honduras. Conoce, pues, tres países centroamericanos.
Un obispo hondureño para Choluteca: sólo tendrá 30 sacerdotes
Los cambios en Honduras se completan con el envío (o retorno) a Choluteca de Teodoro Gómez Rivera (Honduras, 1963), que llevaba poco más de dos años como obispo auxiliar de Tegucigalpa. Sustituirá al obispo misionero canadiense Guy Charbonneau, que presentó la renuncia hace ya dos años.
Teodoro Gómez Rivera, nuevo obispo de Choluteca;
tendrá 30 sacerdotes para atender 700.000 habitantes.
Gómez Rivera estudió en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa de Tegucigalpa y es licenciado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue ordenado sacerdote el 27 de enero de 1996, incardinándose en la Diócesis de Choluteca.
Gómez Rivera ha sido vicario parroquial de San José de Nacaome; coordinador diocesano de Pastoral Vocacional; director espiritual del Seminario Menor Pablo VI; formador del Seminario Mayor de Tegucigalpa; párroco de San Pablo de Choluteca; director del Instituto Monseñor Raúl de Choluteca; delegado diocesano de Cáritas; vicario general; vicario episcopal de Pastoral y rector del Instituto Santa María Goretti de Choluteca.
Choluteca es todo un reto: 725.000 habitantes, de los que un 75% se declaran católicos (en 2003, cuando llegó el obispo Charbonneau, eran un 87%). El obispo cuenta con tan solo 30 sacerdotes y unas 50 religiosas para atender 16 parroquias.